Estamos ante un film técnicamente interesante, el nobel director Stephen Fingleton muestra la dedicación de un buen director para lograr lo que quiere con cada escena. Logra una muy buena ambientación y la fotografía es llamativa. En cambio, la falta de dialogo y el hermetismo del protagonista me han sumergido en el aburrimiento más absoluto.

Quizás la intención de Fingleton es mostrarnos cómo puede involucionar una persona por falta de recursos y de contacto humano, e incluso que nos adentráramos en los pensamientos de un verdadero superviviente que ha olvidado la necesidad de socializarse. A pesar de su pretensión, el cine debe entretener y esta logra todo lo contrario; solo deseas que acabe cuanto antes.

Técnicamente buena, pero si buscáis entretenimiento no la recomiendo.

Angelina nos cuenta una impresionante historia de forma fría y aburrida. No consigue que el espectador empatice con el personaje, no logra resaltar en él ni un ápice de carisma. La historia es narrada de una forma plana e interminable. La verdad es que la fotografía es bastante atractiva, pero sorprendentemente el guión de los Cohen cojea en muchos puntos de la película, llegando incluso a mostrar escenas totalmente absurdas.

Es una pena que una historia tan admirable se haya contado de una forma tan superficial. Pero lo que es todavía más grave es que la voluntad del protagonista no tenga mas justificación que una simple frase.

Ya hacía tiempo que habían decaído mis ganas de escribir sobre alguna película. A pesar de haber visto la película hace semanas, no puedo quitármela de la cabeza. He visto otros estrenos como Deadpool y Spotlight, pero ninguna de esas me ha calado igual.

Tengo que aclarar que DiCaprio no es el causante de mi asombro, sino Emmanuel Lubezki, he flipado con su trabajo. Técnicamente es asombroso. Cada fotografía me dejó absorto, incluso en momentos deje de prestarle atención al guíon, que quizá es un poco lento, pero está a la altura.

Evidentemente ha ganado el Óscar de mejor fotografía, no cabía ninguna duda. Pero fue una decepción para mi que no ganara el premio a mejor película, ya que ha sido para Spotlight. En cambio, al ver esta última he entendido que el premio era necesario para difundir el tenebroso y oscuro poder de la Iglesia.

Doy a entender que la película merece el Óscar por un cúmulo de factores que convierten la película en puro arte: sus buenas interpretaciones, su excelente dirección y la mejor fotografía posible.

Spiderman es el héroe favorito de la mayoría de los niños de los 90, incluso de la actualidad. Esta película transmite aspectos muy presentes en los cómics y en la serie de televisión, pero la figura de Peter Parker me deja frío. Quizá, es Andrew Garfield con sus excéntricos ademanes, su apariencia demasiado inmadura, incluso carácter diría yo, el que nos aleja del concepto de Parker que todos tenemos. Sabemos que se caracteriza por su humildad, sus desdichas y su inteligencia. En este filme no se transfiere ni un ápice de humildad y la inteligencia está presente aunque no se la crea nadie. Eso sí, la química entre Garfield y Emma Stone es muy buena y creíble, lógico, ya que son pareja.

Dejando a un lado los aspectos más negativos, la película es muy entretenida. La escena del puente y la escena final eran de lo poco que recordaba de la primera vez que la vi. por lo que son bastante buenas. Los efectos especiales no disgustan y el humor característico de Spiderman por fin está presente en una de las películas.La ambientación me parece totalmente acertada, pero la música va por un lado opuesto al ambiente de la película. Marc Webb debe tener en cuenta que la música es la que atrapa y despierta al espectador cuando la película no se sostiene, y la que conduce a las buenas películas al olimpo del cine.

Estamos ante una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. Son muchas las razones las que hacen grande a este filme.

Una razón son las interpretaciones. Belén Rueda notable, en su línea. Pero Bardem, ¿que podemos decir de unos de los mejores actores que ha dado el cine español? Si fuera actor, no me atrevería a sumergirme en un personaje con las ideas tan claras y con una gran capacidad de razonamiento ante un tema tan oscuro y serio como es la muerte. A parte, de que no vocaliza correctamente, ya que es tetrapléjico, sonríe constantemente como mecanismo de defensa de formación reactiva, es decir, que ríe por no llorar. Esto no debe ser muy sencillo ante la cámara.

Otra razón es el tema tratado en la película, la eutanasia. Esta medida no está legalizada en España. A pesar de ser un país laico la moralidad de la religión católica todavía influye en la legislación, incluso en nuestras vidas. Esta película puede abrir los ojos a más de un retrógado que piense que no se puede rechazar el regalo de "dios".

Para concluir, lo que hace mágico y estremecedor a este largometraje es que la historia de Ramón Sampedro es real, un reflejo de la triste realidad.