Oficial del ejército USA (en este caso la Marina) que siente no reconocida su gran valía y que además se siente adalid de la lucha antiterrorista (cosa curiosa: convirtiéndose en terrorista) dedice por la buenas secuestrar el submarino en el que sirve (el más avanzado de la flota) y pone en jaque al mismísimo "pentágono en su faceta acuosa"
Y ahi vamos... a la faceta acuosa, porque la película hace aguas por todas partes.
Los actores, eso si, a la altura de sus papeles: tan infumables los primeros como inverosímiles los segundos; destacando con diferencia el "amigo Roberts" (¡que pensará tu hermana! - bueno, ya estará acostumbrada) que consigue debatirse en flagrante paradoja entre la sobreactuación y la "cara-cartón" Del presidente USA no comentaré nada, imagínese lo peor, añádase un poco más y ya está. La pretendida "tensión" no se alcanza en ningún momento a pesar de las múltiples y variadas trampas argumentales a que recurren para lograrlo.
Resumiendo: nunca pensé que un submarino pudiera ser tan parecido a "el tren de la bruja": lleno de recovecos y sin saber nunca por dónde te vendrá el escobazo. Tampoco se me hubiera ocurrido una tripulación tan torpe en un juego tan sencillo como el "juego del escondite"

Bueno, ya sabemos que las obras maestras suelen engendrar "retoños" en forma de émulos de escasa cuando no nula calidad. También es sabido, aunque menos reconocido, que los aficionados consumimos avidamente estos subproductos en un ejerciico de añoranza que nos suele arrojar al "disfrutus interruptus" Así que tampoco vamos ahora a escandalizarnos hipócritamente por algo que era de esperar. Eso si, anotar que son muchos 17 años para que ni argumental, ni técnica, ni artística ni ...mente, ni ...mente, ni ...mente ni... ni... ni.... podamos encontrar algo que al menos se aproxime de lejos al fantástico 8º viajero.

Despropósito de ciencia-ficción, o al menos en ese género está etiquetada esta miniserie para la TV de los años 80. Tal vez encuadrada en el de aventuras o fantasía o "sueños calenturientos" de mentes descarriadas podría aceptarse mejor. Una pretendida sociedad paralela aislada 40 años no es mala propueta pero la ubicación que nos ofrecen es intragable y las explicaciones científicas para justificarla dignas de cuaderno de Mortadelo y Filemón. Y por si no fuese suficiente hay sitio para una segunda sociedad practicando la oposición violenta. Todo en un espacio algo más gande que una V.P.O. En su descargo únicamente la antiguedad y la "buena voluntad"