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7,2
20.047
10
25 de noviembre de 2023
25 de noviembre de 2023
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo días malos, tampoco buenos, más bien vacíos, de interrogantes inmortales, de malestares, por no saber mi destino, tampoco quiero saberlo. Saberlo podría ser peor. Odio la vívidez, también la oscuridad, pero no le veo el sentido a un gris. Elijo caminos correctos. Otros erróneos. Ninguno me hace feliz, porque jamás sabré del que no escogí. No sé si tengo otras vidas, con diferentes sucesos. Me duele no saberlo, también saberlo. Pasan tantas personas alrededor mía que odio no poder darles mi existencia, pero a veces deseo vivir en una cueva. Todo es confuso, doloroso, agonizante, lagrimoso, alegre pero melancólico, y sobre todo, inevitable y obsesivo compulsivo. Luego todo resulta ser nostálgico y desgarrador.
Eran amigos de la infancia, iban al cole, se empezaron a gustar. Y sus mamis los llevaron a un parquecito para que tuvieran su “cita”. Pero, pocos días después, Nora se mudaría. No sabrían nada el uno del otro durante largos años. Un poco más de una década después se reencuentran virtualmente, en plan broma según ella, él seriamente. Vuelven a dejar de hablar porqué están enamorados el uno del otro por 7 años. Nora se casa, Hae Sung se separa. Y por fin, va a Nueva York para visitarla y conoce al marido. Ahora ocurre todo. Llevad pañuelos, bueno yo los necesito desde el principio.
Lloraba mucho de pequeña, de joven también lo haría y cuando se mudó a Nueva York dejó de hacerlo porque según ella ya no era rentable viviendo dónde vivía. Hae Sung, sin embargo, no lloraría mucho, nada creo, pero sí la echaba de menos, tanto que la buscaba desesperadamente en facebook. Adentrándonos en la historia, Nora solo le envió a Hae Sung un e-mail cuando después de 20 años regresa por un viajecito a Corea, su país, el de Hae Sung también, no hubo respuesta de él. No digo que ella sea la mala, pero tenemos muchos rincones para cavar sobre sus definitivas verdades, las cuáles nunca sabremos, aún así la historia sigue siendo preciosa.
El marido, ese gran pilar entre los dos coreanos en realidad. Me ocurren emociones inesperadas por él, puedo entenderle, aunque estoy harto de verle llorar por dentro mientras yo lo hago por fuera. No entiende casi el coreano, y por eso no puede saber lo que ella sueña, porque siempre sueña hablando en Coreano. Creo que apenas la conoce, y no es por culpa de él. Pero sabe que ella de verdad lo quiere.
Celine Song debuta creando una historia no exageradamente compleja pero desgarradora, la cual me va a costar superar emocionalmente, cualificada para los Oscars. Contando una historia de amor de dos coreanos, junto al marido de ella. Tres personajes que siento dentro de mí. Que me acompañarán, pero sobre todo, en mis momentos más oscuros. No puede faltar nada, y por eso su guion y fotografía son muy memorables. Lanza, en todos los sentidos, demasiada debilidad, melancolía, tristeza, nostalgia, y un amor que pudo ser y no fue. Celine Song me trae esta obra maestra en una época que quiero y a la vez no quiero conocer ni ver. Pero como digo, el vicio es malo y bueno, y me destroza por dentro pero no puedo parar de sentir eso, porque quizá sea mi destino. Y quizá, yo llore más que Nora. Porque mientras veo Vidas Pasadas y escribo sobre ella mis lágrimas no se acaban.
-RICHIE VALERO
Eran amigos de la infancia, iban al cole, se empezaron a gustar. Y sus mamis los llevaron a un parquecito para que tuvieran su “cita”. Pero, pocos días después, Nora se mudaría. No sabrían nada el uno del otro durante largos años. Un poco más de una década después se reencuentran virtualmente, en plan broma según ella, él seriamente. Vuelven a dejar de hablar porqué están enamorados el uno del otro por 7 años. Nora se casa, Hae Sung se separa. Y por fin, va a Nueva York para visitarla y conoce al marido. Ahora ocurre todo. Llevad pañuelos, bueno yo los necesito desde el principio.
