Una auténtica joya tanto para los amantes del escritor y sus mitos, como para los amantes del cine clásico, sin dejar fuera a los no iniciados en ninguno de estos dos campos, ya que la película es realmente amena, debido en parte al buen material original y en parte a su corta duración (aproximadamente 46 minutos). En definitiva totalmente recomendable!

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He de reconocer que nunca me he considerado fan de Rob Zombie en ninguna de sus facetas, en la musical no le he prestado atención (aunque tiene canciones interesantes), como director lo he seguido algo más, aunque nunca ha terminado de convencerme; por lo tanto me enfrentaba a The Lords of Salem sin apenas expectativas y con más curiosidad que otra cosa, ahora que la he visto estoy planteándome seriamente introducirme en el universo Zombie y buscar algo más de lo que se ve a primera vista.

Sin lugar a dudas, ésta no es una película para el gran público, ni siquiera para la gran mayoría del público asiduo al cine de terror (aunque probablemente esta sea su película que más se acerque a este género), y es que esta cinta se aleja bastante de las películas con las que se dio a conocer, seguimos encontrando el ambiente, la suciedad, pero carece en gran parte de esos momentos violentos que buscaban más el impacto por la crueldad de las imágenes que por lo que se contaba en ellas. Aunque no nos engañemos, la película no destaca por el guión, la historia no aporta nada nuevo y en ocasiones se roza el ridículo; por tanto parece de vital importancia intentar obviar estos detalles e introducirse en el universo malsano que crea el director, en las imágenes perturbadoras, en los constantes guiños al cine clásico y en ese sin sentido que rige gran parte de la película.
La cinta empieza a engancharte a los pocos minutos con esa visión del cuarto de la protagonista Sheri Moon Zombie (esposa de Rob Zombie), en el que destaca el enorme mural del “Viaje a la luna” de George Méliès que estará presente a lo largo de toda la película, a lo que sumamos los continuos guiños al cine de terror en blanco y negro que podemos disfrutar gracias a los gustos cinéfilos de la protagonista. Pero no acaban aquí los homenajes, influencias o incluso plagios (aunque yo prefiero dejarlo en homenajes) al cine de terror y es que es imposible sacarte de la cabeza “La semilla del diablo” de Polanski en toda la película, el ambiente oscuro y sucio de Clive Barker, así como sus cenobitas, ciertos decorados de “El resplandor” de Kubrick o incluso el “Nosferatu” de Murnau.

http://livingat33rpm.wordpress.com/2013/05/19/the-lords-of-salem-rob-zombie-2013/

Hace tiempo que quería ver esta película, concretamente desde mediados de 2012 cuando leí sobre ella en un blog especializado en cine de terror, aunque por h o por b, y mayormente por la dificultad de acceder a éste tipo de cine (sobretodo legalmente) aún no la había visto y con el paso del tiempo incluso me había olvidado de las ganas que le tenía. Hasta que ayer por la tarde, por fin, tuve el placer de enfrentarme a ella y he de decir que la experiencia fue realmente placentera.

El planteamiento de Devoured puede parecer bastante simple una madre de El Salvador que tiene que abandonar a su familia en su país natal para ir a los Estados Unidos a trabajar en un restaurante para conseguir dinero para la operación de su hijo enfermo, a partir de aquí mejor no contar mucho más ya que sería un tremendo spoiler. Y es que ese planteamiento a priori no parece dar mucho de si se va convirtiendo lentamente en un viaje a la locura de la desdichada protagonista en el que sus compañeros de trabajo no harán lo posible por hundirla más aún.

La protagonista está interpretada por la casi desconocida actriz española Marta Milans, que es la piedra angular de toda la película ya que sobre ella recae todo el peso interpretativo en el que los diálogos lucen por su ausencia cargando todo el peso de la interpretación al lenguaje no verbal, y no se puede negar que Marta lo hace realmente bien llegando a transmitirnos el dolor por la enfermedad de su hijo y la lejanía de sus seres queridos. Devoured es una película lenta, que gusta de regodearse en pequeños detalles, en miradas, en suspiros, buscando durante gran parte del metraje conseguir que el público llegue a un importante grado de empatía con la protagonista. Pero a la vez también es una película perturbadora con unos toques de terror psicológico que ya quisieran grandes superproducciones hollywoodenses y que consiguen mantenerte toda la película con una deliciosa sensación de peligro constante.

La cinta está dirigida por Greg Olliver, quién en 2010 nos dejó un interesante documental sobre el gran Lemmy Kilmister cantante y bajista del grupo Motörhead, y que en la actualidad está grabando un documental sobre el guitarrista de blues y rock Johnny Winter. En la parte técnica destaca una interesante fotografía de Lyle Vincent y un interesante uso de primeros planos que ayudan a mantener el estado de malestar constante, así como el uso de cámaras de seguridad que nos muestran más de lo que quisiéramos ver.

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