Shinji Aoyama es un director inquieto al que le gusta tocar distintos géneros. En este caso, el premiado responsable de la excelente "Eureka"(2000) plantea un trabajo mucho menos incisivo y de fácil digestión. A lo largo de todo el metraje impera un buenismo que, a mi juicio, no le favorece, aunque tampoco lo lastra en exceso. El guión es obra del mismo Aoyama sobre una novela de Yukiya Shoji, y quizá por no ser un texto original del propi Aoyama carece de esa osadía que tan buenos resultados le dio en otras pelis más personales.
Es entretenida y está bien rodada, pero yo de este director siempre espero más que eso.
En el lado actoral cuenta con el protagonismo del joven Haruma Miura, fallecido en 2020 por decisión propia, y de una lista de solventes intérpretes que dejan la cinta a buen nivel. Destacable Manami Konishi, muy creíble y sentida interpretación. Por lo demás, recomendable película de un director que tiene mejores trabajos, pero tampoco está nada mal.

Akerman sabe rodar, de eso no hay duda. Cada plano está estudiado hasta el límite de lo enfermizo. Cada objeto, cada persona, cada sonido, la luz, la simetría, la profundidad, el color, la temperatura... Todos los elementos funcionan exactamente como deben.
El componente autobiográfico de la cinta es total, tanto que resulta doloroso conociendo la historia personal de esta directora.
Aurore Clément fue la encargada de interpretar a Anna, el principal y casi único personaje de la película, y lo hace con extraordinario talento. El resto de personajes forman deliberadamente parte del decorado, cumpliendo el cometido de ayudarnos a entender un poco mejor las soledades de Anna. Son mero contexto.
Es evidente que Akerman no tenía la menor intención de entretener, sorprender o divertir al espectador. Tampoco hace un esfuerzo para que empaticemos con Anna, más bien parece que lo único que quiere es que sepamos de su existencia, tal cual y sin adornos. Lo que es, es.
Seamos sinceros, la película, en un sentido convencional, es tremendamente aburrida. Monótona. Tediosa. No va a ninguna parte. No concluye. Me ha tenido dos horas esperando a que ocurriera algo que sabía de antemano que no iba a suceder, y me ha dejado finalmente con una cierta tristeza. Ok, Chantal, supongo que es lo que querías. Buen trabajo.

Interesante y muy agradable comedia romántica del director ruso, cuya obra ha estado siempre aderezada con una buena dosis de sátira social y política. En esta pieza se muestran muchos de los vicios de una clase política corrupta hasta en los estratos más bajos.
Siendo una película de 1994 no podemos decir que sea una obra especialmente valiente en su planteamieto, ya que la unión soviética había dejado de existir y el control cultural se había relajado bastante, ya desde los tiempos del Glásnost.
Daneliya recurre también a la temática mágica, aunque nunca en los mismos términos que su incomparable "Kin Dza Dza"(1986).
Por momentos recuerda a Kaurismaki, sobre todo en las escenas más cercanas al absurdo. Con todo esto, la película se desarrolla plácidamente en un tono amable con el espectador y con los personajes.
En el apartado artístico todo bien, con algunas interpretaciones realmente divertidas. Recomendable, como todo lo que ha hecho este director en su dilatada carrera (su primer largo es del 62).
Georgiy Daneliya dejó este mundo en Abril de 2019 a los 88 años de edad. Uno de los grandes.

Al loro con la sobrada. Peli japonesa, subtitulada, con muy pocos diálogos, y tres horas cuarenta minutos en blanco y negro. Bueno, en un tono sepia que para muchos viene siendo lo mismo. Si esto no te asusta, has de saber que es una de las mejores obras que se hayan filmado nunca. Como podrás imaginar, poco tiene que ver con el cine convencional que se suele ver en salas comerciales o en televisión. Esto es otra cosa. En ningún momento tiene uno la sensación de que un listillo te la esté intentando colar; sólo hay personajes. Algunos son de carne y hueso y otros simplemente son.
El paisaje, el tiempo, la luz... lo que se ve y lo que no. Aoyama lo hizo como quiso, del único modo en que podía hacerlo honorablemente. Como un artesano, como un fabricante de violines que lija y lija hasta conseguir la adecuada tonalidad aunque nadie note la diferencia.
Las interpretaciones son perfectas. La música, la poca que hay, está en su justo lugar. El paisaje sonoro, efectos y eso, magistral. La luz es una maravilla, especialmente las escenas nocturnas. Y la historia, en fin, una de las más lúcidas reflexiones sobre naturaleza humana de nuestro tiempo.
Para mi gusto, Aoyama lo ha clavado. No le sobra nada.

Drama absolutamente realista que habla de frente sobre prostitución infantil y venta de órganos. Casi nada.
Un trabajo incómodo pero necesario, tratado con cierta sutileza pero con una firme intención de no pasar por alto los detalles escabrosos.
Es una película ágil, nerviosa, nada contemplativa. Con abruptos cortes y bastantes puñaladas al hígado del espectador. El trabajo actoral es en general bastante bueno.
La trama avanza con valentía, y poco a poco nos va sacando de nuestra zona de confort para obligarnos a entrar en un universo feroz.
Podían haber hecho un film un poco más light, más vendible. Pero no lo hicieron. Y eso les honra.