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España España · Barcelona
Críticas de Manu_el_Ruiz
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Críticas 54
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
1
18 de febrero de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace más de 30 años un desconocido Bigas Luna, con pretensiones de creador, consiguió realizar, con una modesta pero atrevida y arrojada propuesta (Bilbao, 1978), una de las mejores y más inquietantes películas del cine español. Hoy día, aquel Bigas Lunas, parece más un empresario del cine que se atreve con propuestas más ambiciosas, con ínfulas de gran producción, aunque en ningún momento consiga escapar de realizar un producto mesetario y casposo.

“DiDi Hollywood” pertenece al peor cine en todos los sentidos, ya que fallan la mayor parte de elementos que en la película convergen.
Elsa Pakaty siempre ha sido una actriz más que limitada y darle el peso de la película, para que muestre su cuerpo macizo y su capacidad orgásmica, ha sido un error. Es incapaz de dotar de matices a su personaje, a pesar de la evolución interior que debe ir asumiendo en ese viaje itinerante, tanto físico como emocional, y se acaba imponiendo el lastre de su interpretación; a ello hay que añadir su pésima dicción y vocalización, algo demasiado frecuente en el cine español. Las interpretaciones en conjunto son bastante pobres, por limitaciones actorales y por lo imposible del guion (hasta el efectivo Peter Coyote deambula como alma en pena)

El guion tópico y torpe avanza sin imaginación alguna en lo que pretende contar y esa ascensión a los cielos de Hollywood, pasando por el infierno terrenal de alguna habitación, carece del más elemental interés. Resulta curioso que para explicar todo eso se haya contado con un guionista adicional (Joe Wolberg) en un guion plagado de frases que van del ridículo a lo pomposo.

En la continuidad narrativa (léase raccord) Bigas Luna es incapaz por momentos de hacer progresar la historia de manera uniforme y coherente. A veces parece que la amiga de la Pataky acaba de hablar con ella desde la discoteca (con la eterna y pesadita presencia del novio) cuando quizás han pasados ya meses, o la madre que aparece y desparece sin que sepamos nunca en que punto de la historia se encuentra respecto a su hija.

El moderno y osado Bigas Lunas no duda en introducir esas canciones que llenen de vigor y modernidad algunas secuencias, consiguiendo por momentos armonizar el conjunto, que no se llega a aprehender ante lo plúmbeo de lo manufacturado. Lo que aquí se cuenta es un largo y esforzado tópico, a pesar de introducir a la pretendida erotizante Pakaty con sus atrevidas escenas de sexo, plagadas de orgasmos, que la actriz vive con la misma falta de emotividad con que interpreta y filmadas por Luna con tanta vulgaridad como total carencia de encanto. Hasta a los de maquillaje cuando la quieren hacer parecer una gran estrella se les va la mano y la pintan como a una mona. Por mucho que llenen a la actriz de joyas y vestidos "fashion" no deja de parecer una aldeana disfrazada.

A Bigas Luna le ha salido un película torpe, hortera y cursi, y a ratos aburrida. “Didi” es una película desangelada y vulgar, indigna de su autor.
Manu_el_Ruiz
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1
15 de febrero de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
He tenido que dedicar momentos de profunda reflexión para conseguir distinguir qué hay de cine en esta propuesta cinematográfica llamada “Scar 3D”

Me han asaltado dudas para poder valorar donde se encontraba el guion, por donde iba el argumento, si existía montaje, si había algún interprete desarrollando un papel, si era música lo que acompañaba las imágenes, si las escenas que se iban uniendo era planificación, si había alguien dirigiendo todo aquello o hasta donde llegaba la trascendencia del maquillaje y los efectos especiales.

Todas esas reflexiones han acabado centrándose en una incertidumbre. Cómo el personaje de (Joan Burrows) comienza siendo una adolescente (Brittney Wilson) maja y de cuerpo agradecido para acabar convertida en esa mujer (Angela Bettis) demacrada y desagradable.

