La película más que correcta. He repasado las críticas, y no veo que es precisamente, que Klara y Lucas tenían una relación que nadie entendía, las rayas. Cómo, el bueno de Lucas salvaba a la desangelada Klara del caos de las rayas, y poco menos el "amor" (por decirlo así) de ella a su salvador era infinito, pero no correspondido, y es aquí donde arrancamos el asunto. El despecho.
Luego tenemos la imputación, la caza. Qué decir, vivimos en un país (no hay que irse a Dinamarca), donde si te imputan estás marcado, tú y tú familia. Tiempos modernos donde lo que tienes que demostrar es tu inocencia, porque a todos los efectos y a ojos de todos, ya estás condenado.

Resbalando por la cordura de una felicidad impuesta, tras la máscara de la risa y la sonrisa, llega la carcajada hueca, sin alma. La carcajada de la hiena que se come a su victima.
Bajada a los infiernos de Joker, y el que esté libre de culpa que tire la primera piedra.
En una sociedad vacía, donde el parecer tiene más sustancia que el ser, aparece Joker como subproducto brutal de dicha sociedad, para recordar que el barro (la sangre??) es sustancial a la vida humana.

Imposible decir qué escena es mejor que otra, todas.

El oscar está garantizado, pero por mucho, y supongo que para el director (que además es guionista) también. La película ya veremos.

Si te gusta el cine y tienes bien el estómago, vete a verla.

No conocía al tal Dolan, y tampoco sabía que era el niño mimado ni nada de nada de él, pero, ¿cómo no puede serlo?. Sorprende que alguien tan joven sepa de los intestinos de la vida, de lo que hay más allá de lo cómodo de lo fácil del anuncio estupendo de la familia feliz, para restregarnos, restregarnos con lija lo que la vida te puede poner te guste o no.
Lo hace sin descanso, bajando a los infiernos y solo concediéndose abrir la pantalla, para los sueños que se sujetan en papel, porque la vida está escrita, está condenada desde el primer fotograma.

Pues eso, que tanto cargas al burro con el recado, que al final el pobre no puede ni moverse.

Desconozco por qué se tiene que ser policía y macarra a la vez, desde luego en España es algo que se suele confundir.
Solo he visto los tres primeros capítulos de esta serie, suficiente. Mi estómago no podía más de chonis con placa. Todo es bipolar, o amor supremo a la familia, algo así como el "amor de madre" en los famosos tatuajes, a convertirse en personajes con la testosterona rezumando por cada poro de la piel. De esta manera "cojones", es la estrella del guión. Que si me tocas, los..., que sin me tienes hasta los...., que si me sudan los ...., pero con flores a maría al llegar a casa.
De remate, todo discurre en Vallecas. Una pregunta, ¿Vallecas es así?, ¿es el paraíso del choni madero?.
Señores guionistas, solo falta el Fari con alguno de sus exabruptos (además podría venir del cielo, todo encaja),
Lamentable que se gaste un céntimo en semejante macarrada.