Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Críticas de Taylor
Críticas 702
Críticas ordenadas por utilidad
7
14 de junio de 2007
122 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de la patética traducción al castellano que no pienso reproducir ( digna del más trasnochado gurú de la movida madrileña ), “After hours” se mantiene a día de hoy en un envidiable estado de forma: fresca, ágil, sonrosadita,... como cuando Martín la concibió.
Supongo que a Scorsese le apetecía tras el éxtasis de “Toro salvaje” y el mojonazo de “El rey de la comedia” concederse un respiro firmando el que sería, sin ningún género de dudas, su trabajo más desenfadado y gamberro. Obra menor, película de culto, apuesta personal..., qué más dá. De hecho, ni tan sólo es una comedia al uso. Tampoco creo que a Scorsese le obsesionara arrancar carcajadas del espectador. Para mí “After hours” es el divertimento personal de Scorsese, como lo fue “Pero...¿Quién mató a Harry?” en la filmografía de Hitch.
Te llegue más o te llegue menos, “After hours” es inequívocamente entretenida, original, imprevisible, delirante, surrealista, alegórica, irónica, amena y seguro que muchos calificativos más. Griffin Dunne, grandioso, hace el resto.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
21 de enero de 2008
102 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puro teatro. Lo digo sin ánimo peyorativo. Todo lo contrario. Faltaría más. Mankiewicz curiosea en los camerinos de Broadway para preparar, a través de “Eva al desnudo”, una auténtica ‘master class’ de esgrima dialéctica. Un productor, un director, un dramaturgo, un crítico, las esposas de unos, las señoritas de compañía de otros y, como no, una ambiciosa aspirante a primera actriz y una veterana estrella en horas bajas, emplearán sus lenguas como afilados estiletes para defender sus intereses en un intenso drama con el universo teatral como telón de fondo. Para labrarlo Mankiewicz no se anda con chiquitas y se vale de dos de las armas más mortíferas del género: un portentoso argumento y unas interpretaciones sencillamente excepcionales. Sin embargo, me gustaría reiterar la extraordinaria calidad de los diálogos porque son estos los que atornillan a la butaca al boquiabierto espectador, ante un apabullante despliegue de locuacidad que convertiría cualquiera de nuestros debates domésticos en una vulgar charla de cretinos. Pero más que esa impresionante capacidad oratoria lo que realmente me dejó embelesado y fascinado al mismo tiempo fue constatar la poderosa e impecable capacidad del lenguaje para destilar conceptos tan variopintos como manipulación, seducción, adulación, disimulo, cinismo, sarcasmo, ironía, desdén, vergüenza, temor, orgullo, amenaza, fraude o artificio por citar tan solo algunas de las células congénitas que componen “Eva al desnudo” y que la hacen grande, muy grande. Tan grande como Bette Davis, que en esta peli ratificaba una vez más su incombustible talento.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
4 de abril de 2009
153 de 211 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miedo no, pavor me daba acometer una peli como esta. Uno de esos totems del séptimo arte que sirven, entre otras cosas, para separar el grano de la paja. Para distinguir entre gafapastas de solvencia contrastada y frikicinéfilos de tres al cuarto. Para corroborar, en definitiva, si mindundis como un servidor están o no preparados para dar ese ‘salto’ que sí han conseguido efectuar otros compañeros de FA. Un ‘salto’ similar al que consigue dar Johannes en “La palabra” y que yo, visto lo visto, no he conseguido perpetrar todavía.

Aún así, considero que me es lícito sostener -sin temor a blasfemar- que pese a tener chicha, muuucha chicha, la peli de Dreyer no ha llegado a impactarme como esperaba. Es muy posible que todo ello se deba a que jamás he leído a Kierkegaard o bien a que mis ocasionales gafas de pasta necesiten una nueva graduación de forma urgente e inmediata, pero os aseguro que, en ningún caso, mi desencanto con esta peli ha sido una cuestión de fe. O tal vez sí. Me explico.

