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Finlandia Finlandia · Alicante/Alacant
Críticas de Kosti
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Críticas 315
Críticas ordenadas por utilidad
8
17 de octubre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filósofo suizo Rousseau decía que “el hombre es bueno por naturaleza“, mientras que Thomas Hobbes estaba convencido de que “el hombre es un lobo para el hombre“. Lo que es cierto es que la maldad y la bondad son dos cualidades inherentes al ser humano, y cada uno, dependiendo del entorno y las circunstancias que le tocan vivir, decide nivelar su balanza hacia un lado u otro. Esta idea ha resurgido en mi mente gracias a ‘Mandela: Del mito al hombre’ (Justin Chadwick, 2013), la historia del primer presidente negro de Sudáfrica, la vida de un hombre entregado a su país y a una causa por la que mereció la pena perder casi un tercio de la misma recluido en una prisión. Una película que narra la historia no sólo de un hombre, sino de una nación conmocionada, un país aquejado, un estado en el que más de la mitad de la población vivía reprimida y aguantaba la represión, el odio, el miedo y la injusticia, hasta que no pudo más. Esta es la historia de Nelson Mandela y Sudáfrica.

Siempre tendemos a hacernos una idea preconcebida de la mayoría de películas cuando oímos hablar de ella o cuando vemos adelantos de la misma. Si se trata de una historia biográfica o biopic los prejuicios suelen ser mayores. Me duele afirmar que esta fue la sensación con la que partí al afrontar el visionado de ‘Mandela: Del mito al hombre’, pero también me alegra reconocer el error tan grande que cometí. Prácticamente desde el minuto uno comprendí que la figura que Chadwick nos estaba presentando, basándose en la autobiografía de Mandela, iba a conseguir emocionar al público, y así lo consiguió conmigo. Sería ilegítimo arrebatar ese mérito a su director, pero tanto o más como no reconocérselo al actor, Idris Elba, que realiza un trabajo sobresaliente por el que sólo podría romper en halagos. Elba consigue traspasar la pantalla y el objetivo que le graba haciéndonos creer que estamos viendo al mismísimo Mandela. Sus gestos de dolor, de alegría, de pena, de rabia, de arrepentimiento,… quedan reflejados en un rostro por el que va pasando el tiempo, una labor prostética que a ratos es bueno, pero que en su mayoría flojea. Chadwick además consigue incrementar el dramatismo de Elba con unos deliciosos primeros planos con los que no deja que perdamos detalle. Otra de las grandezas de este biopic es que, a pesar del título que se ha escogido en España, no mitifica la figura de Mandela, más bien al contrario, la desmitifica, la hace más humana y accesible, y eso, ante un personaje tan conocido como lo es “Madiba”, es un punto a su favor. Y si hablamos de trabajos interpretativos, el de Naomie Harris en el papel de Winnie Mandela no se queda atrás. Mayor personificación de la rabia y deseo de venganza que su marido, Harris se mantiene contenida en la primera mitad de la película, pero saca garra y pecho para lucirse cual pavo real y dejar clara su postura y presencia en la transición de su país, y es que no es difícil confundir personaje y actriz ante semejante interpretación.

Chadwick no sólo consigue que sus actores brillen, sino que, además, teje un fino hilo conductor que le lleva a contar una gran historia, una narración que le podría haber dado para horas y horas de metraje, pero que condensa de forma muy efectiva en escasos 140 minutos. Es por ello que puede dar la sensación de un ritmo atropellado, pero no es así. El director se centra en lo importante, e incluso le da tiempo a detenerse en detalles que, si bien no son fundamentales, resultan interesantes al espectador. Su ritmo es fluido y constante, y la historia consigue trasladarnos a la época y al lugar en el que acontecen los hechos. Sufrimos con sus personajes, pero también con la historia, referida ésta a la sucesión cronológica de hechos históricos, un espacio que ocupa más de 40 años en la vida de un hombre y su nación. Queda reflejado tanto el amor y el coraje como el odio y el miedo del ser humano, o de una sociedad hastiada; pero también podemos ver la barbarie y la desolación que la intolerancia y la ignorancia genera en el corazón del hombre, y es ahí cuando nuestros pensamientos nos hacen recordar a Rousseau, Hobbes y a sus contemporáneos. Si tuviera que definir ‘Mandela: Del mito al hombre’ con dos palabras serían conmovedora e inspiradora. Y como apuntó el propio Mandela, “el amor llega más naturalmente al corazón humano que el odio“, y damos gracias, una vez más, a Justin Chadwick y al propio Nelson Mandela por habernos enseñado a amar. Una vez visto esta película, no deberían perderse tampoco el documental ‘Complot para la paz’ (Carlos Agulló y Mandy Jacobson, 2013). Queda dicho.

Para aquellos que busquen la inspiración perdida o conocer más sobre una de las figuras más emblemáticas del siglo XX.
Lo mejor: lo bien que funciona su conjunto impulsado por unas actuaciones brillantes, una dirección sobresaliente y una banda sonora sublime.
Lo peor: una caracterización bastante pobre que estropea (sólo ligeramente por suerte) la mimetización de Idris Elba como Nelson Mandela.
Kosti
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8
10 de junio de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa juventud es el quinto largometraje de Jaime Rosales, una película donde explora la juventud española de nuestros tiempos en la piel de Natalia y Carlos y los sitúa en un entorno hostil, una España en crisis donde la juventud apenas encuentra una oportunidad laboral o personal. En ese sentido Rosales no sólo dirige, sino que interpreta una parte de la sociedad de nuestro país en un marcado espacio temporal.

