Una buena película depende de una buena dirección, de un guión brillante, de un vestuario acertado, de una producción equilibrada, de un montaje coherente, de una potente fotografía y de muchos otros detalles, pero sin una buena interpretación actoral la mezcla de todos estos ingredientes queda sosa, sin sustancia y difícil de digerir. No es el caso. Colin Firth está extraordinario en su recreación de la atípica normalidad y problemática del Rey Jorge V, Geoffrey Rush le da réplica sin bajar el listón interpretando al obstinado, inteligente y leal profesor de dicción y Helena Bonham Carter sorprende con una brillantísima actuación en su papel de esposa comprensiva, caústica, divertida y enamorada, es la reina madre con pocos años y sin la presencia habitual después del gin-tonic. La película no recurre a sentimentalismos fáciles y se ve con ganas de principio a fin. Cine del bueno en una época en la que escasea.

¿Por qué Clint Eastwood me parece el mejor director de los últimos años?. Porque cada película que nos regala exhala compromiso, maestría, calidad, sabiduría y sobriedad. Una cinta dirigida por él me asegura que, gustándome más o menos, voy a ver una buena película con un buen guión. Esta es intensa, dura y mantiene la tensión de principio a fin. Te clava a la butaca y te hace partícipe directo del sufrimiento desgarrador pero heroico de una madre arrollada por el sistema del país conocido como la mayor democracia del mundo. Correctos Angelina Jolie y Malkovich y magnífica selección de secundarios, del que sobresale para mí, por su acertada elección, el niño arrepentido que desenrolla la madeja del desenlace final. Eastwood en estado puro.

Deliciosa tragicomedia en la que sus protagonistas cambiarán su visión de la vida en tres días de un viaje lleno de incidencias a un concurso de belleza infantil. Es una road movie diferente, con una familia desmembrada y falta de alicientes que en este viaje encontrará su verdadero sentido y la fuerza para seguir adelante. Crítica de la belleza porque sí y de los concursos que la ensalzan, desmitifica a los triunfadores y derrotados de la sociedad actual. Excelente reparto, con un corto pero brillante papel de Alan Arkin como abuelo heroinómano, devorador de revistas porno y con un taco siempre en la boca. Greg Kinnear demuestra su solvencia como actor y Toni Collette aporta la dosis de cordura en la familia con su habitual brilantez.
Nos gustaría más cine americano de estas características.

Buena serie, sin grandes efectos, sin grandes giros, sin suspense, sin muchos cambios de ritmo; pero con un reparto de lujo que la hace imprescindible, aún más si tenemos en cuenta el carácter de póstuma para Paul Newman, mi ídolo, mi fetiche, mi actor de referencia. Su inseparable Joanne le acompaña como mujer influyente y sin escrúpulos, supongo que no queriendo perder momentos a su lado en el invierno de su vida.
La aparentemente tranquila y apacible vida de una pequeña localidad de Nueva Inglaterra está influenciada profundamente por la cultura feudalista del dominio del rico sobre el pobre, del poderoso sobre el débil. En un pueblo esta circunstancia marca las relaciones entre sus habitantes de forma indeleble. Son 9 capítulos englobados en tres partes. Lo remarco porque me costó encontrar información sobre el número de episodios de la serie.

Soy barcelonés y un enamorado de mi ciudad. Soy alleniano y seguidor de Woody de toda la vida. Soy cinéfilo y me encanta el séptimo arte. Me sentía muy ilusionado en ver una película que teóricamente cumplía con todas estas premisas, pero la decepción ha sido total. Como folleto publicitario de Barcelona es previsible, tópica y banal. Los diálogos son infantiles, absurdos y poco trabajados. El trabajo de los artistas es muy flojo y la química entre los protagonistas es nula, además parece que estén ensayando y no filmando la toma definitiva. Woody ha querido rendir tributo a Barcelona, una ciudad que adora, pero es lo único que ha hecho y ha montado una película deprisa y corriendo, con poco interés por su parte, para homenajear en gran medida a Barcelona y en una pequeña porción a Oviedo. El mejor acto de veneración hubiera sido hacer una buena película, aunque Barcelona no saliera en el título.