No creo que llegue a aclarar nunca esa duda, ni que nadie sea capaz de hacerlo por mí.
Manu_el_Ruiz
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6
14 de febrero de 2011
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque se parezca a tanta otras, “The Resident” posee y aporta, en parte de su metraje, determinados elementos que la hacen por momentos tan perturbadora como sugestiva. Lástima que después de haber expuesto con bastante corrección todos los elementos con los que tejer la historia, cuando llega el momento del viraje hacia su desenlace, el tópico y la vulgaridad se adueñan de la pantalla y el director malogra lo que durante más de una hora ha conseguido entrelazar con notable pericia.

La historia comienza plácidamente, apuntando los datos básicos para que el espectador pueda ir introduciéndose en el desarrollo hacia el que derivará su argumento y que devendrá en esta especie de malsano thriller psicológico. Una vez expuesto el prólogo empieza el verdadero desarrollo donde predomina el erotismo y la sexualidad enfermiza (con todo ello, Sir Alfred Hitchcock hubiera disfrutado de lo lindo y seguro que nos hubiera perturbado mucho más con el resultado final). Aquí Antti Jokinen demuestra buenas intenciones, ayudado por el diseño de producción y los decorados, así como de una tan malévola como luminosa fotografía. Hilary Swank, nos muestra (dentro de un orden) su cuerpo bien fibrado y de carnes duras para hacer llegar más allá de la cámara toda la sensualidad y erotismo que la historia requiere, y Jeffrey Dean Morgan entre esa mezcla de amabilidad, timidez y retraimiento, ayudado por ese aparente estrabismo en la mirada, consigue construir y hacer creíble ese personaje tan enfermo como dañino.

Cuando ya todo está expuesto, de una forma más o menos elegante y sutil, no sin algún momento estridente y vulgar, llegado el momento de reconducir el argumento hacia su desenlace, se ponen de acuerdo la debilidad de un guion que degenera hacia el tópico y la necedad y el desmadre del director, que está más pendiente de conseguir escenas de efecto llamativo que ajustadas a la lógica de lo que ha ido planteando.

Es bastante normal que un mal final fastidie una interesante historia, bien expuesta y planteada (hasta lo consiguió, mi admirado, el gran Clint Eastwood con su “Deuda de sangre”), por lo que he de acabar sometiéndome a la resignación de espectador frustrado y lamentar que no haya alguien, entre tantos productores que hoy día tienen la mayoría de películas, con el suficiente sentido común para evitar que un notable principio, con un peculiar desarrollo, termine siendo un puro artificio, ramplón y grotesco.
Manu_el_Ruiz
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2
12 de febrero de 2011
44 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cartas a Julieta” pertenece a ese tipo de películas tan bienintencionadas como tramposas en que todo está al servicio de la sensiblera historia que pretende contar, para emocionar a algún despistado o débil mental.
Nada más empezar, esta cargante película, ya pone sus cartas al descubierto, cuando en mitad de los títulos de crédito introduce una acaramelada cancioncilla como prólogo a todo el horror que después ha de desarrollar.

Desde el primer momento esta producción, dirigida a la más elemental de las emociones, pone en marcha todo un proceso en que confluyen: el casting (actores primarios que pondrán cara de bobos a lo largo de la película, Franco Nero incluido, se salva la siempre digna Vanessa Redgrave), la música (cancioncillas dulzonas para acaramelar las escenas), el guion (frases tópicas y ostentosas que llegan a la estupidez), la fotografía (llena de artificiosa vívida luz los encuadres que enmarcan tanto a personajes como al rural paisaje en que se mueven), la interpretación (miradas trascendente y gestos que muestran lo entrañable de la emoción que comparten), el montaje (secuencias ordenadas de los rostros/miradas entre dulces y estúpidas de los personajes, así como mostrar a ese coche viajero que siempre recorre el mismo paisaje y la misma la carretera junto a esos árboles que la bordean), y como no, la dirección (el incompetente de turno, organiza toda la parafernalia para crear una historia donde la base está en el guiño cómplice que dirige a los espectadores, a los que quiere hacer compartir esa complicidad con sus pobres criaturas de ficción)

La historia que nos explican es un puro artificio y a medida que transcurre se va volviendo tan cargante como artificiosa. Las actuaciones a nivel de protagonistas son de un tópico elemental, y cuando el quimérico director quiere filmar escenas corales consigue el más absoluto de los ridículos. Todo está encaminado a potenciar un pretendido amor verdadero que sobreviva a los tiempos y a las dificultades, y para ello tanto director como guionista nos someten a la tortura de ver como esos incapaces emocionales deambulan por todo el metraje, diciéndose cositas, echándose miraditas y hasta permitiéndose alguna cándida caricia que parece más digna de una película infantil que de adulto.