Lloraba mucho de pequeña, de joven también lo haría y cuando se mudó a Nueva York dejó de hacerlo porque según ella ya no era rentable viviendo dónde vivía. Hae Sung, sin embargo, no lloraría mucho, nada creo, pero sí la echaba de menos, tanto que la buscaba desesperadamente en facebook. Adentrándonos en la historia, Nora solo le envió a Hae Sung un e-mail cuando después de 20 años regresa por un viajecito a Corea, su país, el de Hae Sung también, no hubo respuesta de él. No digo que ella sea la mala, pero tenemos muchos rincones para cavar sobre sus definitivas verdades, las cuáles nunca sabremos, aún así la historia sigue siendo preciosa.
El marido, ese gran pilar entre los dos coreanos en realidad. Me ocurren emociones inesperadas por él, puedo entenderle, aunque estoy harto de verle llorar por dentro mientras yo lo hago por fuera. No entiende casi el coreano, y por eso no puede saber lo que ella sueña, porque siempre sueña hablando en Coreano. Creo que apenas la conoce, y no es por culpa de él. Pero sabe que ella de verdad lo quiere.
Celine Song debuta creando una historia no exageradamente compleja pero desgarradora, la cual me va a costar superar emocionalmente, cualificada para los Oscars. Contando una historia de amor de dos coreanos, junto al marido de ella. Tres personajes que siento dentro de mí. Que me acompañarán, pero sobre todo, en mis momentos más oscuros. No puede faltar nada, y por eso su guion y fotografía son muy memorables. Lanza, en todos los sentidos, demasiada debilidad, melancolía, tristeza, nostalgia, y un amor que pudo ser y no fue. Celine Song me trae esta obra maestra en una época que quiero y a la vez no quiero conocer ni ver. Pero como digo, el vicio es malo y bueno, y me destroza por dentro pero no puedo parar de sentir eso, porque quizá sea mi destino. Y quizá, yo llore más que Nora. Porque mientras veo Vidas Pasadas y escribo sobre ella mis lágrimas no se acaban.
-RICHIE VALERO

5,3
535
6
18 de julio de 2023
18 de julio de 2023
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he pensado mucho sobre películas grabadas sobre mi tierra (Valencia), la verdad, no quiero parecer un inculto, pero conozco pocas; “El silencio del pantáno” una película inspirada en el libro de Juanjo Braulio, alguien que tengo el lujo de conocer. Y aunque “Olvido” no sea de mi época me sigue gustando que haya cine sobre Valencia y las vería con una sonrisa plena. Cuando vi ésta en la cartelera la puse cómo primera opción de la semana. Nunca he experimentado un suceso parecido al del río Túria en 1957, no puedo hablar desde lo personal ya que no pude vivirlo. Y por eso me gusta el cine ambientado en épocas pasadas, diría que es la única manera con la que puedes adentrarte lo máximo en la historia, te enseñan muchas cosas que quizá en la escuela u otros sitios no, o te las recuerdan, de una manera más amena, desde una pantalla con audio y vídeo, y me encanta. Siempre viene bien ver y escuchar nuestra historia, ver cómo hemos evolucionado, qué errores hemos cometido y ver si podemos solucionarlas, cambiarlas, mejorar cómo seres, al igual que ver lo que sea que hayamos hecho bien y seguir en ello, e incluso mejorarlas aún más, si podemos claro.
Pues este film tiene un buen cúmulo de cosas a mejorar, me sentía a gusto hasta la mitad y con la adaptación a la época, aunque me sentía apresurado con el ritmo de la película, y también sentía sobreactuación en algunos registros, a la hora de dirigirse verbalmente a los personajes, sobre todo algunos momentos hacía el agente Caplliure. Me gustaba la idea de un par de escenas de persecuciones con un objetivo de intensidad al espectador ya que con todo lo que se estaba averiguando de la historia llamaba la atención, pero en esos momentos alimentaban la película hacía un cine de serie B que para nada lo parecía hasta llegar a esos momentos, el dramatismo en algunos momentos son rancios e inverosímiles (cómo por ejemplo; la escena en la que ven Caplliure y Olvido al fotógrafo…ya sabéis cómo). Sin embargo, la historia me fascina y la encuentro interesante, y con un par de cosas mejoradas y su extensión de metraje, porque me parecía que era buena para más historia, me hubiera quedado más que satisfecho. Espero que hagan más cosas sobre mi ciudad.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
Pues este film tiene un buen cúmulo de cosas a mejorar, me sentía a gusto hasta la mitad y con la adaptación a la época, aunque me sentía apresurado con el ritmo de la película, y también sentía sobreactuación en algunos registros, a la hora de dirigirse verbalmente a los personajes, sobre todo algunos momentos hacía el agente Caplliure. Me gustaba la idea de un par de escenas de persecuciones con un objetivo de intensidad al espectador ya que con todo lo que se estaba averiguando de la historia llamaba la atención, pero en esos momentos alimentaban la película hacía un cine de serie B que para nada lo parecía hasta llegar a esos momentos, el dramatismo en algunos momentos son rancios e inverosímiles (cómo por ejemplo; la escena en la que ven Caplliure y Olvido al fotógrafo…ya sabéis cómo). Sin embargo, la historia me fascina y la encuentro interesante, y con un par de cosas mejoradas y su extensión de metraje, porque me parecía que era buena para más historia, me hubiera quedado más que satisfecho. Espero que hagan más cosas sobre mi ciudad.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.

