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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.051
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de febrero de 2022
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La verdad está ahí fuera

Aunque estamos ante una comedia, es imposible ver OVNIs sin pensar en Expediente X, serie clave de los años 90 que a tantos espectadores mantuvo en vilo temporada tras temporada. OVNIs no solo introduce elementos que son claros guiños a personajes y momentos de la serie estadounidense, sino que lo hace sin descaro alguno. Tenemos, por ejemplo, a una misteriosa mujer que, como el fumador, no tiene claras intenciones; un departamento del CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) poco apreciado por los investigadores más serios; y un astrofísico extremadamente escéptico que acabará convirtiendo la bùsqueda de vida extraterrestre en una obsesión.

Además de que el personaje principal tenga bastante de la conversa Dana Scully y del perseverante Fox Mulder, OVNIs tiene un giro final de temporada nivel La llegada (2016), y también referencias directas a E.T. y Encuentros en la tercera fase. Sin embargo, el hecho de que ciertos elementos de la serie resulten familiares no significa que OVNIs no aporte un nuevo y original enfoque a una temática por todos conocida.

*Intrigas terrenales y marcianas

Si bien la trama central de OVNIs gira en torno a las investigaciones del GEPAN (Grupo de Estudio de Objetos Voladores No Identificados), la serie expande su campo de acción para introducir una larga lista de tramas y personajes secundarios. Todos ellos comparten una conexión con el personaje interpretado por Melvil Poupaud (Cuento de verano). Didier Mathure, el protagonista, no es un marido perfecto. Tampoco es un padre perfecto. A su trabajo, sin embargo, le dedica toda su atención y cada minuto de su tiempo.

Por supuesto, su nuevo cargo en el GEPAN, su relación con cada uno de los curiosos miembros de la plantilla y sus sorprendentes descubrimientos lo empujarán a cambiar y a reorganizar sus prioridades en el terreno familiar y en el profesional. Es así como, partiendo del personaje central, OVNIs se convierte en un ameno entramado alienígena, familiar y amoroso.

*Risas nada burlonas

Aun siendo una comedia con un planteamiento anclado a la realidad, también hay en ella elementos ligeramente absurdos que, lejos de desmerecer la trama, nos animan a descubrir los misterios que esta encierra. El humor de OVNIs además, nos acerca mucho a los personajes secundarios que, a pesar de rozar lo caricaturesco, resultan sorprendentemente humanos. Eso se debe tanto al guion como a las grandes interpretaciones de Daphne Patakia (Benedetta), Quentin Dolmaire (Dos mujeres) y Michel Vuillermoz (El oficial y el espía).

En OVNIs también hay espacio para el humor que provoca el choque cultural entre los años 70, donde transcurre la acción, y el ahora en el que vivimos los espectadores. Dos mundos no muy apartados en el tiempo que, sin embargo, están tan alejados el uno del otro como el planeta tierra lo está de Marte. La serie, consciente de ello, explota dichas diferencias para hacernos reír de lo mucho que han cambiado las cosas en los últimos 40 años.

*Conclusión

OVNIs es una serie muy entretenida que nos invita a participar en una frenética investigación alienígena cargada de elementos disparatados. Asimismo, nos anima a recordar una vida pasada y a acompañar a un peculiar conjunto de personajes que, aun teniendo los pies en la tierra, no dejan de mirar al cielo. Toda una suerte, por lo tanto, que la serie triunfara en Francia, donde la segunda temporada está al caer. Confiemos en que Filmin no tarde en compartirla con nosotros.

Escrito por Esther Alvarado
Cinemagavia
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8
14 de noviembre de 2019
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Del éxito crítico al olvido

La película Cuando fuimos brujas (The Juniper Tree), pudo verse en el Festival de Sundance en 1991, ganó el Prix du Public en el Festival des Films des Femmes de Montreal en 1990 y fue considerada la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Troia (Portugal) en 1991.

Después, la película cayó en el olvido y es ahora, en 2019, donde puede tener una segunda oportunidad, primero con su presencia en el pasado Festival de Sitges 2019 en la Sección Seven Chances y ahora con su reestreno en salas selectas de la mano de Capricci Cine donde nos llega en copia Restaurada en 4K por el Wisconsin Center for Film & Theater Research y The Film Fundation, con la ayuda económica de la George Lucas Family Fundation.

