Pues la verdad es que Indy está de vuelta aunque muy lejos de su verdadero nivel. En esta cuarta entrega sólo se salva el humor característico del doctor Jones ya que el resto es que como si nos hubieran robado la verdadera esencia de la saga original. Y es que la historia y los personajes dejan bastante que desear y tienen vacíos muy importantes.
La verdad es que los personajes están muy mal caracterizados; no sabemos lo que pintan en la historia, quienes son y lo que quieren. Por ejemplo, no sabemos lo que quiere Irina Spalko, por cierto Cate Blanchett genial como siempre, y para que lo quiere. Lo del supuesto amigo Mac es para nota: que si ahora somos amigos, que si ahora te traiciono, que en realidad no, que ya no se ni quien soy ni lo que quiero... El profesor chiflado pasa con más pena que gloria por la historia. Y por último Marion que se incorpora demasiado tarde a la historia y pasa por ella como un fantasma dando lugar a una historia de amor casi nada creible. Sólo se salva Shia LaBeouf que desprende lo que se requiere de un joven irreverente que quiera ponerse a la altura de Indiana Jones.
Eso sí, a ratos entre la maraña de una historia que nunca llegamos a abarcar ya que el guión no nos lo permite, se pueden apreciar ciertos rasgos inconfundibles de la saga. Como ya he dicho el humor aunque algo forzado, es inconfundible y de lo más refrescante entre tanta acción. También es muy destacable la persecución en la jungla, lo mejor de la película a mi juicio. Es digna de la de los tanques en la última cruzada y crea una coreografía perfecta entre todos los personajes de la película. Realmente muy agradable. Y por último, Harrison Ford que aunque se haya hecho mayor sigue llevando a Indy dentro y eso se nota a la hora de engancharnos a pesar de todo a la historia. Ya se sabe, los viejos rockeros nunca mueren y de eso Harrison Foed sabe un rato.
En resumidas cuentas, la película es bastante floja por varias razones pero entretiene y resucita el mito aunque sólo se puedan apreciar ciertas pinceladas de calidad. Y además nos permite darnos cuenta de lo geniales que son las tres primeras.

Una película para volverse loco muy al estilo Haneke en la que el espectador siente a lo largo del todo el film la tensión y la frustración de Daniel Auteuil, sin que sepamos que hacer para evadirnos
de esa sensación que nos atrapa. La desesperación de los protagonistas nace desde del principio cuando sin saber nada de ellos se nos presenta la trama principal de la película sin darnos tiempo a acomodarnos en el sofá. La forma tan particular de grabar y las inseguridades e incertidumbres de los protagonistas hacen el resto para que no tengamos ni un respiro durante toda la película. Por otro lado, lo que más terror produce es la banalidad de la historia. La mayoría de los diálogos son triviales y no sirven para nada salvo para mostrarnos que una pareja se desmiembra desde la banalidad y eso es lo que poco a poco les va sucediendo a Auteuil y Binoche. Y es que el silencio es en esta película un protagonista más ya que está tan presente que todo gira en torno a él puesto que toda incertidumbre sin un buen silencio no sería tal.
Por otro lado destacar a Daniel Auteuil que está sublime en su papel de padre y marido inseguro y con algo que esconder que poco a poco le va torturando. Este papel no hace sino confirmarlo como uno de los mejores sino el mejor actor francés del momento.

Blue Jasmine es la historia de una mujer que se traiciona a si misma y de las consecuencias de esta traición. Jasmine tenía el camino marcado para salir adelante, tras una infancia que se deja intuir complicada, por si misma pero renuncia a ello por una vida frívola y cómoda al lado de un encantador pero sibilino hombre de negocios.

De una forma a veces simplista aunque por lo general astuta Woody Allen alterna los aspectos en que su vida se descarrió y las consecuencias sobre su vida actual. Profesionalmente, sentimentalmente y sobre todo psicológicamente pues Jasmine es ya incapaz de enderezar su vida y la losa de sus errores pasados puede que sea ya demasiado pesada.

Y la maestría ligera de Woody Allen que como si nada muestra los aspectos tan cotidianos como crueles de la vida de Jasmine en casa de su hermana que no hacen sino hacer resurgir todos los lamentos y en vez de ayudar la encaminan hacía su autodestrucción.

Por último destacar una vez más como Woody Allen logra sacarle una interpretación excepcional a una actriz ya de por si fantástica. Cate Blanchett pasa por todos los registros con una naturalidad pasmosa y consigue sacar todo el potencial a un personaje muy complejo y lleno de sutilezas.

En resumidas cuentas, una muy buena película y el mejor drama de Woody Allen en años.

No sé que le ve la gente a esta película... Como en la mayoría de las películas chinas no ocurre nada a lo largo de las casi dos horas de película... El ritmo es insoportablemente lento y los actores salvo, tal vez la chica que busca a su marido, son algo horrible. Las dos historias son igual de angustiosamente lentas. Y para colmo, no se entrelazan nunca lo que le hubiera dado algo de picante y de vidilla al asunto... El aspecto documental tampoco está bien cuidado ya que no se transmite ni de lejos la terrible realidad de los desplazados por la construcción de la presa de las tres gargantas (más de un millón de desplazados abandonados a su suerte...). Enfín, no sé si las críticas son buenas porque a uno le tienen que gustar las películas chinas ya que resulta intelectual y moderno pero el caso es que al cabo de veinte minutos uno ya está deseando largarse de la sala a hacer algo de más provecho...