Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Críticas de Kaori
Críticas 2.119
Críticas ordenadas por utilidad
4
4 de febrero de 2023
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy directa a comentar los ocho episodios de «El gabinete de las curiosidades de Guillermo del Toro». Podría ordenarlos de peor a mejor…, pero eso sería mucho esfuerzo.

Ep. 1: El trastero 36

Te da ciertas esperanzas al principio, pero finalmente se descubre que en este trastero no vas a encontrar ningún tesoro. Es más, no hay por dónde coger esta historia se satanismo en la que la intervención de una inmigrante mejicana será clave para que se desmorone la trama. Un inicio a modo de introducción innecesario, un ritual que no se explica, un comportamiento de los personajes absurdo… Dinero perdido.

Ep. 2: Ratas de cementerio

En mi ranking personal, posiblemente estaría como el primer o el segundo mejor capítulo. Con ambiente decimonónico y basado en un relato de los Mitos de Cthulhu, esta historia claustrofóbica nos lleva bajo tierra de la mano de un personaje, el señor Masson, francamente simpático. Eso sí: ¿no es excesivo dos monstruos para una duración de treinta y cinco minutos? Sí, lo es. Sencillez, por favor.

Ep. 3: La autopsia.

Admito que no terminó de convencerme una vez visto, pero en comparación con el resto, sí, es de los mejores y estaría en pugna con el capítulo dos. La narración es reiterativa sin necesidad, no me gustó la forma de introducir la trama, pero la historia termina siendo algo casi excéntrico, con un magnífico gore, un héroe con una admirable sangre fría y un antagónico cuanto menos curioso. El escenario nocturno dentro de una morgue es uno de sus puntos fuerte.

Ep. 4: La apariencia.

Un desastre. Se huele que es una historia moderna con preocupaciones modernas incapaz de crear un universo interesante con conflictos interesantes. Nulo misterio o terror. La historia de una pirada arrastrada cuya máxima aspiración en la vida, a pesar y encima de estar casada con un señor que la adora, es ser como esas imbéciles que hacen chistes groseros sobre consoladores. Hay que ser mamarracha, en serio. Hombre, quítale los potingues, imponte, leche.

Ep. 5: El modelo de Pickman

Volvemos a Lovecraft, y esta vez de forma directa con la adaptación de uno de sus relatos. Lovecraft tiene lo que no tiene este capítulo: la capacidad de evocar y la de imantar lo cotidiano con lo fantástico. Una ciudad cargada de terrores cósmicos en plena costa norteamericana… que en el capítulo no se ve. Prefieren perder el tiempo con la mujer y el niño, y el trabajo en la galería. Qué prosaicos.

Ep. 6. Sueños en la casa de la bruja

Lovecraft again. El 90% de capítulo es inventado y no tiene nada que ver con la obra escrita, y esto es uno de sus grandes problemas. Matemáticas y dimensiones desconocidas desaparecen a favor del drama de un hermano llorón y la típica bruja que te quiere dar el susto. Anda, y vete a tu casa.

Ep. 7. La visita

El más raro y el más bello, probablemente. El uso del color, las luces y las sombras es muy llamativo. Durante más de media hora no tienes ni idea de lo que va la cosa, porque en realidad esta historia no tiene trama, no hay guion. Es un capricho. Luego se llegará al quid de la cuestión y, bueno, es una tontería si lo piensas. ¿Qué puede hacer un productor de música en el asunto, señor Lassiter? El millonario yo creo que chochea con tanta droga.

Ep. 8: El murmullo

El peor. Lo más aburrido que puedas imaginar. Lo más intrascendente que uno pueda sentarse a escribir. ¿Terror? ¿Misterio? Es que te da igual lo que pase o pueda llegar a pasar, es un tostón gigantesco, una cursilada, un rollo… Y encima es de los más largos. Eso sí que es para tirarse por una ventana.

Conclusión: amena como concepto, regular en los detalles.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
28 de enero de 2017
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto me mosquea. En serio que sí.

¿Será envidia cochina lo que me entra cuando presencio estas historias de amor tan... extrañas? Primero que nada, que a estas alturas del partido una chica no entienda que si un hombre quiere ser su amigo, su amigo íntimo, es que en realidad está loco por ella, no deja de ser preocupante. Pero a falta de un amigo, aquí tenemos dos. Olé tú. Dos mejores amigos con los que Makoto se ríe, juega, canta, come, estudia... aquí lo dejo. Pero a falta de dos mejores amigos, encima son los más populares del instituto, los más guapos, los más atractivos, los de más alto valor. Olé tú. ¿Cómo lo has hecho, Makoto? A ver, cuenta, querida mía, y dinos si es que el secreto de tu éxito es tu aspecto masculino; si es tu pelo corto, si es tu silueta escuálida, si es tu carácter medio loco, medio irreverente, con un toque chillón. Estás hecha una conquistadora nata, amiga mía.

De acuerdo, es envidia cochina. Lo acepto con resignación, pero, venga, aceptad vosotros que «La chica que saltaba a través del tiempo» es una especie de fanservice disimulado para las chicas que están viendo la peli y quieren vivir una aventura como esta que no se la cree nadie, y no por la temática de viajes en el tiempo sino por su contenido personal y amoroso. Sea como sea, nuestra mujer alfa Makoto, que es la protagonista, obtendrá el don de saltar a través del tiempo y, claro, se lo pasará pipa. Aquí entra lo que considero que es lo mejor de la historia: el paso a la madurez y a la edad adulta que supone esta experiencia para Makoto. Así que ella se lo pasará pipa de una forma bastante irresponsable y luego vendrán las consecuencias. Hay un giro de guion totalmente inesperado que podría dar lugar, o podría haber dado lugar, a una hermosísima historia de amor, pero que, entre las incoherencias, la falta de carisma absoluto de Makoto y el desenlace tan..., tan... incomprensible y tristón, pues no nos despierta grandes ilusiones.