*Nietzchka Keene, una directora adelantada a su tiempo

The Juniper Tree, traducida en España para la ocasión como Cuando fuimos brujas, tuvo un parto creativo complicado. Nietzchka Keene, directora adelantada a su tiempo, escribió el guion de su ópera prima en 1986 y empezó el rodaje en 1987. Tras conseguir una beca Verna Fields-Memorial de la UCLA pudo editarla y completarla tres años más tarde.

La directora murió 14 años después de un cáncer de páncreas con tan solo 52 años, pudiendo rodar antes algunos cortometrajes y dos películas más, igualmente desconocidas para el gran público, Heroine of Hell (1994) y Barefoot to Jerusalem (2004), la cual quedó inacabada en su última fase de postproducción, pero que fue finalizada tras su fallecimiento y estrenada 4 años después. Otro de sus proyectos, Belle, basado en la vida de la asesina en serie Belle Gunness, no tuvo tiempo de completarlo.

*El debut en el cine de Björk

La guionista y directora mostró en todos sus trabajos algunos elementos en común, especialmente en lo referente a su iconografía religiosa y al tratamiento feminista de sus historias. Cuando fuimos brujas tiene más curiosidades, la principal es que entre su elenco protagonista compuesto por Bryndis Petra Bragadóttir, Valdimar Örn Flygenring y Guðrún Gísladóttir, también encontramos el debut cinematográfico de una jovencita Björk Guðmundsdóttir, más conocida por Björk a secas, la cantante por aquella época del grupo Sugarcubes, después desarrollaría una exitosa carrera en solitario, convirtiéndose en una de las artistas más inclasificables del panorama musical contemporáneo que volvería al cine como inolvidable protagonista de Bailar en la oscuridad (Lars Von Trier, 2000).

*De los Hermanos Grimm a Carl Theodor Dreyer

Cuando fuimos brujas está inspirada en un cuento de hadas de los Hermanos Grimm y es un drama pictórico cuyas imágenes preciosistas y al tiempo fantasmagóricas, rodadas en un impoluto blanco y negro, nos remiten al imaginario de grandes maestros como Bergman, Dreyer o Tarkovski, aunque Nietzchka Keene demuestra tener sus propios recursos visuales y estéticos para desmarcarse de referentes y crear una obra con sello propio, eso sí, con la inestimable colaboración del excelente trabajo efectuado por el director de fotografía Randolph Sellars.

*Una visión sobre la feminidad y la maternidad

Cuando fuimos brujas propone una visión antropológica de una época y, también, una fábula malévola sobre brujería y religiosidad que sirve a su directora para reflexionar sobre la feminidad, la maternidad y el empoderamiento de la mujer en un mundo misógino coartado por la superstición y el poder atávico del hombre.

El árbol Juniper (Enebro) del título original era un símbolo de fertilidad para algunos pueblos prehistóricos y las bayas se usaban como anticonceptivo femenino para los nativos americanos, temas que se tocan en la película.

Por otro lado, el título en castellano, Cuando fuimos brujas remite más directamente y de forma nostálgica a la parte más fantástica del relato, la que apunta directamente a la brujería y la magia, ya sea blanca o negra, que da lugar a algunos de los momentos más fascinantes de esta obra única e inusual.

Cuando fuimos brujas es una película inclasificable según los códigos actuales, con muchos elementos del cine de índole fantástico, pero con un tratamiento de arte y ensayo. El film buscará hacerse un hueco en una cartelera donde los estrenos que tocan estos temas fantásticos suelen estar infantilizados al máximo para ser consumidos con ligereza por la cinefagia galopante que impera en estos tiempos. No es este el caso, la película de Keene es una obra compleja y con diversas capas, de ritmo contemplativo y dedicado a los detalles, con especial dedicación al tratamiento visual y sonoro que necesita consumirse con calma, detenimiento y exclusividad.

*¿Película de culto con mensaje feminista?

Película ambientada en la Edad Media, tiene un mensaje increíblemente actual, algo solo inherente a las grandes y más transcendentes obras. Su mensaje feminista no cae en la propaganda gratuita que se exhibe a diario en las redes sociales, es mucho más potente y perdurable en nuestra memoria, gracias al fascinante subrayado de sus imágenes, entre lo bello y lo perturbador.