6,3
3.485
8
9 de julio de 2023
9 de julio de 2023
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un arquitecto frustrado en el presente por su poco éxito y aferrado a su éxito pasajero de casi una década atrás intenta superar sus dudas y miedos entablando una relación con Sonia, una madre con la que coincide en el parque. No tengo ni 20 años y apenas sé de la vida pero, algo me ha tocado por dentro, algo de lo que te puedes dar cuenta fácilmente por las calles, algo por lo que quizá algún familiar tuyo esté viviendo. Algo por lo que todo el mundo puede soltar frases tan comunes cómo “la vida es dura” o “la vida es muy injusta” pero, no en toda esa gente puedes percibir que las digan en serio, o desde el corazón, sin embargo, hay personas incluso cuyo silencio te transmite más que cualquier palabra que vaya a salir de su boca. Al igual que esas crías que patinan en mitad de la noche, sin temor en lo que pueda ocurrir, con serenidad, fluidez en la vida y motivación, eso es lo que a mi ellas me transmiten y sin duda han sido melodía para mis ojos, muy necesarias en varios tramos de esta experiencia que no olvidaré.
Y Félix Viscarret te muestra estas emociones y más, cómo de repente puedes estar bien y en un margen de tiempo, no importa si mucho o poco, puedes derrumbarte, y ver que el mundo se te echa encima y consigues insomnio, los proyectos se abortan y conoces a una mujer que te conmueve, te escucha y te entiende (igual que hago yo con ellos, les comprendo y empatizo), con la que puedes desahogarte de toda la mierda en la que estás atrapado, que no encuentras un momento y un espacio en el que te sientas realizado. Sonará contradictorio, pero, esto me recuerda a su anterior obra “No mires a los ojos”, basada en el libro “Desde la sombra” de Juan José Millás, dónde el protagonista interpretado en la película por Paco León no necesita nada más para ser feliz que: un armario ajeno y su fantasma recorriendo por la casa, ayudándoles con las tareas, pero, shhh, no digas nada, que ellos no lo saben!
Y por eso, Miki Esparbé, Ana Polvorosa, Alejandro García y Olaia Martín hacen unas interpretaciones fabulosas haciéndote reflexionar sobre la incertidumbre de los caminos de la vida. Me transmiten serenidad, aunque no es lo suyo estando en los tiempo de ahora, motivación para combatir la época de hoy en día, y me quedo con ganas de saber más de sus futuros y presentes, son personajes que hacen sentirme identificado con sus vidas aunque apenas las esté experimentando, al final creo que son visiones de mi mundo pesimista. Creo que las necesito, sí, a ellas, esas patinadoras tan relucientes.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
Y Félix Viscarret te muestra estas emociones y más, cómo de repente puedes estar bien y en un margen de tiempo, no importa si mucho o poco, puedes derrumbarte, y ver que el mundo se te echa encima y consigues insomnio, los proyectos se abortan y conoces a una mujer que te conmueve, te escucha y te entiende (igual que hago yo con ellos, les comprendo y empatizo), con la que puedes desahogarte de toda la mierda en la que estás atrapado, que no encuentras un momento y un espacio en el que te sientas realizado. Sonará contradictorio, pero, esto me recuerda a su anterior obra “No mires a los ojos”, basada en el libro “Desde la sombra” de Juan José Millás, dónde el protagonista interpretado en la película por Paco León no necesita nada más para ser feliz que: un armario ajeno y su fantasma recorriendo por la casa, ayudándoles con las tareas, pero, shhh, no digas nada, que ellos no lo saben!
