John Cusack en uno de sus papeles mas atinados, me gustó descubrirlo aquí, mucho más desenfadado que en él es habitual. Siempre he pensado que es un buen actor pero al que no han permitido desarrollarse, quizá porque su aspecto melancólico vendía más en los trabajos para los que era contratado.

La película me ha resultado lejana, no he conectado muy bien con ella, y creo que todo ello se debe a mi; aunque no me aburrió no conseguí introducirme entre sus protagonistas, como cabía esperar para encontrarla tan deliciosa como muchos de quienes han hecho comentario.

Un pantalón para cuatro chicas, que a todas sienta bien, pese a sus diferencias físicas. La historia tiene algún toque original, pero no pasa de entretenimiento adolescente.

La evolución durante ese verano, viene determinada por el elemento simbólico, aunque los cambios se hubieran producido de igual manera. Mínimo conflicto, música de adolescentes románticas... y poco más. Las interpretaciones, son las esperadas y el resto, también.

Como ha cambiado todo, en estos casi 20 años que han transcurrido desde su presentación en 2.005.

Nos encontramos ante una película a cuyo guion le falta un toque desafiante, tal vez un poco de oscuridad programada para crear incertidumbre en el espectador... en mi caso solo generó, leve curiosidad.

Bien interpretada por adultos y las jóvenes actrices, desde una preciosa y precisa ambientación, clásica y nostálgica.
Correcta dirección de Carlota González-Adrio.

Aprueba con un 5 raspadito.

La ambientación es un componente que Anthony Minghella, su director, ha sabido manejar hasta convertirlo en un elemento más de la trama. Los tonos dorados, los saltos en el tiempo... así como las pequeñas secuencias abarrotadas de sensaciones plácidas y perversas.

Una fotografía precisa, luminosa y limpia, colorea un guion descuidado pero nunca aburrido. Los saltos en el tiempo otorgan cierta profundidad al relato, que se nutre de una diversidad a la deriva.

Forma parte de ese cine que décadas atrás era ampliamente premiado en la entrega de los Oscar.

Edward Norton, compone un personaje al que le sobra su talento interpretativo; es obvio que añade matices aunque el desarrollo de la historia no le permita destacar hasta ese lugar tan habitual en sus caracterizaciones. En algún momento consideré que los giros tendrían mayor sagacidad.

La trama no contiene demasiados elementos interesantes, limitando a desarrollarse de manera rutinaria, aunque no tediosa. Lo mejor se queda para el final.