La simbología cristiano-religiosa que se desprende de la película, también puede encontrarse en otras obras de Keene, su corto de animación Aves (1994) se centraba en mostrar la espiritualidad de una monja enclaustrada, y en el largo Barefoot to Jerusalem (2004), una mujer se enfrentaba directamente al Diablo.

*Conclusión

El tiempo dirá si Cuando fuimos brujas adquiere la categoría de película de culto, lo único cierto a día de hoy, es que tener la oportunidad de disfrutarla en pantalla grande es una experiencia sensorial que cualquier cinéfilo debería aprovechar.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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8
7 de junio de 2022
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La causa por la que We Were Once Kids se haya llevado a cabo

Desde el principio, We Were Once Kids deja claro que hay mucha rabia contenida. Empieza sonando el tema Bad Reputation mientras vemos un montaje de imágenes de búsquedas en internet con material sobre lo que ocurrió alrededor de Kids. Así que, la hayas visto o no, este documental te atrapa enseguida. Llama la atención que una película de la que puede que no hayas oído hablar mucho fuese motivo de gran escándalo en su país. Pero, igualmente, poco más se sabe de lo que ocurrió después de su estreno.

El documental se construye a partir del testimonio de Hamilton Harris. Actor no profesional y miembro de aquel grupo de chavales que acabaron siendo “los chavales de Kids”, cuenta su versión. Él es la causa por la que We Were Once Kids se haya llevado a cabo. Y todo porque un día, en un encuentro casual, acabó contándole lo mismo a Eddie Martin, su director. El realizador australiano había visto Kids, pero su contenido nunca le impactó tanto como lo que escuchó de Hamilton. La historia le sonaba de algo. Resulta que Eddie había realizado All This Mayhem (2014). Este documental, de producción británica, narra la historia de dos de los mejores skaters del planeta, también hermanos, que cayeron en las drogas y la autodestrucción.

*Una autenticidad única

Así que Eddie no tardó en convencer a Hamilton y el resto de miembros de aquel grupo para que recordaran aquella época. Cuando se reunían en Washington Square Park a principios de los noventa para hacer skate y evadirse de sus hogares desestructurados. Fueron ellos quienes adoptaron –y no al revés- a Harmony Korine, estudiante de cine en la Universidad de Nueva York. También a Larry Clark, un famoso fotógrafo profesional que se llevaba bastante edad con el resto. Y lo que empezó siendo un proyecto de todos, con la ilusión de triunfar en el mundo del cine, acabó siendo un engaño. Los últimos en llegar traicionaron el valor de la amistad. Sí, hablamos de Korine y Clark. Pasados veinticinco años, siguen sin querer hablar sobre aquello. O al menos así lo sientes cuando se niegan a ser entrevistados ni siquiera por teléfono.

Por eso, te planteas si estos señores (entonces, Korine tenía diecinueve años) se aprovecharon de un grupo de menores sin formación ni futuro. Cada chaval recibió mil dólares por participar en el proyecto a cambio de someterse por completo y darle a Kids una autenticidad única. Como así lo percibía el público cuando se estrenó. Cobraron una miseria teniendo en cuenta que Kids, con un presupuesto de un millón y medio, recaudó más de veinte solo en taquilla. Pero todo cuadra cuando resulta que los hermanos Weinstein estuvieron detrás de esto. A quien le guste conocer el lado oscuro de la fama, aquí tiene una buena dosis de ella.

*Se echa en falta su participación en We Were Once Kids

A medida que avanza el documental, los diferentes protagonistas se arrepienten de la experiencia. De no haberse hecho, aseguran, dos de sus amigos aún seguirían vivos. Se trata de Justin Pierce y Harold Hunter, protagonistas de Kids, que perdieron la vida de manera prematura. El primero, mediante suicidio. El segundo, de un infarto como consecuencia del consumo de cocaína y alcohol.

