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Críticas de miguel
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
2
23 de enero de 2010
36 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta graciosa comedia, Joaquín Reyes interpreta a Precious, una adolescente afroamericana, obesa, violada por su padre, maltratada por su madre, analfabeta, madre de una hija con síndrome de Down y embarazada de otro hijo (espero no dejarme nada). La mujer sufre mucho, especialmente porque es incapaz de expresar lo que siente, debido a que es analfabeta. Es algo parecido a lo que le pasaba al conejo de Le llaman conejo (ver video en la web de Muchachada), que nadie lo aceptaba por parecer un conejo y él se desmarcaba rapeando. Precious escribe poemas. Aquí, en lugar de Julián López, el papel protagonista recae sobre el jefe Joaquín Reyes, que vuelve a realizar una actuación magistral, al nivel de sus parodias de Kofi Annan, Bono o Manu Chao. Dándole la réplica está Carlos Areces, haciendo de madre de Precious. Otro papel magistralmente incorporado por este gran actor y dibujante español.

Amén de las interpretaciones, la película avanza a golpe de muchos tópicos que ya hemos visto en Muchachada Nui y en La hora chanante, y también otros rescatados de otras comedias. Por ejemplo, cuando Joaquín y Carlos se pelean en el apartamento, me recordó demasiado a las parodias de Matrix que hacía Scary Movie, aunque aquí el hecho de que las que se pelean sean obesas tiene su gracia, especialmente cuando el director utiliza la cámara lenta.

También me hizo mucha gracia que rescatasen de Muchachada Nui el espacio Mundo Viejuno. Es sin lugar a dudas magistral cuando Joaquín Reyes y Carlos Areces se introducen en la película La ciociara. En el espacio de TVE, lo único que hacían era doblar las voces de actores de películas clásicas. Ahora, con los medios que les permite un largometraje de mayor presupuesto, han podido jugar con la manipulación por ordenador. Todo un acierto.

No he visto Spanish Movie, pero dudo que sea capaz de superar el trabajo que los "muchachos" han realizado en este film.
miguel
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10
16 de octubre de 2005
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"

Muchos significados le han dado a Blade Runner, es fácil hablar del superhombre, del hombre que juega a ser dios, de las limitaciones del ser humano, del miedo a la muerte y a lo desconocido, del amor entre personas de distintas razas, etc. Pero yo prefiero quedarme con las imágenes, con los momentos, que yo jamás olvidaré y que generación tras generación se irán pasando y nunca se perderán como lágrimas en la lluvia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
miguel
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8
15 de enero de 2006
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eros es una película colectiva sobre el sexo y el amor. Sin duda, solo por los directores el proyecto es sumamente atrayente: Michelangelo Antonioni, Steven Soderbergh y Wong Kar-Wai. El problema es que los últimos trabajos de todos ellos fueron extremadamente decepcionantes (Más allá de las nubes, Oceans Eleven
2 y 2046, respectivamente), así que iba con bastante miedo. Sin embargo, los tres me gustaron mucho, ahí va una apreciación de cada uno:

La de Michelangelo Antonioni es bastante ambigüa, frente a planos de un poderío descomunal (los dos protagonistas en el bar mirando al mar mientras una familia come entre risas o la siguiente de la copa cayéndose voluntariamente) encontramos otras ridículas como las de las dos chicas al final bailando en la playa. Sobre las tías... pues están increíblemente buenas, así que yo de Michelangelo hubiese hecho un largo de 4 horas... Aún así se tiene la sensación durante todo el tiempo de que Antonioni es un cineasta incapaz de atravesar la barrera temporal y generacional que separa el mundo actual del que el conoció en los 60 cuando era posiblemente el cineasta más
creativo del mundo. La película realmente trata de un hombre incapaz de entender un mundo que no es el suyo y que se limita a mirarlo, retratando sus vicios (la bso adecuadísima) y todo lo que odia de ella. Podemos alegrarnos de que un talento tan genial como el del maestro italiano siga queriendo plasmar sus vivencias y sus ideas en la pantalla. Yo lo celebro con entusiasmo, sus planos me siguen conmoviendo y consiguen que me pregunte constantemente sobre mi soledad y sobre el futuro.

La de Soderbergh es completamente incomprensible, pero a la vez atrayente. A mi Robert Downey Jr me ha gustado mucho. Lo del avioncito es bastante ridículo, toda la historia lo es, pero creo que era necesario que así fuera. No se muy bien de que trata, pero posiblemente tras Solaris y alguna más sea la obra que más aprecio de Soderbergh. Y no sale la pesada de Julia Roberts. Punto a su favor.

