La mejor, hasta la fecha, serie de Marvel tiene protagonista femenina, mucho humor, rompe la cuarta pared con frecuencia y comparte guiños con los lectores veteranos de la Casa de las Ideas. A pesar de ello, llama poderosamente la atención el voto negativo -ni la infame Obi Wan o la plúmbea Andor lo registran- aparejado a un argumentario en contra pobre, ideologizado en exceso. Son los tiempos que corren, no obstante.

Ya que, desde hace unas semanas, esta plataforma acepta publicidad integrada, me decido por extractar una sinopsis como es debido, no la que adjunta. Algo que no cumple la plataforma con su 'spoiler' descarado. Sinopsis del filme en su edición de Mercury (Filmax).

"En el centro de una gran ciudad se alza un edificio, hermético y agónico, que cierra entre sus paredes a unos hombres que deben sufrir un extraño sistema educativo, semejante al de un centro carcelario, plagado por la sinrazón de una violencia soterrada e irónica, una disciplina estúpida y grotesca y unos códigos morales en constante contradicción. La historia evoluciona a través de las situaciones a que tres de los personajes se ven sometidos, respirando en ellas la incomunicación, el terror y el acoso".

Una obra maestra para los que disfrutran de Dreyer y Bergman, una película a tener en cuenta para los amantes del cine.

No sé si para aquellos que disfrutan con Clerks supondrá un 'guilty pleasure' ya que nadie es capaz de mantener la compostura como lo hacen durante un día los 'héroes' de la cinta. Probablemente, sí que puedan experimentar el gozo del consumo inmediato, con efectos perniciosos para la salud mental (sobre todo si uno se molesta en seguir las diatribas charlatanas, las conversaciones frívolas y las relaciones infantiles que discurren como la diarrea por todo el metraje). Y puestos a pensar que lo que no mata, engorda; Kevin Smith nos mata el tiempo del mismo modo en el que lo hacen con su vida todos los elementos que rondan por esta película.

Demencial pastiche de terror plagado de personajes desquiciados que mantienen vínculos artificiales e innecesarios (para más INRI, el ir y venir por la casa sin profundizar más en sus relaciones que en un par de líneas de diálogo aprovechables, denota una falta absoluta de verosimilitud hasta el punto de hacer increíbles incluso sus propios clichés). Intérpretes que viven unos papeles tan postizos que culminan en un final absurdo, patético.

Probablemente sea por la ausencia de Mel Brooks, quizá por ser largometraje o, tal vez, por el anacronismo en color de sus gracias. Este Superagente pierde chispa con respecto a su génesis televisiva y se hace aburrido.