Después del éxito de Kids, ambos probaron suerte en Hollywood. Pero no soportaron las consecuencias de la fama y no tuvieron el apoyo de Clark o Korine, que continuaron trabajando mientras se distanciaban poco a poco del grupo. Doble tragedia que marcó para siempre al grupo. Tanto Heidi Young como Priscilla, que también aparecían en Kids, cuentan que rechazaron los papeles protagonistas porque los personajes femeninos de la historia no les representaban. Y acabaron en manos de Chloë Sevigny y Rosario Dawson. Ellas no eran del grupo, pero su debut sí les valió para hacer carrera después en Hollywood. Se echa en falta su participación en We Were Once Kids, pero quizá no tengan mucho que decir al respecto… Cuando su reivindicación estaba más relacionada con… Harvey Weinstein.

*Conclusión

A principios de los noventa, en Nueva York se respiraba un ambiente de guerra. Era una zona hostil donde la cocaína, el crack, el sida y la pobreza se habían adueñado de los barrios. De ahí no podía salir nada bueno. Así que Kids fue el reflejo de una época, donde los chavales salieron a la calle a buscarse la vida y disfrutar con lo poco que tenían. El skate les salvó la vida… Hasta que aquel proyecto de película llegó a sus vidas. Sin embargo, no todo es tragedia.

En We Were Once Kids también vemos que la trayectoria de otros protagonistas, como la del propio Hamilton, ha sido un éxito. No era fácil romper con los ciclos de la pobreza, la violencia y las drogas que había a su alrededor. Y también guarda sorpresas inesperadas que convierten este documental en un legado para todo el grupo. Y su tono, por supuesto, se mantiene igual de combatiente y punki hasta el final. Con la traición de Harmony Korine y Larry Clark como el blanco de la diana. Por fin queda salvado el honor de aquellos chavales que formaron una familia en las calles de Nueva York con el skate como punto de encuentro. En fin, una historia con moraleja. De la droga se sale, de Hollywood no.

Escrito por Carlos Vera Tordera
Cinemagavia
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6
29 de diciembre de 2023
48 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El encantador Berlín regresa a nuestras vidas

La serie original de La Casa de Papel nos dejó personajes super icónicos a lo largo de su recorrido: Tokio, Río, Nairobi… Podríamos hacer un listado largo. Pero uno de los que más triunfó entre los espectadores fue Berlín. Y no era de extrañar que se acabara haciendo una ampliación de su narrativa. La verdad es que tenía muchas dudas con esta extensión del universo. Más que nada teniendo en cuenta que en la serie original ya se explicó mucha parte de su historia de origen. No tenía muy claro cuál sería el objetivo de la serie centrada en el personaje, y viendo el resultado, tengo la sensación que los escritores tampoco.

No todo es malo, de todos modos. Pedro Alonso está brillante como siempre, transmitiendo ese carisma y genialidad del personaje perfectamente. Él se transforma en el narrador de la historia, intercambiando el puesto de Tokio, y se luce totalmente. Algo que no falla en La Casa de Papel: Berlín es el uso de grandes referencias a su predecesora, siendo fieles a su estilo artístico y técnico que todos conocemos y amamos.

*¿Y qué tiene de diferente 'La Casa de Papel: Berlín' de su predecesora?

Ya hemos destacado que La Casa de Papel: Berlín mantiene la esencia tan descarada y divertida de La Casa de Papel, siempre teniendo un buen balance con sus momentos dramáticos. Con un dinamismo muy bueno, tiene un ritmo que no te permite desenganchar los ojos de la pantalla, generando un gran interés en el espectador. Usa la misma estructura narrativa de siempre, así que es una bendición para los que buscan lo mismo de siempre, y una maldición para los que queríamos ver algo diferente. Es natural pensar que los spin offs de las series deben tener un sentido y esencia propia, a pesar de venir de una historia previa ya marcada.

Y es eso lo que falla en esta producción. La historia. Lo absurdo de la mayoría de tramas es despampanante y hay muchas situaciones que no se entienden muy bien sus motivos. Parece que todo pasa porque debe pasar, pero sin tener un motivo suficientemente fuerte como para justificarlo. Hay mucha previsibilidad, además de decisiones que no acabo de comprender. Aquí es donde vemos la gran diferencia con su obra original: la falta de conflictos maduros y bien construidos.