Lo primero que te encuentras al abordar Hermosa juventud es precisamente eso, una joven hermosa, que bien podría ser cualquiera, de una belleza natural, real, con los pies en el suelo, pero con algo que le ronda la cabeza. Ella es Natalia (Ingrid García Jonsson). Por otro lado está Carlos (Carlos Rodríguez) novio de Natalia y encargado de cuidar a su madre impedida. Él va de curro en curro cobrando una miseria, la realidad actual de gran parte de los jóvenes españoles, una idea en la que Rosales incide de forma constante en sus escenas y diálogos, a los que carga con más pesimismo según avanza. La vida de estos dos jóvenes va dando tumbos, siempre a causa o por la falta de dinero, otra realidad que azota, no sólo a los jóvenes, sino ya al resto del país, representados en las familias de ambos. Natalia y Carlos resultan tan interesantes como cualquier joven del extrarradio de Madrid, Logroño o cualquier ciudad española, pero Rosales (al igual que otros antes) se preocupa de mostrarlo al público.

La narración en Hermosa juventud resulta curiosa. Si bien comienza como una historia al uso, como una reivindicación social más, Rosales, aprovechando el boom tecnológico que revoluciona a las sociedades occidentales, tira de método móvil/tablet para contarnos aspectos y momentos cruciales (o no tanto) de la vida de Natalia y Carlos: whatsapps en forma de texto e imágenes, aplicaciones que te ayudan a llegar de una estación de metro a otra o videojuegos que entroncan con esa dura realidad que golpea a los jóvenes (y a los no tanto también). Una nueva forma de narrar bastante acertada, y además sin artificios, simple pero efectiva, pura imagen donde el sonido sólo hace entrada como representación de aquélla. Con ello Rosales hace lo que más nos gusta hacer en España: la demanda social en pantalla grande, un grito claro y alto a una sociedad echada a perder, y cuyo destinatario principal no hace falta nombrar. Si hay un pero que se le pueda poner, es que su director cae (aunque en pocas ocasiones) en sus propias trampas narrativas de reiteración, y eso tampoco hacía falta. Pero una nimiedad viendo la obra en su conjunto.

Los actores principales parece que no hacen ni el mínimo esfuerzo para presentarnos a sus personajes, pero en el fondo están haciendo que Natalia y Carlos lleguen con claridad al público y puedan incluso sentirse identificados con ellos. En el punto interpretativo, las películas de Rosales siempre han derrochado naturalidad, y en Hermosa juventud, la cosa no cambia: actuaciones a simple vista libres y abiertas a la improvisación. A esa naturalidad también ayuda que la textura que le da su director siempre sea la adecuada: la cámara casera, el apesadumbrado granulado o la vista desde la pantalla de un móvil. Hermosa juventud es, en resumidas cuentas, una película real, actual y en cierto punto, pesimista, pero arrancará al inconformista que todos llevamos dentro.
Kosti
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7
22 de abril de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece ser que cosa que toca Iciar Bollain se convierte en algo bueno. Y asi pasa con Mataharis.
Las historias de las tres protagonistas están llenas de contenido y, aunque con poca tensión, mantienen atentos al espectador.
El mejor de los tres personajes para mi fue el de Eva (Najwa Nimri) y su historia sin duda la que más cautiva.
Grabada entre lo oscuro de las relaciones humanas y la frialdad en la que se puede caer en un matrimonio, Mataharis refleja la vida de tres mujeres detectives que ven como su vida cambia radicalmente por unas u otras circunstancias.
La ausencia de música durante toda la película (salvo al principio y al final) pueden causar cierto embobamiento en algún punto, pero la verdad es que acaba gustando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kosti
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7
14 de enero de 2010
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahondando en los problemas familiares, personales y sociales del poeta, Monleón hace una retrospectiva de una larga etapa de la vida de Gil de Biedma, y lo hace correctamente. Toda la película gira en torno a este peculiar personaje, bohemio pero a la vez asentado: ejecutivo de día y poeta de profesión. Un personaje tan bien construido y tan bien interpretado que piensas que estás viendo al mismísimo Gil de Biedma. Además, cuenta con un reparto también correctamente construido.
La forma de contar la historia me ha parecido espléndida, con la voz en off del protagonista, expresando con su poesía el momento de vida que está sufriendo o, por el contrario, disfrutando. A Gil de Biedma lo llamaban el poeta de la experiencia, y eso en la película queda reflejado perfectamente, es más, sin conocer aspectos de su vida, no se entienden ciertos versos. Fantástico.
Ahora bien, a pesar de tener una buena construcción de personaje y un método de narración estupendo, el montaje resulta muy atropellado, muy brusco, pasando de un momento a otro sin casi enlaces, o al menos esa fue mi sensación. Pero en el fondo es una película que se disfruta, muy humana y con una gran carga de sensualidad y sexualidad a dosis casi iguales.
Kosti
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2
12 de junio de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie desde que empieza no hace otra cosa que caer en picado. Y es que los refritos creo que nunca son buenos.

Para empezar la inmensa mayoría de los personajes son malísimos, algunos incluso patéticos. Resalta lo absurdo y la mayor de las ignorancias...

Y si no fuera suficiente lo anterior, la serie se alarga hasta la saciedad, inventando historias y situaciones estúpidas y sin sentido que provoca un sopor supremo.

Y por favor... la transformación ya ha sido para pegarse un tiro... Tanto bombo le dieron y luego se quedó en poca cosa...

Bueno, lo dicho... que no vale la pena seguir esta serie, y menos ahora que van a reinventarla... pero ¿de qué manera? De la peor, seguro
Kosti
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