Reece y Steve, Steve y Reece. Ambos nos enseñan arte, pero también se ensañan con nosotros a base de unos guiones curradísimos, llenos de ingenio, drama, suspense y, sobre todo, ese exquisito humor negro tan propio de la escuela británica.

Son seis temporadas, pero ojo, los treinta y siete episodios que las conforman son auto conclusivos y totalmente independientes, por lo que estamos ante -la mayoría de ellas- pequeñas obras maestras.

Como curiosidad, el español Guillem Morales dirige catorce capítulos, cuatro de ellos en la última temporada.

Se comenta que estos geniales guionistas y brillantísimos actores tienen pensado grabar hasta una novena temporada, ¿por qué será?

Si. Afirmo que es una mala película. Y lo afirmo por la sencilla razón de que sé quién gana, quién pierde, cuando sucede, cómo sucede, dónde está el malo, dónde está el bueno, en qué momento veremos interactuar oso-humano. Todo está precocinado, como el menú de una boda.

Además, es mala por su guion tan simplista. Y es mala porque no es capaz de enderezar el rumbo a pesar de tener un elenco de reconocidos actores.

Es mala porque hacía bastante tiempo que no veía imágenes superpuestas de forma tan descarada en una película.

Si, es mala porque sí, porque sus personajes son tan planos y estereotipados que terminan cansando.

Finalmente, y me provoca bastante urticaria, es mala porque los dos protagonistas masculinos son los que toman siempre las decisiones, mientras que las dos protagonistas femeninas, son, cuan florero, auténticas gilipollas incapaces de ser partícipes en las decisiones de los varones.

En definitiva, es mala porque su director ha querido ser original y ha montado un slasher barato pero en vez de utilizar al típico psicópata de turno, ha utilizado una propuesta menos usual pero bastante desafortunada.

Lo cierto es que es un blindaje total. Todo está estereotipado, el guión, los personajes, la acción o la ficción.

Pero a su vez demuestra cierta maestría en la manera de conducir una trama sumamente comercial. En definitiva, creo que termina resultando un producto ameno pero olvidable. Palomitas seguro que venderá....

Pues eso, la serie en su conjunto no termina de despegar del todo. Tan solo el primer capítulo y ciertos pasajes de otros capítulos suben de manera sobresaliente el nivel. Sus ocho entregas y la duración moderada de los mismos hacen que se haga más digestible. No dejo de recomendarla, puesto que aporta entretenimiento, pero me esperaba algo más.

Para finalizar, concluyo que he acabado de dictaminar mi resumen sobre esta serie en la que se abordan ciertos aspectos del día a día de la coyuntural situación problemática y ciertamente problemática sobre nuestro actual estado de bienestar. He dicho.

No consigue enganchar. Esa es mi conclusión final. La película, con una duración inferior a lo normal, no visualiza esa sensación que el director nos intenta transmitir, quedándose en un quiero pero no puedo. Exceptuando a su protagonista principal, la única que realmente puede lucir pegada actoral, el resto de personajes, ya sea por la mencionada duración o por su escasa aparición en pantalla, son meras marionetas con nula personalidad argumental, por lo que poco o nada empatizas con ellos.

Resumiendo, una cinta interesante pero muy precipitada y que finalmente se queda en mitad de la nada.