*Personajes secundarios que se quedan en eso, secundarios

Uno de los principales problemas a los que te puedes enfrentar cuando vas a escribir una nueva serie dentro de un universo que ya tiene precedentes fuertes son los personajes. Es complicado conseguir que tus nuevos personajes puedan llegar a ser igual de icónicos que los del material original. Pero tengo la sensación que en este caso, tampoco se esmeraron mucho.

Y es que aunque el reparto intenta poner de su parte, no creo que los personajes tengan una trama interesante. Los traumas que se les adjudica a los personajes son poco fuertes. Siempre teniendo en cuenta que teníamos algunos en La Casa de Papel que habían tenido situaciones traumáticas bastante impactantes.

Aunque parece un poco cruel lo que digo, es importante siempre que los personajes tengan historias que nos hagan empatizar, y para mí los secundarios de La Casa de Papel: Berlín no lo consiguen. Muchos de ellos parecen estereotipados a más no poder, con ciertos reminiscentes a actitudes tóxicas o vergonzosas como las de protagonistas de las novelas de Federico Moccia (Hache me dejó traumada). Y es que en general no parece que haya mucha conexión entre ellos, y el atraco no parece de suma importancia para la mayoría. Ver algo más interesante en ellos me habría dejado algún tipo de huella.

*El cuñadismo no escapa ni una

Algo que me ha sorprendido verazmente es el uso de algunas bromas que me han hecho ladear un poco la cabeza. Y es que sí, la mezcla de humor con drama en La Casa de Papel no es algo raro, pero este humor ha sido un poco chocante. Hay momentos en los que la subida de tono y el descaro es bastante potente. Debo confesar que algunas escenas me han resultado incómodas de ver, por el simple hecho de pensar que no ofrece ningún tipo de atractivo ver situaciones así.

Creo que fuera de contexto no se acaba de entender del todo lo que estoy diciendo, pero estoy segura de que si habéis visto La Casa de Papel: Berlín entenderéis lo que digo. Y es que a veces esta romantización de algunas bromas “casposas” no es del todo acertada. Creo que ya estamos llegando a puntos más avanzados en nuestra manera de escribir como para seguir tirando de este hilo. Es algo que sin duda para las nuevas generaciones ya no es algo que se plantee.

*Conclusiones

A pesar de que he sido quisquillosa con todo lo que se refiere a la trama, La Casa de Papel: Berlín es una buena manera de pasar estas Navidades. Todo y teniendo en cuenta sus problemas de escritura, sin duda es una serie que entretiene al espectador. Tiene la esencia de su producto original, con un ritmo que no te dejará quitar los ojos de la pantalla.

Escrito por Núria Molina Insa
Cinemagavia
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6
12 de julio de 2018
29 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: 5,5

LA VIDA DE LA CREADORA DE UN MONSTRUO

Mary Shelley desvela la historia de la joven Mary Wollstonecraft Godwin (Elle Fanning) y su ardiente y tempestuosa relación con el poeta romántico Percy Bysshe Shelley (Douglas Booth). Ambos sienten un flechazo inmediato al conocerse y ante la oposición de la familia de Mary a su noviazgo, la pareja decide huir, acompañados por la hermanastra de ella, Claire (Bel Powley).

Los altibajos en su relación se agudizan durante su estancia en la casa de Lord Byron (Tom Sturridge) en Ginebra y es allí donde Mary concibe la idea de Frankenstein, cuando, como juego, se propone a todos los invitados escribir una historia de fantasmas.

Pero la sociedad de ese momento concede un nulo valor a las mujeres escritoras y con tan solo 18 años, Mary se verá obligada a desafiar estos prejuicios para proteger su trabajo y forjar su propia identidad.

Mary Shelley es la autora de la famosa novela Frankenstein, pero también es una joven con una vida sentimental turbulenta, a la que le gustan las historias luctuosas, con un ansia de cariño que plasmará en su innovadora obra, en la que da vida a un ser necesitado de afecto y repudiado por todos.

La película que nos ocupa está basada en la vida de Mary Wollstonecraft Godwin (posteriormente pasaría a llamarse Mary Shelley) (Elle Fanning), la mundialmente famosa escritora de Frankestein, y precursora de la literatura de ciencia ficción.

