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España España · Barcelona
Críticas de zoquete
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Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
8
15 de enero de 2007
13 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Queréis que hablemos de anarquía, caos, rebeldía, insumisión al poder…? No lo hagamos, practiquémoslo…

Shhhh… Os confesaré un secreto: a menudo cuando tengo dudas, busco en google. Atrás quedan los tiempos del diccionario, de consultar a mis mayores o a algún experto. Lo reconozco, prefiero buscar en internet, no sea que preguntando por eso de chatear, acabe tomando vinos…

Más que nunca la verdad, la corrección ortográfica no viene dada por la RAE, sino por cómo se expresa, vota y participa la mayoría… ¿eso qué es lo que es?

"B" de Bendetta muestra un gobierno británico conocedor de la importancia del boca a oreja, motivo por el que es muy cuidadoso esculpiendo la memoria histórica de su sociedad. A poco que reflexionen un poco, los buscadores de la verdad coincidirán con ellos y conmigo en que a menudo es más importante el consenso que la dirección a tomar. Al fin y al cabo ya se sabe que todos los caminos conducen a Roma, y que todo es provisional.

"B" de Bendetta se inspira en el comic de mismo título de Alan Moore, auspiciada por el apoyo de los célebres hermanos Wachowski, productores y las malas lenguas dicen que mucho más. La película presenta una Natalie Portman rebelde, confusa, víctima, heroína, consolidando una imagen de inteligencia ¿oculta? tras una bella faz a la que sucumbe el protagonista, un violento mercenario, sedicioso asqueado del estado, una ridícula máscara tras la que se exhibe una demasiado evidente ¿inteligencia?

Chica y chico se enamoran, derrotan al gobierno y tienen muchos vevecitos… ¡ah, no, que esto es un comic llevado a la pantalla!

¿O sí? El comic: los nuevos románticos…

Sorprende advertir lo que ha costado consolidar el matrimonio entre el comic y el cine, y eso que este último, debiéndole tanto, se muestra más bien infiel, dada su concupiscencia con otros medios, pero especialmente por ese menosprecio hacia un arte que cuesta dejar de considerar infantil o adolescente…

El comic enseña a ser crítico, a pensar libremente, a ser transgresor, a cuestionarnos cada simple decisión, imposición, que cualquier otro u otros puedan tomar por nosotros, donde los héroes pueden ser cretinos sin complejos, pero complejos en personalidad… ¿como nos pide "B" de "Bendetta"?

El cine nos educa, nos tranquiliza, nos concilia con las decisiones del poder… ¿por eso disgusta la adaptación del comic a la gran pantalla?

KaOS: se experimenta con la primera idea que pasa por la cabeza: ¿qué pasaría si estuviéramos gobernados por locos? y luego sigue evolucionando hacia un surrealismo aún más acusado… ¿qué pasaría si estuviéramos gobernados por cuerdos?

"B" de Bendeta resuma originalidad y ciertos trazos de transgresión ciertamente algo pulidos en el guión, pero tampoco nos pongamos transcendentes. ¿El concepto de terrorismo? ¿Qué pasa con un estado totalitario? ¿Historia moral? Divertimento.

¿Os he aclarado algo? Lo siento, no era mi intención, sólo quería provocar algo de kAoS.
zoquete
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8
29 de marzo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo, cuando era crío y a raíz del estreno de la célebre ´E.T. El extraterrestre´, unas declaraciones del actor Henry Thomas, el niño Elliot protagonista de la película. Entre las anécdotas que relataba, destacaba la capacidad de Steven Spielberg por arrancarle en cada momento la mejor de las expresiones. Y para ilustrarlo, citó una de las caras de asombro que exhibió (y que forma ya parte de la historia del cine) lograda tras una oportuna bajada de pantalones del propio director en pleno rodaje.

