La última aportación al cine, del director John Huston, nos presenta una obra basada en un relato corto del escritor irlandés, James Joyce. La historia desmenuza una velada con cena y baile, donde los personajes muestran una actitud distendida, conciliadora y amistosa.

Su director consiguió ofrecernos un relato bien cuidado, sabio; rodeando las certezas de unas vidas que en la intimidad muestran otras realidades.

Corta en su duración, se alarga en pequeños detalles que seducen por su magistral sencillez.

Se sitúa entre la locura y la genialidad. Relato extraño, complejo y atrayente. Aunque la trama se ofrece delirante, ese delirio no evita la fascinación que provoca. En ningún momento descubres que sucederá a lo largo de las próximas secuencias.

Utiliza un simbolismo acerado, confuso; con trasfondo sombrío e incluso perturbador, apoyándose en la enigmática caracterización que de su personaje hace Oriol Pla, brillante actor que evoluciona en el mundo de la interpretación, con fuerza y rotundidad.

Jessica Brown Findlay, aporta una cadencia adecuada al perfil necesario para acometer una estructura nostálgica y candorosa. Los trabajos de arreglos en el jardín eclipsan la magia que pudiese desprenderse de unas relaciones tan alegóricas entre sus personajes.

Es bonita, pero no tanto como para elevarla hasta pódiums estratosfericos de 9, ni tan pueril como para arrojarla a los arroyos del uno. Podría decirse que aprueba con un 5 muy raspadito.

Extraña película... y digo extraña, porque la ambientación ha sido cuidada con esmero, mientras las interpretaciones de algunos protagonistas, semejan disfraces, comportándose como habitantes de un poblado del siglo XXI... eso sí, vestidos adecuadamente para caracterizar los años de la contienda.

A Nuria Prims, le falta contención interpretativa, si. No caminaba como lo haría una mujer de finales de los años treinta, ni su proceder en exceso desafiante, representaba a las mujeres con carácter de la época. Mantenía una actitud interpretativa, trasladada desde el 2.017 a esos duros y belicosos años,

La trama es una urdimbre que parece construida de "secuencias retal", tal vez para alargar su duración sin que con ello se aportase verdadera evolución de una historia... casi coral.

Me molesta profundamente la falta de rigor en las caracterizaciones. Lo explico en la zona spoiler.

Adolece de una ejecución briosa, dando como resultado una película escasamente imaginativa, bastante pueril. Está bien interpretada, aunque la labor de Nimród Antal, su director, considero que ha sido uno de sus lastres.

Rutinaria, carente de un ritmo adecuado y con un guion sobrecargado, desprovisto de sutilezas. Se hace larga pese a su duración, pues no alcanza la hora y media.

La puntuaré con un 4; bajo mi criterio soy generoso en el voto.