Excelente film de origen belga, dirigido por Lee Tamahori (“007: Otro día para morir” o “Telaraña” con Morgan Freeman) y basado en la novela de Latif Yahia “I was Saddam's Son” (“Yo fui el hijo de Saddam”), quien fue obligado a ser el doble de Uday Hussein (el hijo mayor de Saddam).

El film está situado temporal y espacialmente en el conflicto entre Irán y Kuwait, en 1990. Utilizando imágenes documentales el film propone una mirada global y objetiva del conflicto, haciendo pesar el aspecto “pérdida de vidas humanas” a la que estos conflictos llevan. Luego, la parte ficcional del film ya desde su título deja en claro su postura sobre el régimen de Saddam y en especial sobre la maldad de su hijo Uday. En este último sentido, es interesante la contraposición que hace el film entre Latif y Uday, entre un soldado que da su vida por un país, el cual es manejado por el “diablo”… interesante paradoja. La actuación de Dominic Cooper es impresionante, no sólo por el doble papel, sino por lo distinto de ambos papeles.

Indignante, fuerte, bien situado contextualmente y buenas interpretaciones. Además, hay que destacar su diferencia de otros films hechos sobre los conflictos de medio oriente, los cuales casi siempre terminan condecorando “fílmicamente” a las tropas norteamericanas y pierden muchas veces el problema interno de raíz, en este caso, hay una mirada moral más que política.

Entretenido y divertido film de Sebastián Borenstein y protagonizado por Ricardo Darín. Personajes muy bien caracterizados y un clima tranquilo, la película invita a relajarse y disfrutar de una cómica relación sorpresiva entre dos personas que no hablan el mismo idioma y deben convivir hasta encontrar una solución al problema planteado. La historia, al principio, descansa en gestos y miradas que hablan y divierten por sí solos, mientras, va mezclando pasajes de buenos efectos especiales a medida que se adentra más en un terreno dramático y nostálgico. Estos flashes le dan un poco de ritmo en momentos en que el film se cae, un artilugio interesante del director.
Darín se sale un poco del esquema de sus recientes películas y esto, aunque a veces no es muy tenido en cuenta, es un punto importante después de verlo en menos de un año en “El Secreto de sus Ojos”, “Carancho” y “El Baile de la Victoria” en tonos similares.
La química entre los tres personajes principales explotadas en esta obra de humor “cotidiano”, sin rozar lo burdo y sin ser selectivo con el público, la hacen altamente recomendable para cualquier espectador.

Film dirigido en dupla por el reconocido actor (y director) Jackie Chan y Li Zhang, director de fotografía de “Acantilado rojo” (2008). Si trata de un film de carácter histórico, a la vez bélico, político y social, con algo de romance (muy poco).
Los motivos más recurrentes del film giran en torno al concepto de revolución, república y democracia, al hecho de dar la vida por el bien del futuro de los demás peleando en contra de una dinastía que reinó por más de dos siglos en China. Los valores de justicia, equidad y posibilidades para todos son puestos en contraposición con los intereses de las clases dominantes y algunos dirigentes militares. Además, hay una interesante mirada sobre la participación de los bancos internacionales en los países subdesarrollados en conflicto bélico. En este sentido, el personaje Sun Yat-Sen fue muy bien trabajado, logrando convencer como portavoz y líder de este movimiento e ideales.
Desde su aspecto material, el film adopta una perspectiva mayormente naturalista, con angulaciones e inclinaciones dentro de los parámetros clásicos y una iluminación más bien neutra. Los planos largos y las panorámicas son recurrentes, típicos de los films bélicos. Además del uso de imponentes efectos especiales y un sonido adecuado, pareciera haber un juego con el color rojo, el blanco y negro y la desaturación de los colores en varios pasajes del film. También tenemos una explicación constante mediante subtítulos sobre los acontecimientos históricos que, si bien son algo “enciclopédicos”, son necesarios para cerrar algunas ideas y entender mejor el desarrollo de los acontecimientos.
En cuanto a su escritura, es un film dentro de lo clásico: funcionalidad comunicativa, facilidad de lectura de las imágenes y limitados fuera de campo, entre otras cosas. Es decir, elecciones neutras y homogéneas.
Más allá de algunos pasajes descolgados donde parece imposible separar a Jackie Chan de las artes marciales, 1911 es correcta y coherente aunque no deja de ser un film bélico que no escapa a lo que ya ha sido visto. Luego, sólo será cuestión del interés y conocimiento que espectador posea respecto de la historia de la revolución china, interesante pero extensa.

Una película del género drama, de diseño minimalista, claramente del lado de las películas de arte y ensayo mas que aquellas de Hollywood, para un público que sepa apreciar mas el desarrollo y las imágenes que el desenlace. Una historia con dos personajes principales, aunque mirada siempre desde los conflictos internos de uno de ellos.

Distinta a la mayoría en varios aspectos, sobre todo visuales. Usa mucho la enmarcación pronunciada, con cuadros dentro de cuadros en varias ocasiones, estéticamente impecable. Se caracteriza, a través del uso marcado de códigos iconográficos, por la constante diferenciación y contraste entre clases sociales.

El juego de encuadres es lo mas destacado del film, se ven muchos primeros planos y planos en detalle cortando rostros a la mitad, tomas en picado y contrapicado, una iluminación subrayada, y con mucho contraste.

Atrapante, inquietante, nunca se sabe que va a pasar con los dos personajes, cual va a ser su reacción y cómo se va a desencadenar la acción del film. Esto y el constante cambio en nuestra percepción sobre los personajes, sobre quien es el bueno y quien es el malo, que genera la película es muy difícil de ver corrientemente en las películas hoy en día.

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De lo particular a lo general, eso es lo que hizo Mikael Hafström en este film para recordar el bombardeo en Pearl Harbor desde una historia mezcla de espionaje, venganza y romance en la ciudad de Shanghai.
Si bien es interesante esa manera de plantearlo y el reparto es de primer nivel, el móvil que desarrolla al personaje principal resulta demasiado propio de una película de acción sin contenido. A pesar de esto, el largometraje tiene una serie de matices que abarcan varios géneros y algunos buenos momentos que valen la pena.