Eline Powell la de Juego de Tronos interpreta un ser que muta entre sirena y mujer según la ocasión que le propone el guión. Dos jovecícisimos ¿biólogos? completan el trio que protagoniza la serie.

Actores famosos, un ser popular que mueve una historia tradicionalmente de aventuras juento con un guión liviano, digerible y una representación que evidencia todo ientras que no oculta nada hacen que la producción sea efectiva para algún tipo de público no más maduro que un adolescente

Típico producto comercial-industrial, sin otra pretensión que llenar pantallas.

Buenas actuaciones, producción aceptable. Nada del otro mundo.

Para pasar el rato va bien.

La película cuenta con una emocionante historia de supervivencia de una pareja separada, que por esas cosas del destino, tendrán que unirse de nuevo para mantenerse con vida a bordo de una avioneta a punto de estrellarse pues el piloto muerió de un infarto en medio del vuelo. Así que lo que se suponía debía ser un vuelo rutinario e informal a la boda de un amigo en una isla tropical, acaba convirtiéndose en su peor pesadilla. Sin piloto, ni comunicación y sin saber cómo aterrizar el avión, Sara y Jackson sobrevuelan el océano mientras una terrible tormenta está a punto de alcanzarlos.

La película va de aventuras, acción y tensiones que se suceden desde bien comenzada la película hasta el final, así que si lo que buscas es entretenimiento y emoción quizás ésta película sea de tu agrado.

Si bien no es una película para recordar y mucho menos una obra de arte, ésta cumple su función de entretener al espectador.

Peores películas se encuentran amontonadas en Netflix que se ha convertido en un repositorio de bodrios infernales.

La serie tiene una historia de base que bien podría servir para una serie interesante serie pues combina sexo, amor, poder, dinero y drogas pero que un guión -al estilo Netflix- la malogra convirtiendo la serie en un pésimo culebrón colombiano de esos que no verías para cuidar tu salud mental.

La serie salió para ser distribuida por Netflix, empresa que, a esta altura de los acontecimientos, desprecia a sus abonados a los que juzga menos que simios (Sino, se esmeraría un poquito más dando algo de calidad).

Recomendación: NI la veas y, si puedes no veas nada de Netflix pues estarás viendo porquerías.

Pensada para estrenar en cines, su salida a sala se hizo imposible por el problema de la pandemia, por lo tanto, quizás por apuros económicos o quizás por otra cosa fue directamente a Netflix que no ha tenido reparos en incluir otra porquería a su grilla que está repleta de ellas.

La película cuenta dentro de su plantel actoral con una muy buena actriz que es Soledad Villamil y una veterana del cine argentino como Betiana Blum, dos famosas actrices que en esta película de deslucen. Adrian Suar hace lo de siempre que es intepretarse a sí mismo representando un personaje que siempre es el mismo en todas sus películas.

El guión, para estos tiempos, atrasa por lo menos 40 años, ya la bigamia no causa gracia y menos a las feministas.

La historia muy simple y contada de modo más simple aún, el conflicto en donde se asienta la comedia está tan mal dibujado que parece un garabato.

En fin una pésima película, bien del estilo de Netflix que suele tener predilección para rellenar su grilla con cuanta bazofia insoportable se filme.

Típica serie de Netfix: La mediocridad hecha audiovisual.
Si bien Alaska presenta un ambiente ideal para intentar general un espaco novedoso por su lamentable fotografía y dirección se desperdicia.
El centro de la historia se basa en un centro argumental muy remanido.
Sólo sirve para aburrirse y desperciar el tiempo