Y por eso, Miki Esparbé, Ana Polvorosa, Alejandro García y Olaia Martín hacen unas interpretaciones fabulosas haciéndote reflexionar sobre la incertidumbre de los caminos de la vida. Me transmiten serenidad, aunque no es lo suyo estando en los tiempo de ahora, motivación para combatir la época de hoy en día, y me quedo con ganas de saber más de sus futuros y presentes, son personajes que hacen sentirme identificado con sus vidas aunque apenas las esté experimentando, al final creo que son visiones de mi mundo pesimista. Creo que las necesito, sí, a ellas, esas patinadoras tan relucientes.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
7
7 de diciembre de 2023
7 de diciembre de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me acuerdo de leer esos magníficos libros de un supuesto terror para los nenes, nunca he sido muy sentimental con el terror, nada me da miedo ni susto, no sé si estoy vacío de emociones con este género, decepcionado o simplemente soy muy realista, y la verdad que para nada lo soy, siempre me dicen: “te crees que estás en una película” y sinceramente hasta en las historias más agonizantes en cuanto a peligrosidad estaría yo más a gusto que en este mundo retorcido, lleno de humanos, la mayoría de ellos miserables y en una época la cual me da pena. Quiero de vuelta mis libros de pesadillas, escritos por R.L. Stine.
Reaparecen repentina y anualmente ciertas fibras que me obligan a ver este tipo de series cuando la navidad está acercándose y este espíritu americano me llena mucho para ver cine juvenil. No obstante, no es como las típicas americanadas, aunque algunas sean exquisitas, pero Pesadillas contiene cierta autenticidad y a la vez una agradable lealtad a las novelas aunque ésta no haya seguido el camino de la antigua.
La historia es perfecta para un comienzo de un universo en el que este grupo de amigos con cierta similitud a Stranger Things (algo mayores que los de Hawkins) no van a tener descanso, sobre todo por culpa de Harold, y más tarde de Slappy. Entre ellos tampoco habrá descanso, con tanta amistad y amor (cliché pero siempre agradable de ver si no lo siento forzado). El guión no me conmueve, no me sorprende pero sí con el sentimiento y emoción que suele estar escrito, y más si me siento igual de sonriente y escalofriante, a buenas, cuando leo las novelas.
Todo ocurre en el pueblo de estos cinco jóvenes, Port Lawrence, ellos son: James, Margot, Isabellah, Isaiah y Lucas. Además de personajes que suman mucho a la historia como los padres de los jóvenes, y con un profesor llamado Nathan. Lo causa todo un adolescente fallecido hace 30 años, Harold Biddle, en la época de los padres cuando el instituto. Muerto por un incendio en el sótano de su propia casa. Aparece repentinamente en Port Lawrence para vengarse por lo que supuestamente hicieron los padres.
El grupo de amigos, cada uno afectado con su historia, ese es uno de los grandes puntos positivos de Pesadillas, dónde vemos en varios de los primeros capítulos la perspectiva de cada miembro del grupo. Y por eso la noto algo lenta, lo cual no quiere decir que sea un punto negativo, sino más bien, un punto que resaltar, y disfrutar. Porque esa es a veces la esencia y el objetivo de una serie cuyo miedo no es el terror sino la intriga, el suspense.
No me abstengo de mi escaso conocimiento sobre la existencia de la mayoría del reparto: Isa Briones, Miles McKenna, Zack Morris, entre otros. Peor para mí aunque sean recientes en la industria. Pero mi orgullo me pide que sonría y elogie al que sí conozco: Justin Long, dónde a mitad de la historia es él quien lleva el rumbo.
Pesadillas, una historia de, espero, numerosas temporadas (en un futuro) cuyo poder es el de la nostalgia: sus novelas. A parte de una historia sobria, a la vez con cierta inquietud, siempre bien recibida.
-RICHIE VALERO
Reaparecen repentina y anualmente ciertas fibras que me obligan a ver este tipo de series cuando la navidad está acercándose y este espíritu americano me llena mucho para ver cine juvenil. No obstante, no es como las típicas americanadas, aunque algunas sean exquisitas, pero Pesadillas contiene cierta autenticidad y a la vez una agradable lealtad a las novelas aunque ésta no haya seguido el camino de la antigua.
La historia es perfecta para un comienzo de un universo en el que este grupo de amigos con cierta similitud a Stranger Things (algo mayores que los de Hawkins) no van a tener descanso, sobre todo por culpa de Harold, y más tarde de Slappy. Entre ellos tampoco habrá descanso, con tanta amistad y amor (cliché pero siempre agradable de ver si no lo siento forzado). El guión no me conmueve, no me sorprende pero sí con el sentimiento y emoción que suele estar escrito, y más si me siento igual de sonriente y escalofriante, a buenas, cuando leo las novelas.
