La película "de quinquis" más famosa y exitosa (en cuanto a la mejor, "Navajeros" de Eloy de la Iglesia es una dura competidora), tan de moda en la época porque por entonces inundaban las calles y las portadas de los periódicos. Las dos continuaciones no están mal, pero ya no hay novedad y esta tiene mucho ritmo (impresionantes esas persecuciones en esos viejos coches, que ahora parecen prehistóricos, no sabía que podían hacer esas cosas) y un claro mensaje de denuncia social.
La delincuencia juvenil de esos años en Madrid, Barcelona y demás tuvo mucho que ver (casi todo) con el éxodo rural, cientos de miles de infelices llegaron por entonces a las ciudades con muchos sueños y esperanzas pero sin oficio (aparte del del campo y el de vender de pueblo en pueblo) ni contactos ni dinero y encima mal vistos e insultados por los locales, que disfrutaban en sus narices de la nueva sociedad de consumo. Más o menos eso refleja esta película, sin tomar partido por los "quinquis" ni por la policía, presentandote la ciudad como un campo de batalla donde solo sobrevivirán los lobos más feroces.
Y que nadie espere un final feliz, es imposible. Y lo curioso es que casi todos (o todos) los que protagonizaron estas películas murieron poco después, en la flor de la vida,... quizás fuera una maldición gitana.

Otra de tantas películas bélicas que, con toda injusticia, se conoce poco y ha sido maltratada por la crítica. Se dice que la historia es inverosímil, pero es típico de muchas películas que (como en esta) los alemanes sean más malos que la quina (y todos sabemos que a menudo fue así, en todas las guerras se masacran civiles pero la 2ª Guerra Mundial fue la única que se hizo expresamente para ello) y caigan como moscas (así no se entiende como pudieron ganar tantas veces).
De inverosímil, nada, en las guerras se hacen realidad las historias más increíbles. Los alemanes mataron a miles de civiles italianos solo por diversión pues les consideraban traidores (cuando la inmensa mayoría jamás había querido entrar en guerra a su lado) y fue mucho menos de lo que hicieron en sitios como Yugoslavia, Polonia o la URSS, donde muchos chicos tuvieron que hacerse soldados solo para sobrevivir y dar sentido a sus vidas truncadas con la venganza. Hoy día vemos niños-soldado en mogollón de sitios, convertidos en asesinos a edades en que nosotros solo pensábamos en caramelos, y a saber lo que nos habría pasado por la cabeza si hubieramos visto morir acribillados a nuestros padres. La guerra habría hecho el resto.
Por lo demás, es una buena historia, alejada de la típica hazaña bélica y con un magnífico trabajo de Rock Hudson (por entonces ya maduro, barrigón, bigotudo y volcado cada más en la TV, pero como siempre un actor genial) y una preciosa Sylva Koscina. Para redescubrir y darla el reconocimiento que merece.

Desde luego que antes del bombazo de "La guerra de las galaxias" (del año siguiente a esta) la ciencia-ficción era otra cosa, y eso se nota, a esta peli (que interesa sobre todo por su 2ª parte, la 1ª es bastante plomiza y esos decorados y trajes son de lo más hortera incluso para sus años 70) los años no le han hecho ningún favor (sé que Bryan Singer planeaba un "remake", eso que ahora está tan de moda, pero lo dejó de lado, una pena porqué eso solo tiene sentido cuando el original puede y debe mejorarse, como este).
La 1ª vez que tuve contacto con esta historia fue a través de una vieja serie que emitieron un verano y que luego supe se basaba en esta peli que a su vez se basaba en una novela (muy distinta de la peli, naturalmente) hecha en una época (mediados de los 60) donde algunos temas de moda eran el control de la natalidad, el creciente poder de los ordenadores (entonces llamados computadoras) o la idea de que solo vale la pena vivir cuando eres joven (o sea, sexo, drogas y rock, y los mayores de 30 eran el enemigo); aunque tenga sus fallos (entre ellos Michael York, aunque la bellísima Jenny Agutter lo compensa) verla es imprescindible para cualquier aficionado a la ciencia-ficción distópica, y pensándolo bien no es un mundo futuro tan improbable. A algunos incluso les gustará. Y además también tiene su vertiente romántica.

Una película interesante, bien narrada y (lo principal) realista, aunque nada del otro jueves, y que si a primera vista parece una comedia (el título, los protagonistas, la alegre música setentera,...), y de hecho tiene mucho de eso, también incluye muchos elementos dramáticos, incluso unos cuantos muertos; ante todo una narración del día a día (como de cualquier otro colectivo de currantes) de los conductores de ambulancias de Los Ángeles (exceso de horas, clientes insatisfechos, nóminas, trampas, problemas económicos...) y le falta una buena crítica hacia esa mercantilización de la sanidad tan típica de EEUU.
Raquel Welch está guapísima (aunque yo no recuerdo haberla visto nunca con esa delantera tan apabullante, casi da miedo), Harvey Keitel (como siempre) da lustre a la película y vemos también a futuras estrellas de la tele como Bill Cosby (en un registro muy distinto al de su serie), Larry "JR" Hagman (como un salido, pervertido y amargado) o Dick Butkus (el de "El trueno azul"). En fin, que me alegro de vivir en un país con Seguridad Social.

Un magnífico "western" en todos los aspectos (personajes, actores, ambientación, guión, escenas de acción,...) que yo no conocía de nada y que viene a ser una versión en "western" de las películas de robos perfectos que tanto se llevaban en la época, pues sigue milimétricamente sus cánones: presentación de unos tipos más duros que el turrón de Alicante (aunque tengan su corazoncito, hay una historia de amor pero reducida al mínimo), descubrimiento de la posibilidad de un gran golpe aparentemente imposible, preparación, ejecución (como siempre, los agentes de la ley son unos cazurros), fuga y al final... Nos queda hasta entonces un gran film, con un James Garner perfecto en su papel. Una pequeña joya.