Mary, hija de unos padres brillantes y liberales, adquirirá una educación amplísima. Refugiada en los libros, a los que tenía fácil acceso pues su padre era librero en Londres, escribía desde pequeña compulsivamente novelas del género negro, con abundante sangre y casquería.

En un viaje a Escocia descubrió la paz que Londres le esquivaba, y a Percy Bysshe Shelley (Douglas Booth), un aspirante a poeta con el ego por las nubes, el guapo subido y con el que empatizó rápidamente.

Con él iniciaría una relación tortuosa, en la que ella ponía el romanticismo y el amor, y él, el egoísmo y el gusto por las relaciones libres y abiertas. Uno se divertía y la otra sufría.

En aquel verano de 1816 el tiempo se volvió loco. El frío no remitió, las lluvias inmisericordes anegaban los campos y el ánimo de la gente. Mary, junto con su pareja, Shelley, y su hermana Clara se refugiaron en la mansión de Lord Byron (Tom Sturridge) en Ginebra.

Se entretenían como podían, con juegos atrevidos de parejas y hasta escribiendo historias, de hecho, Frankestein surgió de un reto que propuso Lord Byron en esos días, de escribir cada uno un cuento.

Mary concebirá en esos días Frankestein, la innovadora obra epistolar que trata sobre el mayor reto posible en la ciencia, dar vida a un cuerpo muerto.

Después de escribir el libro, descubrirá consternada, que a una mujer no le está permitido escribir en un género tan atrevido y aparentemente masculino como es el de Frankestein, y deberá luchar por hacer valer sus derechos ante una sociedad arcaica y retrógrada.

LA CREADORA DE MARY SHELLEY

La rompedora Haifaa Al-Mansour dirige esta película, a la que se siente especialmente ligada ya que la vida de la protagonista, una joven que lucha contra las constricciones de la sociedad, se parece a la de ella, una mujer criada en Arabia Saudí, con derechos limitados para la mujer.

A Haifaa Al-Mansour la vimos dirigiendo La bicicleta verde, que también trataba de una joven que luchaba contra las estructuras sociales. La tuvo que dirigir escondida en una furgoneta oscura, para que nadie la viera detrás de la cámara por ser mujer.

Con estos antecedentes, ¿quién mejor que Haifaa Al-Mansour para dirigir una película sobre la opresión de las mujeres? Estaba escrito en el destino que debía de ser ella.

LOS PROTAGONISTAS

Elle Fanning, quien da vida a Mary Wollstonecraft Godwin, al ser una joven de edad similar, tiene una complicidad especial con el personaje y su ideología progresista, ajustándose perfectamente su interpretación a una joven apasionada por la vida, por la escritura, defensora de sus derechos.

Su partenaire en la ficción, Percy Shelley (Douglas Booth) sorprenderá con su interpretación rica en matices en este largometraje de un personaje complejo, que se cree un poeta, rebelde y escandaloso.

EL TEMA DE LA PELÍCULA

El título Mary Shelley, en principio nos sugeriría que el argumento en sí, sería la vida de la autora de Frankestein, pero que incidiría más en el proceso de escritura de la novela y posterior edición de la misma.

Sin embargo, en esta película, la trama principal es la intensa y tortuosa vida de una joven sumamente culta. Una muchacha en extremo liberal para principios del 1800, atrapada en las limitaciones que la sociedad impone a una mujer, y que cae en un amor turbio y complicado.

Nos encontramos con varias tramas:

*La lucha de una mujer por sobrevivir en una sociedad que la constriñe
*Su amor por la escritura
*Su ansia de cariño y su historia de amor espinoso en la que se combina el amor y el terror en porciones idénticas.

Todas estas narraciones están envueltas en una perfecta ambientación fruto de un cuidado estudio de la arquitectura y decoración de la época. En algunos planos casi se ve el previo estudio de dibujo que se ha hecho antes de grabar, que convierten muchas escenas casi en retratos dignos de enmarcar.

CONCLUSIÓN
Una película que a los que esperaban que se tratase más de la novela Frankestein, de su proceso y de su trama, les va a defraudar. Sin embargo, a los que vayan a verla sin ese tipo de expectativa, les va a sorprender agradablemente el retrato de la época y la curiosa vida de la protagonista.

Escrito por Luz Nogués
https://cinemagavia.es/mary-shelley-pelicula-critica/
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