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España España · Málaga
Críticas de Franky_23
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Críticas 215
Críticas ordenadas por utilidad
6
4 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El personaje de J. Edgar Hoover, director del mismo FBI que hace unos días clausuró cierta web de alojamiento de contenidos, ya aparecía en la película de Michael Mann Enemigos públicos (2009). Lo interpretaba con solvencia Billy Crudup, adelantando muchas de las particularidades de un personaje que ahora Leonardo DiCaprio, en su primera colaboración con Clint Eastwood, hace suyo por completo. Un tipo reservado, ambicioso y que logró sobrevivir al frente de la Oficina Federal de Investigación a siete presidentes, prueba latente de obstinada y férrea índole.

En la película de Michael Mann su rol era secundario: era su presencia la que empujaba al agente Purvis a lanzarse a la persecución y captura del afamado atracador de bancos John Dillinger. En los créditos finales de dicho filme se nos revelaba el destino último de Melvin Purvis: su renuncia al FBI y su posterior fallecimiento. Renuncia que se descubre en esta cinta como destierro instigado por un Hoover receloso de su escasa popularidad en pos de la del agente. Quizá por eso el director de Poder absoluto (1996) confiere ahora a Edgar toda la atención que siempre buscó y que nunca llegó a merecer del todo, a tenor del relato.

Son muchos los episodios de la vida de este defensor del pueblo americano los que se nos muestran en una película que sobrepasa las dos horas de duración. Entre medio de los avances en forma de métodos científicos que ayudasen a combatir el crimen, Eastwood encuentra tiempo, como es de obligación en este tipo de propuestas, para ojear la biografía íntima de J. Edgar, a tres bandas con una madre dominante, la compañera y secretaria del temible dignatario y un cómplice masculino venido a más.

Cerca de cincuenta años (desde la juventud hasta la edad anciana, con un maquillaje más logrado en algunos personajes que en otros) comprendidos en un título que no logra conmover al presente y que está lejos de ser una de las grandes obras de un director que hasta hace poco nos tenía acostumbrados a una obra maestra detrás de otra. La película patina en su voluminosa y enredada narración en dos tiempos, agravada por la naturaleza del filme de fiel crónica intimista y política. El problema quizás resida en que esta vez la tarea era demasiado teórica, aunque se agradece el empeño, o en que quizás los tipos buenos, los que se sientan del lado de la ley aunque siempre se empeñen en quebrantarla con acciones de dudosa moral, nunca serán tan extraordinarios como los que corren libres del otro lado (y) de ella.
Franky_23
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5
20 de julio de 2009
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año más, ya está aquí la nueva entrega del serial en que se ha convertido la saga del joven mago, bastante pobre en comparación con los libros que adapta. Chris Columbus consiguió una buena cinta con "La piedra filosofal", para luego caer en la más infantilizada "La cámara secreta". Alfonso Cuarón supo alejarse del texto y dar personalidad a un filme que es sin ningún tipo de duda la más seria, adulta y lograda adaptación, "El prisionero de Azkaban". Mike Newell trató de seguir los pasos del mexicano con el cuarto año en Hogwarts, "El cáliz de fuego", con resultados dispares, mientras "La orden del fénix" se estrenaba en salas de todo el mundo sin aportar nada nuevo.

Ahora, con "El misterio del príncipe", David Yates, quien también dirigiese la quinta y que va a encargarse del último libro (que será dividido en dos películas), ha intentado (y conseguido en parte) alejarse de una vez por todas del lastimoso aire infantil que desprenden todas las incursiones en el mundo mágico creado por J.K. Rowling. Y digo que lo ha conseguido en parte porque la historia que nos cuentan es una potente, con garra, pero lastrada por un insoportablemente edulcorado desarrollo. Y es que el crecimiento de los niños y su entrada en la adolescencia va de la mano de unos maniqueos y ñoños pasajes que no aportan nada a la película, y que podían haberse resuelto de otra manera, sin caer en el ridículo.

Pero ojo, no todo es malo: Jim Broadbent como el nuevo profesor del colegio aporta un toque cómico, desenfadado y elegante. El veterano Alan Rickman sigue construyendo película a película a su personaje, a todas luces la mejor creación de la escritora de los libros. Y Michael Gambon demuestra que aunque nunca será Richard Harris, después de tres películas ha sabido interpretar con bastante solvencia al mago Dumbledore. En cuanto a los niños, Daniel Radcliffe va mejorando con los años, aunque en ningún momento logras emocionarte con él. Lo mismo va para sus inseparables Ron y Hermione. Después de seis películas, te los crees, no queda otra, pero la tercera entrega ha sido la única en que les he visto actuar de verdad, y ello se debe a que Cuarón los dirigía, y no se dedicaba tan sólo a mostrar espectáculo. Cuando tienes una historia con tanto tufillo a superproducción y con tantas posibilidades de derroche a todos los niveles es muy fácil (y peligroso) olvidarse de lo que de verdad importa, que son la historia y los actores. Lo demás debería quedar en un segundo plano (o en primero, pero siempre y cuando lo primordial sea tratado como tal).