Todo ocurre en el pueblo de estos cinco jóvenes, Port Lawrence, ellos son: James, Margot, Isabellah, Isaiah y Lucas. Además de personajes que suman mucho a la historia como los padres de los jóvenes, y con un profesor llamado Nathan. Lo causa todo un adolescente fallecido hace 30 años, Harold Biddle, en la época de los padres cuando el instituto. Muerto por un incendio en el sótano de su propia casa. Aparece repentinamente en Port Lawrence para vengarse por lo que supuestamente hicieron los padres.
El grupo de amigos, cada uno afectado con su historia, ese es uno de los grandes puntos positivos de Pesadillas, dónde vemos en varios de los primeros capítulos la perspectiva de cada miembro del grupo. Y por eso la noto algo lenta, lo cual no quiere decir que sea un punto negativo, sino más bien, un punto que resaltar, y disfrutar. Porque esa es a veces la esencia y el objetivo de una serie cuyo miedo no es el terror sino la intriga, el suspense.
No me abstengo de mi escaso conocimiento sobre la existencia de la mayoría del reparto: Isa Briones, Miles McKenna, Zack Morris, entre otros. Peor para mí aunque sean recientes en la industria. Pero mi orgullo me pide que sonría y elogie al que sí conozco: Justin Long, dónde a mitad de la historia es él quien lleva el rumbo.
Pesadillas, una historia de, espero, numerosas temporadas (en un futuro) cuyo poder es el de la nostalgia: sus novelas. A parte de una historia sobria, a la vez con cierta inquietud, siempre bien recibida.
-RICHIE VALERO

7,4
45.128
10
5 de agosto de 2023
5 de agosto de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda guerra mundial, el físico Julius Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) dentro del Proyecto Manhattan, crea ensayos nucleares para construir la bomba para EEUU. Una vez ve creada reflexiona sobre su creación y desde entonces su vida dependerá del uso de armas nucleares.
NUESTRO GALACTUS
Wow, quién iba a decir en aquella época, los 40, que ya tendríamos creado el arma más letal y destructora cómo ha sido la bomba atómica, creada por J. Robert Oppenheimer, un físico neoyorquino de 1904 de orígen judío. No sé cómo vivió esa experiencia el ser humano pero en la sala del cine la he vivido cómo si fuera real con los temblores de las butacas. Además de que me tocó reservarlas en la 2a fila. Con los pelos de punta hasta el final.
Christopher Nolan regresa a las pantallas después de Tenet para demostrar una vez más que puede hacer lo que quiera, contándonos en este caso la biografía de Oppie (Cillian Murphy) y el monstruo que creó con el Proyecto Manhattan, lanzado en Hiroshima y Nagasaki en nombre de Harry Truman (Gary Oldman, el James Gordon de El Caballero Oscuro, obras maestras de nuestro Nolan), 33o presidente de EEUU, que acabó con la guerra en 1945.
TRES HORAS, PERO NOLAN HACE QUE NO QUIERA MIRAR EL RELOJ.
Sonará muy típico, pero es uno de mis directores favoritos hasta el momento, aunque aún me falta mucho director por descubrir, pero me hace sentir algo diferente a los demás, es tán perfeccionista con cada segundo de la trama. Sus historias me fascinan, crea de ellas una paradoja y las vuelve lo más intimista posible. Nos hace pensar, reflexionar. Tratar temas que en nuestro día a día no cobran vida. Le puede salir mejor o peor pero su huella no desaparece y le reconocemos.
No quiero estropear la película con mis palabras. Pero cada vez que la veo me emociono más. Nolan no solo nos trae una película histórica cuyo tiempo no abruma porque está perfectamente narrada. Es una reflexión de lo más profunda sobre la moralidad de la ciencia y la condición humana añadiendo una banda sonora excelente que te hace ver las mismas visiones que tiene Robert, son increíbles. Al salir del cine guardé instantáneamente la banda sonora en mi playlist.
Y por si fuera poco, también tenemos el lujo de presenciar actuaciones merecedoras de Oscar y merecidas de Cillian (Oppenheimer) y Robert Downey JR (Lewis Strauss), sólo estos dos pueden protagonizar a estos grandes personajes que te obligan a adentrarte en ellos entendiendo todos sus puntos débiles y fuertes, los hacen creíbles y conmovedores. Aunque los personajes femeninos no hayan tenido tanto papel en esta, tenemos a una Emily Blunt (Kitty Oppenheimer) poderosa, con unas reacciones faciales y frases fuertes, con gusto de presenciar. Lo mismo opino de la encantadora Florence Pugh (Jean Tatlock) que me ha hecho la historia más amena cuando ella aparecía. Pocos momentos pero fabulosos.
