Para nada es una panacea, pero tampoco es basura. Dentro de las limitaciones de toda serie de su tipo, ésta pudo ofrecernos algo de reflexión política (a propósito de Vietnam, de la ilegalidad, etcétera) y variedad. Además, se destaca porque sus personajes no eran tan sanguinarios y en más de una ocasión primaba la inteligencia sobre la fuerza bruta. George Peppard (el coronel Aníbal Smith) tenía momentos de inspiración, en los que actuaba brillantemente. Un escalón abajo, pero también sintonizados, Schulz y Benedict encarnaban sus personajes lo suficientemente bien para hacerlos creíbles.Aún la transmiten, por varios canales, respondiendo tal vez a la nostagia de una generación que se emocionó con estos fantásticos (y medio psicopáticos) personajes.

Aunque a veces se pone ladrilluda, Carácter quedará para la Historia como una de las mejores producciones del cine holandés. Buenos actores (especialmente van Huet), excelente escenografía y, sobretodo, un argumento que dejaría intrigado a más de un psicoanalista.
Aunque se sufre (por lo exageradamente dramática), vale la pena verla más de una vez. Dura pero esperanzadora. Una clara muestra de que con tesón se puede alcanzar lo que uno desea.

Bonita adaptación de la novela. Ryder y Sarandon se lucen, Byrne no lo hace mal. Gillian Armstrong se la jugó por la simplicidad y la ternura, y, aunque no ganó, salió bien librado. Un film familiar que supera tanto bodrio lacrimógeno con el que nos bombardean a veces.

Una serie inolvidable, ambiciosa y potente. Junto a Evangelion, marca un hito en la historia del manga. Aunque en ocasiones demasiado violenta, ostenta por lo general una buena dosis de calidad y cierto nivel intelectual: tal vez por eso suele gustar más a los adultos que a los niños.

Es, ante todo, conmovedora. En ocasiones demasiado cruel, demasiado intensa para su pobre protagonista (una especie de Edipo moderno, igual de confundido, e igual de asediado por el infortunio y lo cambiante del Destino)...más de uno terminará sufriendo, si se identifica demasiado. Con poco presupuesto y una buena dosis de talento, David Trueba nos regala una peli bien estructurada.