Pocas cosas pueden resultar más aterradoras que un par cretinos acercándose con la excusa del amor, hasta arrimarse lo suficiente, como, para en mitad de su ridículo desconcierto, llegar a la proximidad cárnica y confundir el desmadre orgásmico con la emoción sentimental.

El amor es algo serio, hermoso, trascendente, emocionante y hasta definitorio. Cuando alguien pretende especular sobre él, se le debería exigir un mínimo de inteligencia o por lo menos de integridad, porque si no, la tontería se impone y el más absoluto de los absurdos está servido. Es entonces cuando el ridículo invade hasta el último rincón de los corazones.
Manu_el_Ruiz
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10
11 de febrero de 2011
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de Hitchcock se da en esta película en lo que casi fue su testamento fílmico, ya que solo realizaría otra más, la correcta y agradable “La trama/Family Plot” y después de haber realizado una de las peores, la amanerada y artificiosa “Topaz”. No deja de ser sorprendente como a la edad de ya setenta y algunos años el viejo maestro fuera capaz de realizar esta estimulante “casi” obra maestra, a la que no dudo en poner un 10 a pesar de alguna ligerísima impericia hacia al final, tanto a nivel de guion como de resolución escénica. Tengo que aceptar que Alfred Hitchcock no pertenece a mis directores preferidos, ya que su manera de hacer cine, un tanto teatral, no siempre conecta con mi sensibilidad, pero cuando me atrapa con sus trucos de mago consigue subyugarme (“Vértigo/De entre los muertos”, “La ventana indiscreta”…)

Se dan cita en esta película la mayor parte de las obsesiones de Hitchcock, la figura del falso culpable, el humor/cinismo, sexualidad enfermiza y un cierto sadismo, que no duda en recalcar al planificar los asesinatos. Contando con un conjunto de intérpretes no especialmente famosos (después de un par de fracasos económicos las productoras ya no le daban dinero) consigue integrarlos lenta y progresivamente en un guion tan sutil como efectivo. Hitchcock se aplica con ganas y consigue técnicamente momentos tan efectivos como llamativos, a veces dejando quieta la cámara (permanece inmovil junto a la entrada de una vivienda donde una mujer ha sido brutalmente asesinada, alguien entra, se mantiene el plano durante largos segundos hasta que oímos el grito esperado), a veces moviendola (una pareja entra en un piso y tras una frase premonitoria se cierra la puerta. La cámara retrocede en un largo travelling, sale del edificio y termina armonizando el bullicio de la calle con la muerte en la soledad de una habitación)

El comienzo del film ya define su agudo humor negro, (más tarde, una pareja comenta como a un cadaver le han roto los dedos rigidos de la mano y la mujer distraídamente quiebra un colín introduciendo el chasquido en la conversación), que junto a la intriga y el suspense van conformando los parámetros por los que se irá deslizando. Los personajes, extraordinariamente definidos, ayudan con su eficaz interpretación a que la historia desemboque en ese final con epílogo, al que la trama los dirige. Transitan con impecable destreza por todos los vericuetos que todos ellos van asumiendo a nivel individual y acaban entrelazándose para influir inconscientemente en el trágico destino de los otros. Hitchcock encuadra, planifica y redondea en el montaje todas las escenas con la misma efectividad y resolución; desde un cruel asesinato hasta la ironía de cómo un marido debe asumir los guisos de su mujer.

Al señor Alfred Hitchcock (Sir, según los ingleses) se le deben algunas de las películas más llamativas y sugerentes de la historia del cine y ésta desde luego que lo es, por su contenido y su continente.
Manu_el_Ruiz
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