Esa magia excepcional la he vuelto a encontrar en la última película de Spielberg donde además, si me lo permitís, constituye el núcleo del argumento. Porque esta obra me ha recordado la necesidad que tenemos de ser irreemplazables, de poseer un nombre y apellidos, de ser reconocidos sin ambigüedad posible, de ocupar un espacio en las vidas de los demás que ningún otro pueda arrebatarnos. Paradójicamente, este sentimiento tan humano se contrapone a su opuesto, que es el del deseo de ser como el resto, de sentirse igual a quienes amas, de formar un todo homogéneo con los que te aman, como el de ‘David’, el ingenio mecánico que protagoniza el film, que desearía ser un ‘chico real’.

Hablar de materia orgánica o metal no deja de ser una excusa para plantear un dilema que se nos antoja bien cercano, pues sin duda bien poco nos importa si un manojo de cables dice ´soy real´ o ´te quiero´. Spielberg sabe conducir la historia en forma que nos olvidemos de los ´Tamagochi´ o ´Furby´, como precursores de ese ´David´ tan magistralmente interpretado por Haley Joel Osment. Spielberg logra enternecer a la audiencia, sin dejar asomo de duda del afecto que se merece el mecano andante. Y lo hace tan bien que incluso le deseamos lo mejor por contraste al sentimiento de odio que nos despiertan humanos ´reales´.

Es ´A.I.´ una película ambiciosa, lo cual queda patente en las reflexiones existenciales que pretende provocar, en el metraje de casi dos horas y media, en la riqueza de efectos especiales y, sobretodo, en un cuidadosísimo guión que aglutina tres historias. La película, en términos generales, no defraudará: contiene sobrados elementos para contentar a todo tipo de públicos (desde el drama del afecto materno-filial hasta un pseudo gore del despedazamiento de androides), a todo tipo de exigencias (el milimétrico trabajo de todos los actores, la construcción de múltiples y desasosiegadores escenarios, diálogos trabajados, silencios inquietantes, guión sólido), y a todo tipo de actitudes (cachondeo, cinismo, adoración, reflexión). Sin embargo, pese al elevado presupuesto de la cinta, impecable trabajo de los actores, última versión del programita para los efectos especiales y llevar largo tiempo esperada, la película no nos revela cuál es el sentido de la vida (oh, decepción). Quienes busquen el nirvana lo tendrán igualmente difícil. Quienes vengan cargados de expectativas, posiblemente también lo tendrán crudo.
zoquete
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8
19 de julio de 2005
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una evidencia: la película transmite una incómoda sensación de fragilidad cuanto más se subvierte el mínimo de reglas de convivencia. No se trata de hablar de ética, de bondad o maldad, de compasión o miseria, amor u odio. Dejemos los sentimientos a un lado y, fríamente, consideremos qué mecanismos hemos desarrollado u obviado para potenciar la violencia o paz, para preservar la simple integridad física, y que la gravedad de este principio comunitario sea transmitida de forma efectiva a las sucesivas generaciones venideras.

Unos jovencitos amigos, de presencia y educación impecables, abordan a una familia a la que someten primero a sus dotes persuasivas y de agradable trato, digna de la mejor de las familias para, no mucho más tarde, transformarse en verdugos psicológicos y corporales. El director, Haneke, parece hacerse cómplice de su frivolidad malsana, ¿es necesario decir que psicópata?, con tétricos guiños al espectador para deleite de bien pocos espectadores.

´Funny Games´ es una película de reflexión y antiviolencia. La he disfrutado mucho, la considero fresca, de ritmo nervioso y ese tipo de historias que no te deja precisamente tranquilo. No debe ser fácil construir una historia así, donde la fiereza juvenil, no exenta de cierta experimentación perversa, debe mostrar a partes iguales su inutilidad y el doloroso daño que infringe. Se agradece la valentía del cineasta que se arriesga con un relato denuncia. El metraje no hace concesión alguna al recreo del espectador, especialmente la segunda mitad, donde se muestra el límite de la violencia, incorporando incluso muertes, pero destaca el dolor de los secuestrados. Para los amantes del ritmo a base de sangre y ´sensaciones fuertes´ encontrarán un poco pusilánime que se nos ahorrare el espectáculo visceral de los actos violentos que tuvieron que presenciar las propias víctimas, pero claramente ésta no es su tipo de película.