Desaprovechada, la verdad. Teorías y comentarios en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
14 de abril de 2013
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Caine nominado a los Premios Razzie como peor actor... Ya he visto todo lo que tenía que ver en el mundo del Cine.

Vale, Brian de Palma se inspira en Hitchcock y en «Psicosis», pero eso no le impide hacer una película con su propio sello y bien diferenciada de las demás, consiguiendo un thriller turbio, laberíntico y desequilibrado en el sentido psicológico y cinematográfico. Secuencias potentísimas, como la del ascensor (pura «depalmaniana»), se mezclan con otras un tanto chabacanas, como las de los desnudos femeninos, que a muchos les parecerán estupendos, pero que en los personal creo que no vienen demasiado a cuento. Un pelín menos de regodeo carnal hubiera quedado mejor. De hecho, en la escena más fascinante erótica, estilística y emocionalmente hablando no sale ningún pecho: la secuencia en el psiquiátrico. Hipnótica.

Película de sexualidad latente, sexo pecaminoso, sexo por dinero, sexo prohibido, sexo imaginario y sexo confundido. Una sospechosa involuntaria, un psiquiatra que sabe más de lo que dice, llamadas esclarecedoras y una víctima que desencadenará una investigación que lleva a un final doble, o incluso triple según se mire.

Entretenida e interesante. Bien.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
8 de julio de 2012
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no sé de verdad qué clase de demonios tendría Tennessee Williams para escribir dramas tan raros como «La noche de la iguana». A lo mejor el fallo de mi incomprensión es mío y mi psique no es tan finamente compleja como la que retrata él en sus múltiples personajes, casi siempre cortados por un mismo patrón de mucha sexualidad y poco sentido común.

Lo malo es que nos quiere dar a todos una lección de humanidad y psicología profunda, cuando, por más que se mire, las reflexiones son superfluas y el grupo bastante histriónico, con problemas vulgares y corrientes que ellos se toman a la tremenda y, por qué no decirlo, con gran inmadurez. A parte de que sus fobias, manías, deseos e inquietudes son a veces de lo más rebuscadas; por ejemplo el gusto del reverendo Shanon por las jovencitas, o el lesbianismo de la profesora de la bella Charlotte. También me pregunto la conclusión que debemos sacar del hecho de que, de nuevo, la mujer homosexual se presente como fanática religiosa y en extremo reprimida.

Con todo, a mi quien más me inquieta es el personaje de Deborah Kerr, la verdad. Parece inhumano por algún motivo extraño. Eso sí, el reparto de actores merece una notaza, así como la dirección, magnífica, de John Huston, demostrando una calidad fuera de toda duda. Ava Gardner, Richard Burton y Deborah Kerr están espectaculares. Llenan la pantalla con una presencia, unas risas, un sudor, unas miradas de auténtica maestría.

Suerte que había antes: si no había una buena historia, siempre se podía contar con los actores para convertir lo regular en aceptable. He aquí un ejemplo.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
20 de abril de 2019
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los musicales están de capa caída. No importa que se lleven premios, Óscares o que a la gente les gusten mucho. Es un fenómeno curioso: la sociedad está obsesionada con el progreso y sin embargo siempre que una película recupera algo retro le encanta. Bueno, recupera o simplemente va de retro para quedar bien, porque los creadores saben que gusta al público y a la crítica. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, por no decir siempre, estos intentos no son más que imitaciones malas de un esplendor pasado.

«La La Land» es un buen ejemplo de ello: una absoluta parodia de lo que se supone que es un musical, pero yo diría que del musical en su peor faceta; la faceta del trámite musical, de la inercia cantoril. Ponerse a cantar porque sí es en realidad un arte, señores, y si no lo haces bien lo que queda es la sensación ridícula del «ponerse a cantar porque sí», y eso no es algo bueno, quizá ni siquiera malo, simplemente es un recurso, uno de tantos, que tienes que emplear bien, con actitud, con sentido artístico en definitiva. «La La Land» no tiene nada de eso, lo que es aún más imperdonable teniendo en cuenta que uno de los protagonistas es músico de jazz. ¿Y me haces esto? ¿Estos números de salón de hotel barato? ¿Este chiste de canciones que no recuerdas? La única con la que me he quedado es con «City of Stars», pero es porque ya la conocía de antes por un famoso reality musical español. El resto es mediocre hasta la extenuación, incluso Emma Stone y Ryan Gosling, que ni cantan ni bailan, cantando y bailando en un esfuerzo titánico que se agradece pero que no, no funciona.

Eso por la parte de musical, pero es que nada mejora si nos fijamos en la historia. Chica conoce chico en Los Ángeles, los dos luchan por su sueño de ser actriz y músico respectivamente y, cuando parece que lo pueden conseguir, digamos que la película acaba. ¿Romántico? Seguramente un chicle que te encuentres en tu paseo por la calle te transmita más amor que Ryan Gosling y si el chicle se pega a tu pie será una historia de amor más tierna y bonita que esta de Mia y Sebastian. Quizás es que soy una romántica o que no lo soy nada, no sé, pero es que no me creo que dos personas que se quieren se comporten así, con esta desgana. Tendría algún sentido si lo que en realidad quisiera reflejar esta película es que la pasión por tu trabajo, por tus sueños, es más grande que el que se puede tener por las personas; pero no es eso lo que busca «La La Land», sino emocionarnos con una especie de amor imposible entre jóvenes enamorados. ¿Imposible? Será por exigencias de guion, porque por otra cosa…

Prescindible. Ni caso a los premios.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Le coup de grâce
    2022
    Steven Af
    arrow