No he leído la novela pero confío en que será mucho mejor a la película de De Palma. Especialmente en su narracción, y es que si de algo podemos culpar al director de "El precio del poder" es de líar el guión excesivamente, pero no bien, sino cortado escenas, introduciendo otras, metiendo subtramas, retirándolas sin razón, bla bla bla. Al final de la película se suelta todo de golpe, típico ya en las películas actuales, pero no concuerda. Y no lo hace por que lo que se nos contó a lo largo de dos horas no llega a ser solvente como preámbulo a la resolución final.

Sí, todos están implicados. Todos son amigos, enemigos, villanos, viejos conocidos. Pero no se determina bien las razones de ésto. Hay conexiones rarísimas que ralentizan la acción, y es que realmente lo que más me ha gustado ha sido el inicio, los primeros 20 minutos, donde al menos las cosas tienen sentido. O casi...

Sobre las actuaciones, y sin contar nada más de la trama, destaca una maravillosa Mia Kirshner encarnando a la fallecida. Sólo se le ve actuar en las cintas grabadas, pero lo hace de lujo, infinitamente mejor que el resto del reparto. Llora, ríe... y todo de forma natural. El que las escenas sean en blanco y negro ayudan incluso a reafirmar su papel. Expléndida, mejor aún que en "Exotica" de Atom Egoyan. Sobre los demás, realmente me han gustado: Josh Hartnett cumple, Hilary Swank también, la que hace de su madre sobreactúa como hacía tiempo que no veía -desde El Resplandor- y Aaron Eckhart se sale, aunque no llega a ser tan convincente como en "Gracias por Fumar". La peor, sin duda, Scarlett Johansson. Si bien era un auténtico cañón en la excelente "Match Point", aquí ni es sensual, ni trabaja bien, ni nada. Está claro que si no se la sabe llevar -Woody lo hace-, esta chica no vale para demasiado.

El ritmo es acertado, no así la forma de plasmar el guión. Una pena, por que la trama -a tenor de lo visto, y sin conocer la novela- parecía interesante. Si no estuviese tan entrecortada e inconexa, otro gallo cantaría. No se puede decir que se sufra viéndola, pero tampoco se puede considerar un buen trabajo, y sobra decir que dentro del género no destaca.

Después de quedarme impresionado con la crudeza y el realismo de Platoon, lo último que me esperaba era una cinta irreal filmada por Oliver Stone. Por suerte, WTC puede presumir de contar con una impresionante factura técnica que consigue llevar al espectador al lugar de los hechos. Huye de la repetición de elementos -vamos, no tenemos recreación del impacto de los aviones ni nada parecido, tampoco hay mensaje político... todo es más sutil-, y eso le sale bien.

Desgraciadamente, para narrar esta historia hay que tener pulso. Lo admito, la película me ha emocionado. Si después de dos horas intentándolo no lo llegase a conseguir, Oliver podría verse en el paro. Pero sí, lo ha logrado. No lágimas, pero sí un nudo en el estómago gordo en determinadas escenas, e incluso casi alegría en otros por determinadas situaciones.

Las actuaciones de María y Maggie son muy buenas, así como la de Michael Peña. Cage pone un careto toda la película (su doblador habla con la boca llena o algo así...); Pero bueno. El simple hecho de meter actores conocidos en esta trama ya es bastante desacertado. Stoned debería aprender de United 93.

En general, la película es visualmente rompedora, muy cruda, aunque en absoluto "morbosa". Nunca llegamos a ver ríos de sangre, ni muerte explícita. Nada de eso. Pero claro, eso no es todo: Pese a que es realista, le falta garra. Los primeros 30 minutos son impresionantes, y luego la cinta naufraga en el intento de resultar emotiva. Se muestran 30.000 flashbacks de una vida feliz para nada, y cansa. Lo peor de todo es el añadido de dos elementos que se cargan la película por todos los lados. Lo diré en spoiler...

En fin, World Trade Center será muy fiel y eso, pero me quedo con United 93: Más realista, más emotiva -y sin tanto truco- y realmente mejor filmada. Más sólida.

Pixar y Dreamworks, pese a ser los nombres que más suenen en esto de la animación por ordenador, van a tener que hilar muy fino en lo sucesivo para mantener su nombre bien alto. La compañía afiliada a Disney ya decepcionó un poco con Cars -pese a ser bastante buena- y Dreamworks definitivamente tocó fondo con Madagascar. Los estudios más pequeños parecen estar tomando nota de los errores de las dos grandes, y como fruto de los apuntes nos llega The Ant Bully.

La cinta de John A. Davis (encargado del personaje de Nickelodeon Jimmy Neutron) consigue no sólo arrancar sonrisas, sino además ser inteligente y tratar al espectador de forma seria sin abogar por el "cómo reaccionarán" los niños. Pese a que no es tan drástica en su mensaje como "AntZ HormigaZ" (con quien guarda parecidos), tampoco es tan ñoña como la sobresaliente "Bichos" de Pixar.

