Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de Feisal
<< 1 4 5 6 10 11 >>
Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
5
11 de marzo de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente, nos está llegando desde Albión un nuevo tipo de películas históricas que se pasan la Historia por el forro. Es una nueva manera de reescribir la historia al antojo de los productores: se potencian unos personajes, a los que se les pone la etiqueta de "buenos" y se degradan otros, plantándoles un rótulo de MALVADO en la frente. El paradigma de este cine es "Elizabeth: la edad de oro", producto indigesto e infecto donde el director y los productores pasaban gran parte de la historia del siglo XVI en Inglaterra a través de un filtro "starwarsiano", dando como resultado una historieta entre los buenos ingleses blancos y los malos españoles negros, con Juana de Arco... perdón, con Isabel I arcangelizada en la piel de Cate Blanchett. Con nominación al Oscar y todo, oiga.

En fin, con "Las hermanas Bolena" tenemos un ejemplo similar (y habrá más, me temo, es muy rentable reescribir la Historia), aunque no tan indigesto, porque más que reescribir la historia, lo que hacen aquí sencillamente es teñir todo el lío de Enrique VIII con Ana Bolena, sus quebraderos de cabeza y su abrazo al anglicanismo para quitarse de enmedio a Catalina de Aragón, de un color rosa palo intenso. Ya desde su preciosista primer imagen, la película es un sinfín de líos, amoríos, desengaños, perversidades, dudas y pasiones que harían las delicias de Corín Tellado o de cualquier guionista de culebrón televisivo. Justin Chadwick, realizador televisivo, no ha querido mojarse con rollos históricos ni con matices religiosos o políticos, y se ha cargado de un plumazo personajes relevantes como el cardenal Wolsey o Tomás Moro. Prima el triángulo amoroso entre las dos hijas de la oportunista (y trepa) familia Bolena, y el rey. Por supuesto, ambas son maniqueamente complementarias: la buena y la mala, la inocente y la calculadora, la sencilla y la ambiciosa. No hay más matices ni psicología, y Scarlett Johansson y Natalie Portman hacen lo que pueden con sus endebles y tópicos personajes. Natalie está muy bien, ligeramente sobreactuada en ciertas escenas, pero salva con dignidad su papel de seductora-ambiciosa-sin-escrúpulos-que-al-final-demuestra-que-tiene-corazón.

Eric Bana, buen y solvente actor (véase "Troya" o "Munich"), también intenta levantar su personaje de alguna manera, pero su Enrique VIII termina siendo una parodia, alternando la duda con la ira sin descanso, no dando muestras de grandeza o de majestad, sino de ser un pelele usado por la nobleza. Una lástima, como lástima es también la galería de secundarios tópicos y cansinos, desde la oscura mente que está detrás de todos los acontecimientos (el duque de Norfolk), el oportunista al que la situación se le escapa de las manos o la madre sufridora y digna. En fin.

Sigue en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
27 de diciembre de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el tiempo me he dado cuenta que con Kubrick casi no hay medias tintas: o lo amas o lo odias. Es uno de los directores más extraños y geniales que ha dado el séptimo arte. Tiene una filmografía escasa, pero a partir de "Senderos de gloria" no tiene más que clásicos y películas renombradísimas. Y algo más importante: tocó todos y cada uno de los géneros (le faltó el western, aunque a punto estuvo de rodar "El rostro impenetrable"). En mi opinión, con sus películas, aparte de maravillarme con algunas, Kubrick logra hipnotizarme como casi ningún otro cineasta lo consigue. Y "2001" es el ejemplo paradigmático. Comprendo perfectamente a quienes puedan acusar a Kubrick de "pretencioso" por las intenciones que pudiera tener a la hora de llevar al cine la obra de Arthur C. Clarke: nada menos que trasladar en imágenes el pasado y el futuro de la raza humana en el Universo. Ahí es nada.