Haneke no muestra, sugiere, mostrando un inquietante perfil de los casi imberbes criminales, discreta vestimenta y, por lo tanto, realismo (de hecho, podrían vivir el en tercero...) Así, definitivamente es un buen toque de alerta para no hacer del cine violento una agradable sesión vespertina y provocar, como sucedió durante el pase que me correspondió, la retirada de la sala de algunos asistentes.

¿Hasta dónde se diferencia el goce promovido por la gran pantalla, videojuegos o atracciones de feria ante la manifiesta agresividad de los actos violentos y el que a priori excita o satisface a los salvajes del mundo real? ¿Cómo puede prohibírsele, censurársele incluso a nuestros niñitos el abofeteamiento de sus compañeros de recreo mientras la familia al completo se recrea con la última heroicidad sangrienta del mercenario facistoide de turno? ¿Excusaremos e incluso alabaremos los enloquecidos medios expeditivos simplemente porque buscan una coartada en nuestro previsible veredicto de juzgado de guardia?
zoquete
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6
29 de marzo de 2009
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que este Balaguer es un mariconazo de los de pajarita y ropa interior femenina. Seguro que es de los que exclama ´que requetemonísima que estás´ a sus amigas y mariquillas que le acompañan, mientras le mira el culo al cámara, a los actores y, sobretodo, a los fornidos mozos que llevan arriba y abajo el material cinematográfico. ¿Qué se ha creído este mamarracho intelectualoide?

Como primer trabajo tras las cámaras, se ha lucido el chaval. ¿Acaso pretende destruir la esencia de la familia, el núcleo vital de la sociedad? ¿a qué predisponer a las parejas a acentuar sus problemas cotidianos? ¿por qué convertir en drama lo que simplemente son pequeños obstáculos?

Porque el esposo, excelente creativo publicitario, alabado y respetado en su trabajo, también es una gran persona obsesionada por crear un hogar feliz. Ella, la esposa y madre de su hija, sólo demuestra inmadurez e insensatez que incluso le lleva a fumar durante el embarazo. Unas pretensiones universitarias a todas luces fuera de sus capacidades, y una soberbia contra el pobre hombre que justifica el odio ante tanto liberalismo femenino.

Él se exaspera, claro, y no puede controlar sus nervios... se le va la mano. Demasiadas tensiones. Los golpes son inevitables. Y ella le mira con aire acusador, le hace sentirse mal, le humilla. Pero la mujer no entiende, prefiere las frivolidades de su amiga, se deja llevar por sueños de grandeza como ignorante que es…

... ...

¿Aún seguís leyéndome? El argumento ya lo conocéis, el enfoque... la mayoría no lo aprobará, aunque sea por esa corrección política tan de moda. A esa minoría restante que pueda sentirse identificada (las estadísticas confirman su existencia): ¡id a ver la película!

Volviendo al resto, me disculpo y corrijo: sólido debut de un sobrio Javier Balaguer que no necesita de espectaculares palizas, de moralinas evidentes o rastreos freudianos en los agresores para plasmar una denuncia necesaria: las mujeres maltratadas y el inaudito vacío legal que se hace coartada de una sociedad demasiado débil para rebelarse ante sus inercias machistas.

Una pareja de actorazos absolutamente convincentes, lo cual no me causa sorpresa. Paz Vega ya demostró con ´Lucía y el sexo´, que sus registros exhibidos en ´Siete vidas´ habían sido puro pasatiempo. ´Sergi López´ ya lleva tiempo como profeta en nuestra vecina Francia (no en su tierra). Se le puede recordar en su bis a bis con Natalie Baye en ´Une liaison pornographique´, donde ambos intérpretes disponían de toda la pantalla para ellos solos.