Y de Wong Kar Wai... Cuando un hombre hace un cagarrio de las proporciones de 2046 (cagarrio con buenas ideas y música antológica, todo hay que decirlo) su recuperación para el cine parece imposible. Pero aquí lo tenemos haciendo uno de sus mejores trabajos, sino el mejor. Olvídense del frikismo de Ashes of time, de la vomitiva cursileria de El paso de las lágrimas o del esteticismo coreográfico que empaña muchas de sus obras (algo que aun persiste en menor medida, por desgracia). Kar-Wai pare una obra de un rigor y un perfeccionismo memorable. El ejercicio de subjetividad que propone con su cámara, casi determinista, que olvida lo que sucede más allá de su encuadre, es de un valor impropio de un cineasta casi elevado a Dios como es el hongkonés. Una obra de una gigantesca envergadura,
imprescindible para los amantes del cineasta y fundamental para aquellos que intenten entender el cine actual.
miguel
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6
9 de agosto de 2008
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película podría acercarse al concepto de abyección propugnado por Jacques Rivette a propósito de Kapo. Martin manipula las imágenes y los tiempos de su película en favor de un significado excesivamente subrayado, revistiéndolo de planos largos (enormemente largos, pero también muy dinámicos y vistosos) para contentar a una cinefilia afín que ha surgido tras el fenómeno Bela Tarr. Pero esto no es Gerry, ni The Brown Bunny ni Los muertos, películas que se cuestionan a sí mismas y donde las imágenes son sólo un principio evocador para espectador. En el caso de Martin, todo parece mucho más claro y no creo que se acerque al dicho godardiano referente a confrontar imágenes claras con ideas vagas (La Chinoise). Creo que el fallo de Martin es proponer un discurso muy limitado y cerrado que vuelve ineficaces los enormes planos que despliega.

El problema de Autohystoria pues, es que esas ideas están muy claras, como si se tratara de una película de Lars Von Trier o de su epígono norteamericano Paul Thomas Anderson.. El plano 2 es el más predecible y manipulador de todos, con esos coches girando repetidamente alrededor de la plaza, donde desaparece por completo la naturalidad y espontaneidad del primer plano (unos 40 minutos de paseo ininterrumpido). Al principio puede llegar a intrigar, pues sólo vemos a los vehículos girar y girar hipnóticamente alrededor de una plaza donde ondean banderas de Filipinas. Es una manipulación del contexto para introducir a la fuerza una idea que se desvela en los planos 3 y 4, en los que vemos en el interior de uno de esos vehículos a dos de los personajes, cada uno mirando constantemente hacia su ventanilla. Una mira al exterior de la plaza y la otra al interior. En la primera vemos enormes carteles con grandes anuncios, luces de neón sobre la bulliciosa silueta del presente capitalista del moderno Manila (espero que imegineis ya por dónde van los tiros de Martin) y en el interior vemos una y otra vez las banderas filipinas alrededor del monumento, una simplista y excesivamente subrayada metáfora de esa suerte de capitalismo emergente (Filipinas es una de las mayores exportadores de manufacturas electrónicas del mundo) y excesivo autoritarismo estatal que vive filipinas en los últimos 20 años -época por la que transita la interesante película colectiva Imahe Nasyon-. Por si la confrontación de estas dos imágenes no había quedado clara, el siguiente plano muestra a los dos protagonistas caminando en la más absoluta oscuridad. Excesiva oscuridad que revela otro plano demasiado pretencioso y con un evidente afán metafórico, que relaciona lo visto en los tres planos anteriores con la referencia histórica de los hermanos Bonifacio (los más importantes revolucionarios filipinos durante la ocupación española, ejecutados por otra facción idependentista filipina)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
miguel
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7
9 de agosto de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una entrvista realizada a propósito de una de sus visitas a España, Raya Martin contaba entre sus cineastas favoritos a directores aparentemente ajenos a su estilo como John Carpenter, Wes Craven o Tobe Hooper. Sin embargo, si hacemos una visión más cuidadosa de su cine atisbamos bastantes afinidades con el cine de terror, especialmente su atracción por lo misterioso y lo inexplicable. El plano 2 de Autohystoria es onírico e irreal, nauseabundo. Sus películas son una extraña mezcla entre reivindicación política, Historia y registro audiovisual. El final de Autohystoria, con su referencia a las primeras películas filipinas parece la base de A short film about de Indio Nacional.

En este film, Martin, que siempre propone una estructura espartana a sus películas, divide el metraje en dos partes. En la primera, un hombre recita un cuento con moraleja a una mujer que no puede dormir. La segunda, la que ocupa casi toda la narración, es una representación de lo que sería un film mudo, un documental antropológico acerca del indio filipino. Seguramente, Filipinas sea uno de los pocos países del mundo en el que su nacimiento como nación coincide con el nacimiento del cine, del que sólo le separan dos años. Martin enlaza estos dos acontecimientos y por eso el relato primigenio de la primera parte se transforma en película muda en la segunda. Es una extraña simbiosis entre relato oral y la extrañeza que nos provocan las primeras películas mudas, como los Monkeyshines de Edison.

No es la primera vez que vemos este juego entre el relato oral y el nacimiento del cine. En la película Cure, del japonés Kiyoshi Kurosawa, una de las claves del enigma residía en un pequeño film japonés primitivo. La referencia a Kurosawa nos devuelve a la idea de Raya Martin como director afín al género del terror. El cine de cambio de siglo, marcado por el avance de las nuevas formas de comunicación ha vuelto su vista hacia el terreno de lo misterioso, a la revisitación y reubicación de los mitos. En Scoop o Una chica partida en dos, de los veteranos Allen y Chabrol, respectivamente, los espectaculos de magia tienen una importancia fundamental para desvelar los enigmas que nos propone tanto la trama como la película en sí. Abel Ferrara visita el Misterio por excelencia (La pasión de Cristo) en una Nnueva York multinacional post 11-S en Mary. Y dos de los últimos maestros asiáticos, apichatpong Weerasethakul y Jia Zhang-ke juegan en varias de sus películas con la aparición de lo paranormal como imagen de un futuro difuso, inabarcable y conflictivo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
miguel
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