Es inútil resumir aquí la película entera, porque aparte de que quedan ya pocos que no la han visto, sus escenas forma ya parte de la misma Historia del cine: el amanecer del hombre, el monolito negro y sus voces extrañas, el Danubio azul sonando en el futuro del cosmos, la nave Discovery, HAL hablando en la inmensidad del espacio, Bowman navegando en su cápsula hacia el infinito... Si el cine, como un arte más, es un emisor de sensaciones y emociones, Kubrick logra ante todo hipnotizarme. No sé cómo lo hace, pero cuando esas imágenes lentas y largas pudieran parecerme, como a otros, aburridas y pesadas, a mí me provocan una sensación de hipnosis total. Creo que se debe a muchos factores, todos ellos garantes de la genialidad del director, como una conjunción de las imágenes sumado a una perfecta selección musical, sumado a la asunción del tema del que Kubrick está hablando y cómo lo está mostrando.

Es un todo, y es algo que se repite con cada película de Kubrick: veo y observo esas imágenes que desde que vi la película por primera vez me han fascinado, inquietado y perturbado, y escucho los diálogos, la música clásica que enmarca el espacio y a los personajes que transitan por él, y tomo conciencia de la manera tan extraña y fascinante de narrarnos todo el proceso de la evolución del Hombre, de su pasado y de su enigmático futuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
14 de julio de 2005
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo decir antes de nada que espero ser lo más objetivo posible, porque Batman es, ante todo, mi personaje de cómic favorito. La verdad es que yo no soy mucho de cómics, pero Batman fue el único que me atrapó, y más después de ver esta película. Reconozco que Superman, Spiderman, X-Men, etc., etc., son películas bien hechas y se ven con gusto. Pero ninguna me dejó el sabor de boca como ésta (y su continuación). Me encanta todo, el traje, el hecho de que no pueda volar, lanzar telas de araña, estirarse como si fuera goma, volverse invisible, etc.; la siniestra y gótica oscuridad de Gotham, el sentimiento de peligro que despide Gotham...
Esta película lo tiene todo: tres magníficos actores (Keaton, Basinger, Nicholson (¡que enormidad de actor!, ya hubieran querido Richard Donner, Sam Raimi, Bryan Singer y demás contar con tan enorme villano)), estupendos gadgets, un cochazo de superhéroe como la copa de un pino (odio la nueva versión del Batmóvil en "Batman Begins", parece un vehículo militar), una chica más guapa que todas las M.J. del mundo (ojo, Kirsten Dunst también me parece guapa, que nadie se ofenda).... Y todo dirigido por un directorazo como es Tim Burton capaz de cosas como "Big Fish", "Sleepy Hollow", "Eduardo Manostijeras", y tantas otras, y de ofrecernos la mejor versión cinematográfica de un superhéroe. Detalles como la luna tras el avión de Batman, las apariciones de Joker a ritmo de Prince, las secuencias de acción (que no han envejecido en absoluto, y eso a pesar de tener ya 15 añitos)... sólo se le podían haber ocurrido a él. En fin, 200% recomendable.
Feisal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
25 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intento fallido de retomar las esencias folletinescas y rosas de la Viena austro-húngara, esta coproducción anglo-francesa toma como punto de partida la enigmática historia (real) del romance entre el heredero al trono del Imperio, el archiduque Rodolfo y la baronesa María Vetseva, con las tensiones sociales de fondo del vasto territorio centroeuropeo. Con un fastuoso despliegue de decorados y vestuario, y un elenco formidable de actores de primera fila, la cinta falla en lo primero en donde no tenía que fallar: director y guión. Terence Young, conocido en aquellos años por dirigir las primeras aventuras de Sean Connery como James Bond, venía de realizar una estupenda película, "Sola en la oscuridad", pero el Imperio austro-húngaro le vino demasiado grande. La película comete el pecado de ser larga y no aprovechar esos 140 minutos adecuadamente para reconstruir con veracidad las tensiones entre el emperador y su heredero, y los dilemas morales que el romance de éste provocó.