Una sutil pega, que no insalvable, pues supone una reflexión inevitable tras la película. La violencia física no es lo más grave, sino el chantaje sentimental: el dolor que sufren tantas mujeres incapaces de asimilar que esos ojos tiernos que un día le declararon amor eterno, ahora las humillen, las anulen y las conviertan en fracasadas, por considerarlas posesión en lugar de simétrico proyecto vital.
zoquete
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Bowling for Columbine
Documental
Estados Unidos2002
7,6
64.546
9
13 de octubre de 2005
6 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué ha sido eso?¿un cristal roto? ¿un crujido? ¿pisadas? ¿un jadeo?¡Ah, no! soy yo, incluso siento los latidos de mi corazón... ¿tengo un intruso en casa? Tenía que pasarme. No dejo de leer tragedias en el periódico, ¡y esas imágenes en televisión! No puede pasarme a mí. No se atreverán con mi familia. Sólo imaginarme al cerdo criminal bufando encima de... ¡No! No quiero ni pensarlo. Ojalá tuviera un arma, ¡ojalá pudiera mandarlo al infierno!

¿Quién no siente así? ¿Quién es tan cobarde e insensible para no desear proteger a los suyos de cualquier canalla capaz de asaltar una casa, violar e incluso asesinar?

Por eso existe en Estados Unidos la Segunda Enmienda (de la Declaración de los Derechos Civiles). “El derecho del pueblo de mantener y portar Armas [...]”. Uno de sus defensores fue Thomas Jefferson: “A ningún hombre libre se le debe impedir el uso de las armas”, “Las leyes que prohíben llevar armas... desarman solamente a aquellos que no están ni determinados ni predispuestos a cometer crímenes”.

El director Michael Moore, norteamericano mientras no se demuestre lo contrario, cuestiona el sagrado derecho a armarse que tanto caracteriza la cultura yanqui. No es una novedad. Moore tenía antecedentes de “rebeldía” con su primer documental “Roger & Me”, o en su posterior trabajo “The Big One”. Pero no sigamos recreando su ego, que para ello ya se basta la presente película.

Efectivamente. El director (entrevistador, presentador, narrador e incluso actor), nos presenta la dolorosa masacre protagonizada por dos adolescentes que acabaron con más de una docena de compañeros en Columbine de Littleton. Nos recuerda el crío de seis años que asesinó, premeditadamente, a su compañera de clase, en una escuela de Flint.

El cuadro de dolor se complementa con visitas a los grandes almacenes Kmart, donde se adquirió la munición empleada en Littleton, al portavoz de una empresa de mísiles, al célebre actor Charlton Heston y a otros defensores del disparo como práctica, responsabilidad, incluso deber popular. Tampoco faltan entrevistas con “incitadores” de tanta violencia como Marilyn Manson o Matt Stone (creador de “South Park”). Todo ello con un obsesivo tono de burla y ridiculización, casi insulto hacia los defensores de las armas.

Digámoslo ya. En cada fragmento del metraje se detecta la clara manipulación del autor, que tan pronto denuncia la inseguridad, las matanzas adolescentes, como la agresiva política de dominación estadounidense, derivándolo hacia un plan mediático para tenernos subyugados. Todo ello aderezado de pintorescos razonamientos como la influencia de los bolos, que da nombre al documental, y plagas de abejas africanas.

¿Miedo? Vean la película. Es imperativo. La discusión debe seguir.

Me vuelvo a imaginar en casa. Ese ruido... ¡qué tortura! Tengo las manos empapadas de sudor, pero llevo una 9 mm. ¡Me siento mejor! Ahí está. Veo su sombra... ¿qué hace? ¿qué lleva? ¡también está armado! ¡me apunta! ¡Nooooo!
zoquete
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