En general, el reparto es brutal, hay intérpretes que no han tenido tanto protagonismo pero se nota que tienen que estar ahí: Rami Malek (David L. Hill), me encanta este hombre, Josh Peck (Kenneth Bainbridge), David Dastmalchian, Dane DeHaan (Kenneth Nichols). Y el gran Tom Conti interpretando al físico Albert Einstein, y muchos más.
Más películas así necesitamos en el cine y presenciarlas con inquietud, que te lancen esas sensaciones cómo hace esta historia, que hoy en día poca gente experimenta, a veces por obligación social. Y se agradece, incluso emociona. Que bonito es el cine. Y cómo lo echo de menos cada vez que salgo de él.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
NUESTRO GALACTUS
Wow, quién iba a decir en aquella época, los 40, que ya tendríamos creado el arma más letal y destructora cómo ha sido la bomba atómica, creada por J. Robert Oppenheimer, un físico neoyorquino de 1904 de orígen judío. No sé cómo vivió esa experiencia el ser humano pero en la sala del cine la he vivido cómo si fuera real con los temblores de las butacas. Además de que me tocó reservarlas en la 2a fila. Con los pelos de punta hasta el final.
Christopher Nolan regresa a las pantallas después de Tenet para demostrar una vez más que puede hacer lo que quiera, contándonos en este caso la biografía de Oppie (Cillian Murphy) y el monstruo que creó con el Proyecto Manhattan, lanzado en Hiroshima y Nagasaki en nombre de Harry Truman (Gary Oldman, el James Gordon de El Caballero Oscuro, obras maestras de nuestro Nolan), 33o presidente de EEUU, que acabó con la guerra en 1945.
TRES HORAS, PERO NOLAN HACE QUE NO QUIERA MIRAR EL RELOJ.
Sonará muy típico, pero es uno de mis directores favoritos hasta el momento, aunque aún me falta mucho director por descubrir, pero me hace sentir algo diferente a los demás, es tán perfeccionista con cada segundo de la trama. Sus historias me fascinan, crea de ellas una paradoja y las vuelve lo más intimista posible. Nos hace pensar, reflexionar. Tratar temas que en nuestro día a día no cobran vida. Le puede salir mejor o peor pero su huella no desaparece y le reconocemos.
No quiero estropear la película con mis palabras. Pero cada vez que la veo me emociono más. Nolan no solo nos trae una película histórica cuyo tiempo no abruma porque está perfectamente narrada. Es una reflexión de lo más profunda sobre la moralidad de la ciencia y la condición humana añadiendo una banda sonora excelente que te hace ver las mismas visiones que tiene Robert, son increíbles. Al salir del cine guardé instantáneamente la banda sonora en mi playlist.
Y por si fuera poco, también tenemos el lujo de presenciar actuaciones merecedoras de Oscar y merecidas de Cillian (Oppenheimer) y Robert Downey JR (Lewis Strauss), sólo estos dos pueden protagonizar a estos grandes personajes que te obligan a adentrarte en ellos entendiendo todos sus puntos débiles y fuertes, los hacen creíbles y conmovedores. Aunque los personajes femeninos no hayan tenido tanto papel en esta, tenemos a una Emily Blunt (Kitty Oppenheimer) poderosa, con unas reacciones faciales y frases fuertes, con gusto de presenciar. Lo mismo opino de la encantadora Florence Pugh (Jean Tatlock) que me ha hecho la historia más amena cuando ella aparecía. Pocos momentos pero fabulosos.
En general, el reparto es brutal, hay intérpretes que no han tenido tanto protagonismo pero se nota que tienen que estar ahí: Rami Malek (David L. Hill), me encanta este hombre, Josh Peck (Kenneth Bainbridge), David Dastmalchian, Dane DeHaan (Kenneth Nichols). Y el gran Tom Conti interpretando al físico Albert Einstein, y muchos más.
Más películas así necesitamos en el cine y presenciarlas con inquietud, que te lancen esas sensaciones cómo hace esta historia, que hoy en día poca gente experimenta, a veces por obligación social. Y se agradece, incluso emociona. Que bonito es el cine. Y cómo lo echo de menos cada vez que salgo de él.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
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