La historia es bastante interesante. Un chaval sufre acoso de un niño más grande y más fuerte que él, así que para liberarse, él se desquita con los hormigueros que hay por su jardín. Pero las hormigas se cabrean y le reducen de tamaño, obligándole a unirse a la colonia para descubrir el esfuerzo y dedicación que lleva realizar lo que él destruye cuando se le cruza el cable. Se introducen más adelante otros valores como la superación, la aceptación de uno mismo y la seguridad en las posibilidades, todo con un guión aceptable y que, pese a no ser tremendamente adulto, tampoco es de color de rosa en el más estricto sentido de la palabra.

Es más que lógico, "The Ant Bully" tiene su moraleja, no deja de ser animación 3D. ¡Hasta Toy Story la tenía!; Hablando ya de la animación, es tremendamente similar a la de AntZ HormigaZ en el caso de los insectos, tiene algunas escenas similares a Bichos y los personajes son un calco a Jimmy Neutron. Esta fusión consigue que The Ant Bully tenga un apartado técnico digno de elogio, con escenas como las "guerras" o la inundación del hormiguero que realmente sorprenden por su calidad.

En general, "The Ant Bully" (después de "Monster House") la mejor película de animación 3D del verano. Olvidaos de la típica Cars o la notable Vecinos Invasores. Probad suerte con este producto "alternativo" y descubrid lo que es capaz de entretener una cinta sin pretensiones ni aspiraciones demasiado altas. Uníos a la colonia.

No hacía falta ningún remake de "La familia Munster", eso por descontado. Por tanto cuando Bryan Singer ("X-Men", "X2") y Bryan Fuller (Pushing Daisies) anunciaron que se encargarían de realizar el piloto basado en ese concepto el desinterés desapareció: había que verlo. El resultado es "Mockingbird Lane", un piloto de unos cuarenta minutos que fue emitido el día de Halloween en Estados Unidos con la intención de testear a las audiencias: si tenía éxito lo convertirían en serie, y en caso contrario, caería en el cajón de las cancelaciones prematuras. Después de verlo no sólo salta a la vista el porqué no le dieron directamente luz verde, sino que además se confirma que Singer, cuya última película sufrió un retraso de casi un año (de junio de 2012 a marzo de 2013) con la excusa de convertirla al 3D, no pasa por su mejor momento.

"Mockingbird Lane" tiene la estructura de una sitcom: varios personajes interactuando entre sí con personalidades muy marcadas que ocupan los huecos que otros van dejando, siendo la única particularidad de la serie el hecho de que sus protagonistas son monstruos. Tras una secuencia que sienta las bases de un conflicto y que fuerza a esta familia a mudarse se van presentando a los miembros del grupo, versiones modernas de Frankenstein, el hombre lobo, etcétera. Tristemente no hay ninguna chispa ni a la hora de crear situaciones ni en el tono -eminentemente familiar y blando- dando como resultado un episodio que no consigue ser suficientemente simpático como para que nos importe que no vaya a ser convertido en serie. Si sumamos que las interpretaciones son bastante poco inspiradas, con la excepción de un divertido (aunque pasadísimo de rosca) Eddie Izzard y que los efectos visuales son recurrentes (y espantosos) daremos con la receta para su (no) éxito: es demasiado cara (incluso siendo cutre) y no sirve para mucho. Yo no la echaré de menos.

Para su debut en la dirección, con un ajustado presupuesto de 12.000 euros, el español en Tokio Daniel Lavin ha decidido realizar un film pequeño, íntimo, con las ideas bastante claras y la ambición justa para que, una vez terminado el film, no nos moleste que sea tan blando y carezca de ambición real. ""Acrobats" narra la historia de tres personajes en la capital de Japón, que por un motivo u otro y como viene siendo habitual acabarán encontrándose en un momento u otro.

Una joven que busca el amor verdadero, un músico que aspira a crear la canción que haga catapultar a su grupo de rock y un hombre de negocios son los tres estereotipos clave de un film correcto a todos los niveles pero que, desgraciadamente, no va a más. El mayor problema es la ausencia de interés en algunas de las historias, o al menos a mi sólo me interesó verdaderamente la de la chica, quizá por estar mejor tratada y profundizar más en su personalidad.

Otro fallo que hace que la película pierda un poco de energía es la inexperiencia de Lavin con la cámara. Hay que reconocer que el film no parece de bajo presupuesto, lo cual es algo digno de elogio, pero sin embargo Daniel utiliza demasiados recursos absurdos, no filma, experimenta, usando en algunas escenas un objetivo con filtros, insertando cámara lenta en determinados momentos o escenas frenéticas tipo Saw en otros, por no mencionar las cortinillas o algunos cambios de color rotundos sin ningún tipo de complejo. Pese a todo, como debut es más que aceptable y deja entrever que de aquí a unos años podríamos estar ante un director de lo más interesante.