Y ya van seis. Dos más y habremos terminado con esta kilométrica epopeya, a la que, en mi opinión, le falta épica y le sobran muchas cosas.
Franky_23
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6
26 de junio de 2007
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que interesante cinta sobre las cruzadas, tratada de una forma diferente a cualquier otra sobre esta época. Más que en las espectaculares batallas la película se centra en el conflicto entre las religiones y las causas que llevan a él.

Orlando Bloom cumple con su papel de forma muy correcta, un herrero francés que ha perdido a su esposa e hijo y que un día recibe la visita de su padre (un Liam Neeson que nos tiene últimamente acostumbrados a este tipo de papeles de guía y maestro) para que se una a su misión sagrada. Jeremy Irons, tres cuartos de lo mismo que Neeson, bien también, y Eva Green interpreta a la fuente de atracción de Orlando Bloom.

En torno a las batallas por la Tierra Santa, por Jerusalem, se desarrolla el potencial de cada uno de los personajes, y es aquí donde la película de verdad nos regala su mensaje: más que una película épica es una obra sobre la religión y las locuras que se cometen en su nombre, sobre quien asume la responsabilidad de esos actos, y si sobre se está dispuesto a pagar por ello.

Por todo esto la cinta se ve favorecida y dista de ser una peli más de batallas y soldados para convertirse en un filme crítico que invita a la reflexión.
Franky_23
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5
12 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que tres son multitud. Cuando llegó la secuela de la cinta de animación más descarada que recordábamos, 'Shrek', lo hizo con una tercera rueda que acoplar al carro. A la pareja formada por Shrek y Asno venía a unirse una tercera pata en forma de felino feroz, de cuyas cuerdas vocales tomó el mando el malagueño internacionalísimo Antonio Banderas. Se reinventó así para la saga el personaje del Gato con Botas, y se desmintió el dicho con el que comienza esta reseña: el taimado gato era con mucho lo mejor de la segunda película del ogro.

Suele ocurrir con muchos excelentes personajes secundarios que cuando se les brinda el protagonismo todo lo bueno que aportaban desde la distancia lo pierden llegados al primer plano. Con el Gato pasa eso mismo: el felino no puede con un película para él solo. Es cierto que es mínimamente entretenida, y que no provoca vergüenza ajena en el espectador que se aproxime a ella para ver si vuelven a tirar del recurso de los ojos tiernos (que tiran, claro que tiran, no van a tirar). Antonio ya ha demostrado en tres películas que da al gato una interpretación vocal magnífica, pero el resto se queda en un quiero y no puedo. Encima ni siquiera podemos disfrutar de los atributos de Salma Hayek en pantalla. Lo dicho, mejor será recuperar los momentos de esa segunda entrega con un gato pletórico, paradójica sombra aquí de lo que todavía no llegó a ser.
Franky_23
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7
9 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que hace años leí que Steven Spielberg se disponía a llevar al cine al personaje de Tintín adaptando uno de los últimos álbumes de la colección creada por Hergé, "Tintín en el Tíbet". Llegó a él tras leer una crítica francesa que comparaba al personaje con Indiana Jones. La idea del Tíbet no llegó a ningún lado, por variados problemas. Hasta hoy.

El tándem formado por Spielberg y Peter Jackson, expertos conocedores del sentido de la épica desorbitada y del espectáculo más arrollador, han aunado esfuerzos para presentar por fin al personaje en pantalla grande. No es el primer encuentro del reportero que nunca escribió un artículo con el medio audiovisual. Fue protagonista de una serie de televisión que adaptaba en cada capítulo cada una de las entregas de la serie. Un trabajo realmente notorio, con una melodía de cabecera admirable que a buen seguro traerá buenos recuerdos a muchos.

Ahora son Jamie Bell y Andy Serkis (como el Capitán Haddock, de lo mejor de la película) los encargados de que nos creamos que lo que vemos en pantalla es efectivamente aquello que una vez descubrimos pasando las páginas de un cómic. El resultado es satisfactorio: si bien hacia la última parte del relato a Spielberg le puede un poco el efectismo más aparatoso, el resto de minutos de metraje constituye un sentido homenaje a la figura del eterno tupé. Se respetan en la cinta los códigos que hicieron tan grande a Tintín a la vez que se aprovecha al máximo la técnica de captura de movimiento con que está rodada la película, que llega a ofrecernos momentos inconcebibles hasta el momento.

La película adapta tres álbumes de la serie: "El cangrejo de las pinzas de oro", "El secreto del unicornio" y "El tesoro de Rackham el Rojo". Han sido seis los guionistas encargados de combinar las tres historias, tomando los elementos más representativos y los momentos más emblemáticos de cada una de ellas, y manteniéndose por lo general fieles al relato, para obtener una duración adecuada para un largometraje, que se alargue en el tiempo más lo que lo haría una sola aventura. Hay cosas diferentes, otras cambiadas de sitio y otras directamente inventadas pero lo que queda al final es una historia que se siente hergeniana y tintiniana, con incontables guiños al original, y en cierto modo independiente de este. Y lo más importante, una película con la que Spielberg nos vuelve a mostrar el verdadero sentido de la aventura, tal y como hiciera con el arqueólogo interpretado por Harrison Ford.

Esperamos la siguiente, con Jackson ahora en la silla de director, que adaptará "Las siete bolas de cristal" y "El templo del sol", con gran interés.
Franky_23
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