Una condesa de Montecristo se lo toma con calma y va aplazando su venganza mientras emula, según el momento, a la madre Teresa de Calcuta o a Bruce Wayne, con predilección por los paseos nocturnos, como un Marcello de "La dolce vita" que ha cambiado a los ricachos por "Los olvidados" de Buñuel.
Hacía tiempo que no veía un personaje tan original.

Mientras observamos minuciosamente a los olvidados, de fondo, los medios de comunicación no hacen más que hablar de una "epidemia" de secuestros que asola a los no olvidados, llegándolos a relacionar de forma delirante con las ilustres muertes de Versace, Lady Di y la mencionada madre Teresa.

Como decía, la protagonista se lo toma con mucha paciencia y el director también, la película dura casi 4 horas. Es normal que en algún momento el espectador note que su paciencia está siendo puesta a prueba. Es difícil de recomendar, salvo que te gusten las películas de este tipo http://artsandfaith.com/t100/ en cuyo caso es de visionado obligatorio.

Gustará a: alcaides, Almodóvar, copisterías
No gustará a: embriones de pato, abusones, abogados de oficio

Reconozco que mi principal motivación para ver esta película fue la crítica negativa del ilustrísimo Boyero, señal inequívoca de que vale la pena un visionado. Y valerlo lo vale.

No se puede acusar a Benito Zambrano de subirse al carro de del cine "feminista" con esa película de temática muy sorora, ya que hace más de veinte años que hizo huracanada aparición con la deslumbrante "Solas". Salvo sorpresa, será de esos casos relativamente frecuentes en la mejor obra terminará siendo la primera.

Eso no quita que está película esté bien, ha sido nominada al Goya a mejor Guión Adaptado (que ya ganó hace dos años con Intemperie). Pasa todo lo que tiene que pasar sin mucha sorpresa pero mantiene el interés por la ristra de escenas de gran fuerza entre las diversas mujeres protagonistas. Destaca Eva Martín y roba el show impunemente Claudia Faci.

Se la recomendaré a mi madre que le gustan las pelis de llorar pero con regusto feliz.

Gustará a: republicanos, monjas, asociaciones cannábicas
No gustará a: parturientas, Bud Brigman, gente que pide matrimonio

Esta película va a gustar al gran público porque quien más quien menos ha vivido situaciones parecidas. Los afortunados que no tienen demencia (aún) quizás han tenido que cuidar de su padre, o aguantar al suegro, o trabajan con personas mayores o les gusta jugar a la petanca. Y el dilema de si tener al abuelo en casa o facturarlo a una residencia es un tema universal. En mi caso particular, estuve desde bastante enano hasta los veintipico conviviendo con mi abuelo que ya en sus últimos años se le iba la olla y le pasaba como al de la película. El hombre llegó a ciento dos ahí con sus visiones y sus paranoias de que le querían robar el dinero.

Aunque no penséis que las cosas de esta película solo pasan en la tercera edad, no no, pasan más de lo que parece. Sin ir más lejos a un colega mío llámese X., en un fin de semana de esos de juerga resulta que se le pierde el costo y venga a buscar y a buscar y no lo encuentra. ¿Qué hace? Lo normal, busca un culpable llámese Y., un cabeza de turco, y se pasa todo el fin de semana acusándole, que le ha robado el costo, que vaya cabrón Y., que lo tiene calado, etc. Hasta que ya cuando nos vamos a volver para Barcelona, recogiendo sus cosas encuentra el costo en algún escondrijo de la habitación. Inmediatamente todo vuelve a la mente de X., recuerda cómo él mismo lo había metido ahí en un arrebato de astucia, nada más llegar. Y acto seguido, lejos de arrepentirse de todos los abusos verbales que tuvo que soportar Y. durante aquellos días, dictamina sentencia: “Claro, ahora me acuerdo! Escondí el costo en ese agujero para que el cabrón de Y. no me lo robara! Qué hdp!!” Os explico esta historia porque tiene valor pedagógico y moral en varios niveles de profundidad.

En fin, lo que vengo a decir es que es una película de valores universales y además tiene dos grandes interpretaciones que ya están en las quinielas de los grandes premios. Personalmente me quedo con Olivia Colman que es un verdadero amor de mujer y cuando no está en la pantalla la película se resiente. Hopkins está prácticamente todo el rato ya que el punto de vista es muy de su primera persona, y ahí reside todo el concepto y la gracia particular de la película.

Gustará a: psiquiatras, Dory, polleros
No gustará a: yernos, parisinos que saben inglés (o sea pocos), dementes negacionistas

Esta película, que bien podría ser en realidad el anuncio de Coca-Cola más largo que hemos visto, viene a transmitir que las personas sosas y reprimidas también tenemos derecho al amor. Presenta una pequeña disonancia y es que la chica representa que tiene veintipocos años y los aparenta, mientras que el "chico" no sabemos lo que representa pero tiene una pinta de cuarentón indisimulable. Lo intentan colar como que la vida ha sido dura con él y tal y cual, pero no cuela, este tío es cuarentón por no decir más cerca de los cincuenta que otra cosa.

¿Que es la India y mejor que se junten como ellos quieran que no que los acelestinen? Pues sí, que a juzgar por esta película en la India están todos obsesionados con ser casamenteros. Da igual si es la abuela, el tío, la amiga, la criada, el médico, el taxista, el del puesto de samosas o la madre que lo parió, todo dios está obsesionado allí con encontrarle pareja al prójimo.

¿Y que no puede nacer el amor entre personas separadas por dos décadas? Claro que sí, y puestos a que haya esta diferencia mejor que el mayor tenga cuarenta que no treinta, aunque la regla "entre dos más siete" no se cumpla. Lo que pasa es que en este caso parece que la mujer está tan machacada por lo que su entorno espera de ella que no se sabe si lo suyo es un creciente amor o una desesperación por huir de su propia vida, madame Bovary precoz.

En todo caso, y bromas sobre la edad aparte, la película no termina nunca de arrancar más allá de situaciones simpáticas, agradables y entrañables en el entorno "pobre" y situaciones con los antónimos de los adjetivos previos en el entorno "rico". La intuida pretensión de ser "Lunchbox" 2 no cuaja y todo queda en el limbo de las promesas ni cumplidas ni incumplidas.

Gustará a: Coca-Cola, abuelas, taxistas
No gustará a: contables, Pantera Rosa, rubenescos

Película francesa de estilo rohmeriano, en apariencia simple: consiste en las peripecias emocionales de una mujer de cincuenta y pico años que pasa por una mala racha. Ella es profesora de filosofía y nos parece, por su forma de afrontar los problemas, que su punto fuerte es el estoicismo.

Lee muchos libros interesantes, y también escribe. Tiene unos alumnos muy motivados y brillantes, lo cual nos ha provocado cierta incredulidad, pero quién sabe, es Francia.

Lo mejor de la película ha sido cuando se ha estropeado el proyector o la copia y se han producido efectos visuales muy interesantes. La imagen se descomponía en azul y rojo, y mientras el azul quedaba fijo y saltaba de 5 en 5 segundos, el rojo continuaba normal. Esto le ha dado una profundidad insólita a la película, pero lamentablemente no era intencionado y no ha durado mucho. Espero que la autora tome nota y realice una obra completa en este estilo.

Tampoco puedo dejar de destacar el trabajo de la actriz principal, Isabelle Huppert. El papel en cierto modo recuerda a "La pianista". Aprovecho para decir que esta mujer una de las mejores actrices de los últimos 20 años.

Gustará a: críticos de cine, gatos negros, Woody Guthrie
No gustará a: madres locas, estudiantes de secundaria, editores de libros de texto