Escribiendo él mismo el guión, Young demuestra estar muy lejos de ser David Lean o Franklin J. Schaffner para dotar de solidez, armonía y calidad a la historia, y acaba aburriendo con largos parlamentos que los actores recitan. Uno se distrae con el vestuario, el ambiente decimonónico aristocrático, la buena banda sonora de Francis Lai, el porte de Omar Sharif o los valses que se marcan de cuando en cuando, pero no se llega a sentir la pasión o la angustia de los dos amantes. Principalmente porque Catherine Deneuve tiene cero química con el pobre Sharif, y su actuación es fría y sosa. Sería más creíble convirtiéndola en amante del iceberg que hundió al Titanic.

La película, entre bostezo y bostezo, se eleva algo cada vez que salen en escena los magníficos James Mason y Ava Gardner, que aportan algo de brillo a esta superproducción desvaída y poco consistente. El fondo político e histórico, algo que hubiera dotado de vida al argumento, queda reducido a un par de escenas y poco más, algo impensable en los anteriormente mencionados Lean o Schaffner. Así, la película se pierde en el cajón de "lo que pudo ser y no fue". Una pena.
Feisal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
15 de noviembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiana Jones le decía a una joven Marion en su aventura del arca perdida "no son los años, son los kilómetros". Pero como a todos, los años terminan por pasar. A Indy, a Spielberg y a Lucas. Y me temo que sobre todo, a éste último. Lo cierto es que la idea de traer de vuelta al héroe del sombrero y el látigo, al profe de arqueología con mucho tiempo libre, era demasiado tentadora, y Lucas, ahora en la sombra tras culminar su segunda trilogía galáctica, se moría de ganas por volver al escenario. Spielberg le fue dando largas año tras año, ocupado con sus proyectos con Tom Cruise y Tom Hanks, y también porque ningún guión conseguía reunir el encanto y la jovialidad de la trilogía mítica indianajonesca. Pero Lucas insistía hasta que, quizá para quitarse la cosa de encima, Spielberg terminó por aceptar.

Y lo que aceptó fue un guión de David Koepp que, estoy casi seguro, no le debió de convencer demasiado. El guión y, en fin, la película misma, sigue a rajatabla el esquema de las Indy-películas: prólogo, visita al Marshall College, detonante de la aventura y despegue del avión. La película cuenta con muchas de las simpáticas fantasmadas de las otras, solo que esta vez se les ha ido un poco la mano. Sí, me refiero a la nevera voladora, a la explosión nuclear y a unos rusos un poco de opereta. El caso es que tras un prólogo atómico, la historia da un giro interesante, presentando a Indiana como un profesor seguido por el FBI, cansado, algo desamparado tras la desaparición de dos amigos y apoyos como eran su propio padre y Marcus Brody. Alguien que escoge el exilio y cambiar de vida. Un leve tono crepuscular, solo apuntado, que podría haber enriquecido al personaje, interpretado muy bien por un ajustado Harrison Ford.

Pero entonces llega Marlon Brando. Perdón, Shia LaBeouf, y se cae un poco el invento crepuscular. El macguffin de turno no engancha tanto como el arca, las piedras Sankara o el Grial, y es por ahí por donde el guión de Koepp empieza a hacer aguas. Se cambia el tono crepuscular por una comedia trufada de toques sobrenaturales livianos. Por que lamentablemente no. No terminan por convencer ni la mala Cate Blanchett, ni los ggggusos ni las dichosas calaveras de cristal que le vuelven tonto a uno (que le pregunten al pobre John Hurt) ni casi la vertiginosa persecución por la selva. Toda aventura de Indiana tiene su persecución memorable (y la más memorable entre las memorables fue la del desierto egipcio con el camión transportando el arca), pero aquí Koepp se empeña en introducir toques cómicos que rebajan el ritmo, la emoción y el peligro. Luchas de esgrima, tarzanianos desplazamientos por lianas, caídas a lo parque de atracciones por cataratas... Todo rebaja el tono serio y trepidante a un tono directamente adolescente y casi infantil. Por otra parte, como si de un abuelo con problemas de próstata se tratara, Indy acaba siendo acompañado al final en su aventura por ¡4 personas!, diluyendo al protagonista y sus decisiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 10 11 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow