De los cuarenta minutos que dura el cortometraje, los mejores son los diez últimos. La primera parte está empañada con un raro romanticismo y una historia personal que no se llega a explicar demasiado bien. Pero eso no es lo que importa, ya que cuando confiesa que 'lleva siete años sin hacer el amor', ya se puede intuir cómo terminará el asunto.

Efectivamente, los últimos diez minutos de sexo, entre explícito y sutil, son de los mejores que he podido ver en cine sobre el tema. Curiosa la anécdota de cómo ocurre, y con quién.

Curiosa película basada en un episodio desconocido para la mayoría de las personas. Los actores y el conjunto del guión, normal. Desde el comienzo queda claro que no veremos grandilocuencias del séptimo arte que rayen lo esperpéntico: la intención es clara, hacer una película que explique lo suficientemente bien un suceso histórico complicado de narrar.

El tema de los espionajes y el tratamiento que los franceses dan a un periodo tan convulso de la historia europea como los años 80 del siglo XX es cuanto menos curioso. No veremos a soviéticos con rabos y cuernos y escupiendo fuego, sino personas normales, un poco cansadas del régimen en el que viven y que, curiosamente, muchos pretenden derribar para dar paso a una 'nueva revolución', espíritu tan noble en el hombre ruso.

Una pena que Gorbachov no previera lo que se le venía encima a su querida patria.

Si la ves con 20 años, te resulta curiosa, paradigmática de algo que intuyes, está por llegar dentro de muchas décadas. Supongo que si la ves sexagenario, octogenario quien tuvo la inmensa suerte, su perspectiva cambia. El viaje de un profesor al que le ovacionan por todo el trabajo realizado a lo largo de su vida y la dedicación profesional a su trabajo simboliza el colofón al papel que juegas en la sociedad.

Durante ese viaje, insisto, que marca el principio y el fin, ocurre una metamorfosis, un reencuentro con el pasado, una mirada a la historia para comprender el presente, para intentar adivinar quién es uno, la eterna pregunta que nos persigue a todos el resto de nuestros días.

Las imágenes son soberbias, pero lo que de verdad sobrecoge son los diálogos, tanto interiores como con los diversos personajes que van acompañando al protagonista y ya veterano Victor Sjöström. Le ponen en tela de juicio todos los valores que conoce, se da un choque generacional del que participa no sin sorna, con un distanciamiento propio del que quiere aprender, por todo el tiempo que le quede, para redimirse en sus últimos días.

Qué maravilla de documental. No sólo por las imágenes, sino por el bello texto que acompaña los casi 30 minutos de duración. Se trata de una auto crítica occidental sobre los valores imperativos de los explotados pueblos africanos. Mediante la escultura y el arte tradicional, se sobreponen una serie de valores que a lo largo del siglo XIX y XX se fueron perdiendo. El capitalismo y el comercio obsesivo hizo perder lo auténtico de un conjunto de pueblos que siguen todavía buscando un punto de referencia cultural sobre el que apoyarse, que no reniegue de la modernidad a todas luces beneficiosa, pero que no rechace un pasado igualmente plagado de glorias y riqueza tanto o más que el asiático o europeo.

Un bello testimonio que lamentablemente se ha perdido.

Angustia y agobio es lo que he sentido al ver la película. En todas las sociedades es recurrente la escasa atención dedicada a los menores, gente que está ahí pero tampoco llega a tener una determinada función en el conjunto de la población.

Sin entrar en comparativas que resultarían del todo punto absurdas, desde luego Kiarostami pretende hacernos llegar su particular crítica del maltrato al mundo de la niñez. No es el destino quien te vapulea, sino los mayores, las contradicciones que marcan el día a día de una persona a la que se le exigen responsabilidades pero que no tenga poder alguno de decisión.

El trasfondo, una historia de amistad bella, cautivadora, pero seca y distante a la vez. La realidad sin florituras, exponer los problemas tal y como son, sin aportar una carga moral determinada.