Película entrañable, moralista y razonablemente buena, elevada a una mayor categoría por la suprema actuación de Al Pacino, merecedora de un Oscar. Sin él la cinta hubiera pasado sin pena ni gloria, con él llenando la pantalla la cinta adquiere otra dimensión y nos deja otra "esencia", la de su impecable actuación y la de la mujer, por mujeres, que siempre ve en su ceguera. Chris O'Donnell le secunda correctamente.

Una película fantasiosa, que no fantástica, sostenida por la química entre la pareja protagonista. Rachel McAdams llena como siempre la pantalla con su mirada inocente y clara y su sonrisa encantadora. Ya lo hizo en The Lucky Ones, El juego del matrimonio, El diario de Noa o La joya de la familia. A veces películas que no te gustarían te entran por su protagonista. Es el caso.

Es, por su estructura, una obra de teatro llevada a la gran pantalla. Es un relato sobre los fantasmas de un pasado indeleble en un campo de concentración francés apareciéndose en el día a día e influyendo decisivamente en las relaciones con los seres queridos. Me parece un tanto fría y aséptica, pero cuenta con las interpretaciones magistrales de todos los actores en un entorno paradisíaco o lúgubre según resurgen o no los recuerdos. Para pasar página, para llegar a la aritmética emocional, deben reunirse todos los protagonistas y entre todos ahuyentar a los fantasmas. Susan Sarandon es la única mujer, brillante y cautivadora como siempre, frente a cinco hombres que la quieren y la sufren.

Una magnífica parodia del nazismo y sus dirigentes que en más de una ocasión provoca la carcajada. Es un brillante ejercicio crítico de la ocupación nazi de Polonia a través de la comedia, el mejor conducto para desmontar lo absurdo. Jack Benny es el alma de la función con dos papeles estelares. Es curioso ver a un Robert Stack jovencísimo.

Magnífico retrato de un futuro desesperanzador, lúgubre, sin niños, ambientado en el Londres del año 2.027. Cuarón crea una atmósfera opresiva que te mantiene en tensión toda la película. El ritmo es trepidante y los acontecimientos, sobre todo en la primera parte, se suceden sin dar margen al descanso. Un inesperado acontecimiento abre una pequeña espita a la esperanza y Clive Owen, excelente en su papel, es el encargado de salvaguardarlo con su honestidad y firmeza. Julianne Moore le cede el testigo para salvar al mundo de un mañana sin solución. Michael Caine presta su brillantez al papel de excéntrico defensor de la vida añorado de una sociedad más humana.