Tenia fe en que “La palabra” provocara en mi intelecto un brainstorming de reflexiones filosófico-religiosas imposibles de contener. Tenia fe en que mi capacidad emocional se viera vapuleada por un implacable bombardeo de sensaciones y sentimientos metafísicos de abstrusa dilucidación. Tenia fe en que mi espiritualidad se viera desbordada por un éxtasis místico de irreversibles consecuencias. Pero no. No ha sido así. Resulta obvio que mis creencias cinéfilas no deben ser lo suficientemente fervientes y poderosas como para lograr percibir y gozar de todos y cada uno de los pormenores de esta obra maestra. Lo lamento.

Porque sí, la peli posee una factura impecable (iluminación, movimientos de cámara, puesta en escena), una dirección vigorosa y un ritmo narrativo deliberadamente exasperante, pero todo lo demás (el discurso filosófico-religioso) se me antoja demasiado altivo, demasiado endiosado, demasiado sublimado. Parece como si todos esos personajes debatieran sus convicciones y sus dudas en el limbo, profilácticamente resguardados de cualquier tipo de amenaza terrenal o prosaica. Exceptuando el café. Eso sí. Jamás había visto una peli en la que los protagonistas tomaran tanto café. En cualquier caso, como bien dice Amor Perro resulta casi surrealista imaginar como pudieron haber sido las pausas de un rodaje tan excelso. Y es que comerse un bocadillo de mortadela, abrocharse los pantalones o hurgarse la nariz al lado de un Dreyer mirándote de reojo debe ser un pelín incómodo ¿no?.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
20 de abril de 2007
110 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, colegas. Soy cinéfilo empedernido, impenitente e irredento gracias a "El planeta de los simios". Schaffner completó con ella una especie de "polvo" cinematográfico galáctico, culminando con éxito un orgasmo cinéfilo-colectivo de escándalo. Personalmente ocupa con "2001, una odisea del espacio" y "Blade runner" la Santísima Trinidad de la Ciencia Ficción fílmica.
Tal vez no llegue al status de peliculón, pero esta puñetera película fue la primera que ME HIZO PENSAR a la vez de entretenerme, trepanando mi cerebro preadolescente y activando todos los resortes de mi imaginación hasta límites insospechados. Aún siento hoy en día ese pálpito, esa turbación remota. Vendería mi alma al diablo para volver a contemplar con la ingenuidad de mis pueriles retinas ese demoledor final, probablemente el mejor y más inquietante desenlace de la historia del cine.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
24 de noviembre de 2007
117 de 141 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las premisas ineludibles que, a mi entender, debe cumplir a rajatabla cualquier peli merecedora de un 10 es que pueda revisarse con cierta periodicidad sin perder un ápice de personalidad o duende. Eso, en mi pueblo, lo denominamos magia. Y, para mi, “Casablanca” la tiene a espuertas.

Tal vez por ser un mitómano confeso, tal vez porque me dejo seducir con facilidad... qué sé yo... el caso es que la peli de Curtiz es de aquellas que me quita el aliento, que me hace soñar y que me transporta a un escenario tan legendario y embriagador como la mismísima corte del Rey Arturo para experimentar como si fuera en carne propia una amarga historia de amor con guarnición bélica incluída. ¿Exagerado? ¿ridículo?. Más de uno esbozará un cínico retozo o gemirá compulsivamente como una hiena. Me la suda, listillos. Prefiero regocijarme revolcándome como un lechón en el barro viendo “Casablanca” que entrar en trance con "Largo domingo de noviazgo" o "Lost in translation". Dios me libre.

El affaire entre Rick e Ilsa nunca dejará de ser grande por mucha inverosimilitud o topismo que se le adjudique. “Casablanca” es excepcional y sublime precisamente por la esencia ecuménica de su ADN. Vaya, que es tan universal, popular y tremenda como una buena paella. En lo que respecta a hábitos conductuales, probablemente ninguno de nosotros actuaría como lo hace Rick pero, joder, no me digáis que no flipáis con su portentosa exhibición de huevos de plomo (...perdón, de aplomo). De las que crean escuela. Yo, de mayor, quiero ser como Bogey.

Por cierto, calificar a Humphrey de paleto resulta tan disparatado como tomar un autorretrato de Camilo Sesto por un Picasso.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow