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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de noviembre de 2009 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las más interesantes revisiones del mito Holmes que se han hecho. Aparte de las clásicas, ésta es una de las imprescindibles junto con la de Billy Wilder y la interpretada por Michael Caine para la televisión. En Asesinato por decreto Holmes se ve enfangado en las cloacas del Estado, enfrentado a poderes ocultos en los que encuentra la horma de su zapato. Esta dimensión política multiplica el interés del personaje, le da otra categoría, y lo involucra en un conflicto que nos atrapa sin remedio. Una intriga bien administrada, una trama perfectamente construida y unas interpretaciones espléndidas hacen el resto. Una buena película que ha aguantado bien el paso del tiempo. ¿Aguantará la comparación el Holmes de Guy Ritchie?
14 de noviembre de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le iba a poner un 8, pero al ver las puntuaciones que lleva esta peli he pensado que sería injusto (ya veremos cómo resiste el paso del tiempo). A lo mejor parece exagerado darle todo un nueve, pero es que me he dado cuenta que desde que he salido del cine las imágenes siguen ahí, revoloteando en mi memoria, y van a tardar tiempo en irse. Me parecería una mezquindad no reconocer la grandeza de unos personajes capaces de dejar una huella tan profunda. Porque lo más valioso de esta peli son los personajes: el inmenso Malamadre, el original protagonista, esa caterva de presos inmejorablemente caracterizados, el retorcido colombiano que nos regala un sorprendente Bardem, el inolvidable Resines (que como en La caja 507 ha vuelto a bordar un personaje complejo, huyendo del tópico y de la caricatura fácil)...

Pero tampoco debemos olvidar -el absolutamente perfecto Tosar no nos debe hacer olvidar- que esta película tiene otro valor indiscutible: la tensión narrativa y la intensidad, que son propias de una obra maestra. Claro que el guión tiene detalles discutibles o muy improbables (por no decir imposibles), pero lo magnífico de esta película es que uno puede percatarse, en todo caso, después de pensar mucho sobre ella, porque ciertamente no tiene tiempo de hacerlo mientras se ve arrastrado por una narración que no decae ni por un sólo instante. Es una película sin ratos muertos, sin "caídas de tensión", sin lagunas. Toda ella, de principio a fin, se mueve a toda velocidad sin dejar que espectador se relaje o se distraiga. Es una gran historia inmejorablemente contada. Sin duda lo mejor que ha hecho Daniel Monzón.

Espero que reciba muchos premios -se los merece- y espero que sea un taquillazo -también se lo merece. No me interesa si esta peli es el modelo de Thriller que debe seguir el cine español para ser económicamente viable. No hace falta plantearlo así. Es una buena película, muy bien hecha y muy inteligente. Y sobre todo, oh pecado mortal, es divertidísima.

Y a Tosar... A Tosar hay que canonizarlo.

Por cierto, algo me dice que Malamadre volverá.
29 de septiembre de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
De esta película podría decirse algo parecido a aquello del Cid: qué buena película, si tuviera buen director (o productor, o lo que sea). No sé, alguien que se diera cuenta de las dos obviedades que saltan a la vista absolutamente para todo el mundo:

Primero, que Viggo Mortensen no habla como un español. En unas escenas parece un argentino ronco, en otras un gringo algo pasado de sangría. Pero bajo ningún concepto pasa, ni remotamente, por español. Por mucha planta que tenga, con semejante acento no puede ni aproximarse al personaje de Alatriste.

Segundo, que no se pueden condensar tantas novelas en una sola película.

Estos dos detalles, que son evidentes para cualquiera, por alguna razón no le parecieron dignos de consideración a los responsables del proyecto. Uno de los misterios, otro más, del cine español.

Alatriste: la triste historia de cómo unos incapaces desaprovecharon la ocasión de hacer una serie de películas memorables, que podrían haber marcado una nueva época para el cine español.

¿Serán estos los efectos perniciosos de la cultura de la subvención, o es que no tenemos remedio?
20 de octubre de 2010 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparte de la pareja de lechuguinos protagonistas y lo inverosímil y caótico de la trayectoria de Gekko, lo peor de esta película es la abrumadora sombra del director. Debería haber sabido apartarse y dejar que sus personajes evolucionaran en la trama, pero en lugar de eso los convierte en simples marionetas para ilustrar sus neuras y sus monsergas sobre la perfidia del capitalismo. Indudablemente en la primera parte supo, manteniendo en parte ese afán panfletario -a veces sano-, respetar la verosimilitud de la historia, creerse a sus personajes, y construir una película más que digna. En esta ocasión el guión parece desnortado y a la deriva, vagando de aquí allá, haciendo sólo escala en los puntos que le interesan a Stone para soltar su moralina. Tiene todo un tufo a falso, a cartón piedra, una falta de tensión, de sangre y de verdad que convierten la peli en un bluff.

