El comienzo es genial. Conciso, con ritmo y muestra cómo es la vida en la galaxia y en la Rebelión sin los clichés de todas las películas de Star Wars, hasta las originales. Un universo gris, feroz, sucio y cansado como los uniformes de los Stormtroopers de esa cárcel fronteriza. La gente de a pie, los no idealistas, no se levantan contra el Imperio: bastante tiene con sus propios problemas como para meterse en política. La prota dice una frase magistral en una conversación:

- Acaso no te importa ver banderas del Imperio ondear por toda la galaxia?
- No levantes la cabeza y todo será más o menos igual.

La Rebelión no duda en cometer actos reprobables para conseguir sus fines. Cuando hay problemas muchos se acobardan, cuando hay que asesinar para conseguir algo, se hace, cuando hay que seguir el propio interés, se sigue. El Imperio sigue siendo el más malvado, pero ves cómo un científico ideológicamente imperial (en flashbacks es muy coleguita de todos) es capaz de sentir empatía y traicionar a los suyos por un ideal, y cómo un rebelde es capaz de asesinar por la espalda a sangre fría sólo por conseguir un rumor.

Mención especial a la actitud del guerrero tullido, parece que haya que explicarlo todo: el pavo está loco, es un extremista acorralado y agotado de tanto luchar, y pasa de huir porque quiere el descanso y dejar de vivir como una rata. Personaje sincero y de lo mejor de la película, sublime Whitaker.

Y el ciego. El puto amo. Lo que queda de la religión Jedi arrasada y olvidada: un tullido sensible a la Fuerza que hubiera sido un Jedi… pero no queda nadie para enseñarle. Otro personaje fantástico.

La película tiene un bajonazo cuando van a “rescatar” al padre de la chica. Todavía no entiendo por qué no le pegan un tiro y se largan, como era el plan original. Toda esta parte me resulta totalmente incomprensible y veo la mano Disney en ella. Tenía que haber escena emotiva de la chica con el padre en brazos, supongo, pero está tan fuera de lugar que ya me temía lo peor para el resto del visionado. Hasta el ataque rebelde no tiene sentido. Tiran dos bombas y se piran sin saber si está muerto el pavo?? Pa qué van?? No hay el más mínimo sentido en todo este arco. Un borrón en medio de la película.

Por suerte acto seguido aparece mr. Vader (casi se me sale lagrimita cuando habla sin la voz con la que habla Dios, Constantino Romero) y lo pone todo de nuevo en vereda, con movimiento de índice y pulgar incluidos al malo tontorrón. Hablando de éste, se le critica (qué cansinos oiga) la falta de carisma. Es que es un malo de poca monta, señores. Es adrede. Es un trepa, pagado de sí mismo, que con su arrogancia permite que le hagan la trece catorce. Sólo me ha faltado que al final Vader le diera un masaje en el cuello como acostumbra, pero supongo que estaba ocupado trinchando rebeldes.

Por fin, la traca final. Al estilo de la parte que mola de El Retorno del Jedi sin los ****s ewoks. La batalla en la playa, la llegada en tropel de la flota Rebelde con los Calamari dirigiendo el cotarro y sacándose la de mear para romper el escudo, la muerte de los secundarios porque ese era su destino, el envío in extremis de los datos… y por último, la fabulosa escena final con Vader haciendo la norte-sur con los pobres soldados rebeldes mientras se pasan el mensaje final entre ellos y se lo dan a Leia. Hasta el fan más acérrimo y gafapasta que le haya puesto un uno en su sesuda crítica, se ha puesto palote con esta escena.

Hay mucho que criticar… Leia, los Bothan, Vader, banda sonora, secundarios “no desarrollados” (en una película de 2h… terrible!!)… una larga serie de patadas a la continuidad que amargarán con gusto y alivio a los que no pueden soportar que una película de 2016 de Disney sea buena. Allá ellos.

Resumiendo: haters gonna hate, los que quieran odiarla la odiarán, pero la película deja buen sabor de boca y te hartarás de palomitas. Que aprendan los del VIII.