Si uno se atiene a los elementos dramáticos, parece que se trata de una peli dirigida a tontos de baba. El desenlace es tan vergonzoso como la secuencia de los títulos de crédito, o como la incapacidad para entrar de verdad en las tripas del sistema. Con un poco de talento se podría haber desenmascarado a la panda de caníbales de Wall Street, pero el talento de Stone en esta su última y lamentable etapa no le da más que para intercalar sus puyas desacertadas e imprecisas en medio de un culebrón de lo más inverosímil.

La mediocridad de los diálogos y del propio argumento se ven superadas, además, por el modo que tiene en determinados momentos de recurrir a elementos visuales facilones y gratuítos (el uso repetido del Skyline neoyorquino sobre el que aparece un gráfico bursátil) o esos otros que tienden a subrayar elementos narrativos con la torpeza digna de un novato (el reflejo imaginario de Frank Langella en el aseo: ¿era necesario?).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Siento repetirme, pero el engaño de Gekko con los 100 millones famosos no sólo es inverosímil, sino que parece narrado por un analfabeto. Casi tan vergonzoso como la escenita final. ¿Pero es que no se les cayó la cara de vergüenza? De verdad, no doy crédito.


Fui a ver esta peli animado por el reportaje que pusieron en "Días de cine", el programa de TVE. Hace falta tener cara para disfrazar de crítica cinematográfica una burda campaña de promoción. Timo por partida doble.
14 de noviembre de 2009
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película que quizá una vez fue buena (ahí está el reparto), pero sin duda es de las que peor han resistido el paso del tiempo.

Recapitulando: un oficial de la marina norteamericana es fichado por una turbia organización vinculada a los servicios de inteligencia occidentales, que le encarga la misión de recuperar una carta comprometedora que se conserva en Moscú (un simple MacGuffin de cuya importancia se olvida hasta el guionista a los pocos minutos). El espía reúne un equipo de agentes con habilidades especiales (algo tópico el reclutamiento) y se pone manos a la obra. Se trasladan a Rusia, donde asistimos a sus manejos en busca de la citada carta. Para ello se infiltran en el submundo de la noche moscovita, improbable y grotesco hasta decir basta. Concretamente, en los ambientes de “homosexuales, drogadictos y prostitutas” (sic), donde no tardan en ser desenmascarados, hasta llegar a un desenlace que no revelaré aquí.

La trama de espionaje no está mal manejada, pero está muy lejos de las historias de Le Carré o Greene. Frente a obras tan profundas como El espía que surgió del frío o El factor humano, esta película parece próxima a la literatura de espías de serie B (y el tratamiento de la violencia y de ciertos “efectos especiales” sanguinolentos así lo sugiere) . De cualquier forma, como la carta de marras, es todo parte del MacGuffin. El verdadero objetivo de la película, donde reside su auténtico valor, es el dibujo que hace de un mundo –el del espionaje- absolutamente cínico, inmoral y sórdido. Estos espías son poco más que meros delincuentes sádicos y sin entrañas, corruptos y brutales, alejados de cualquier institución o de cualquier agencia, de cualquier gobierno o de cualquier estado. Al margen de éstos, o mejor dicho a costa de estos, desarrollan su juego salvaje más allá de cualquier principio o de cualquier idea. No hay política, ni patriotismo, ni más valores que el dinero. Quiero pensar que aquí es donde se nota la genialidad de Houston, probablemente lo que atrajo su atención en esta historia.

Lejos de ser una película redonda, da toda la sensación que el maestro Houston no se tomó demasiadas molestias en pulir las tosquedades del argumento. Juraría que su único objetivo era retratar a esos personajes tenebrosos. Porque no se limita a desmitificar el cine de espías, o a bajar de su altar a los falsos héroes, sino que nos los muestra como la caterva de indeseables que son. Y nos habla de su poder, de cómo manejan los hilos, y eso ciertamente sí que asusta.
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