La sobriedad de Ben Affleck a la hora de filmar provoca que se le comience a tomar en serio como abanderado de una nueva generación, una generación que al igual que Clint Eastwood, combinan lo clásico y lo actual con gran talento y esmero, haciéndonos disfrutar con sus films.
En la película que nos ocupa, Ben Affleck ha juntado a grandes actores alrededor de una historia simple, una de tantas en un barrio como Charlestown, pero fantásticamente narrada y presentada. Tanto los atracos, como las planificaciones o las escenas de amor son presentadas sin artificios y con gran naturalidad, no se le puede reprochar nada a Ben en la realización.
Ben Affleck parece haber madurado como actor y en esta película da un par de pasos adelante respecto a anteriores apariciones, parece que ser director le sienta bien. A Jeremy Renner le pega perfectamente el papel, al igual que Jon Hamm, que no lo he visto descolocado en ningún momento. Si Renner es la amistad, la violencia, la calle, la acción, Rebeca Hall es el contrapunto dramático de la historia, la serenidad, la ignorancia, otro mundo, respaldado con una actuación muy creible y correcta. En general todo el reparto está muy bien, con un recuerdo para el gran Pete Postlethwaite, recientemente fallecido.
La película está muy bien en lineas generales y a mi particularmente me encanta que al igual que Eastwood en sus cintas, no se juzgue moralmente en demasía a ningún bando, pues no todo en este mundo es tan fácil como parece, no todo es tan fácil de separar en bueno o malo, ni mucho menos a la hora de actuar.
Quizás lo único reprochable sea que da la impresión que la historia se sustentaba ella solita sin mezclar la historia de amor por el medio, a lo mejor hubiera gustado conocer más los bajos fondos de Boston acompañados de Affleck y Renner. Es solo una impresión que uno se lleva a mitad de la cinta, que fuera de esto no tiene ningún pero.
En resumidas cuentas, otra gran cinta de Affleck después de "Adios, pequeña, adios", muy entretenida y disfrutable, con grandes momentos de acción y de amor. Una buena historia, una buena película.

Podría haberle dado más nota a esta película por muchas razones, pero hay dos que le restan y que hacen que no lo haga. La primera es su protagonista, Robert Pattinson, que aunque me ha sorprendido gratamente su actuación de joven con problemas paterno-filiales y existencialistas, cumpliendo con creces, sus exageradas y demasiado repetitivas muecas y gestos me han desesperado en bastantes momentos. La segunda razón es la lentitud con la que transcurre el film, que si bien nunca te entran ganas de abandonarlo si produce cierta sensación soñolienta por momentos, aunque nada preocupante.
Respecto a las partes positivas he de empezar por la parte técnica. Tanto la dirección, como el montaje me han encantado, pero sin duda lo que más me ha llamado la atención es la fotografía, que le dá un aspecto indie a la película que le sienta muy bien y le hace tener más personalidad que la mayoría de las cintas de su género. Este acierto nos hace sumergirnos más en el film y en su trágica historia.
El reparto es bueno. Empezando por un Pattinson que no me gustaba, pero que reconozco que no lo hace nada mal y que le da un caracter a su personaje muy definido. Emilie de Ravin está maravillosa, acompaña al protagonista perfectamente sin robarle escenas, simplemente le da más empaque a la historia con su particular vida, acompañada de un siempre correcto Chris Cooper. Mención especial también para el gran papel de Pierce Brosanan, que a mi parecer (y contando que nunca me ha agradado mucho) clava un personaje muy indefinible y opaco. Por encima de todos, me encantó el personaje de Ruby Jerins, hermana del protagonista, alrededor de la cual gira mucho de la trama y que nos enternece en cada una de sus escenas, un personaje que es punto de encuentro entre padre e hijo, entre su hermano y la novia, entre madre y padre divorciados.
Con un guión tranquilo, bién conjuntado y sin complicaciones, solo vidas reales, a las que ataca la tragedia, la pérdida, pero también cosas buenas por encontrar, por descubrir. La película nos muestra una pequeña historia dramática, bonita, pero dramática, que sobre todo despega a partir de la mitad de la película, cuando más hemos empatizado con sus personajes. Nos sorprenderá su final, a mi juicio bien construido y un toque final perfecto para esta película.
En resumen, un film a tener en cuenta, con cierto aire indie y verdaderamente sentimental, perfecto para ver en pareja y que no defraudará.

Después de ver este pseudo-drama/crítica-social de Haneke, me he quedado decepcionado.
Primero de todo, reconoceré lo bien realizada que esta la película, tanto a nivel fotográfico, el blanco y negro que le sienta tan bien, el reparto en general o esas cámaras fijas, que le dan a la cinta un aire de autor muy marcado y sobretodo recuerda al cine de otra época ya pasada.

Realmente he vuelto a ver esta película un par de veces y he decidido finalmente tener que hacer la crítica para reivindicar esta producción, porque realmente hacía tiempo que no veía cine de acción como este proveniente de Hollywood y más aun teniendo en cuenta que está adaptando un cómic, cosa siempre complicada y que muchas veces en vez de ayudar se convierte en un arma de doble filo, que tanto puedes agradar a fans y no al público general, como lo contrario, o incluso puede llegar a contentar a todo el mundo, cosa harto difícil.

Lo primero es la dirección, cosa de la que yo no entiendo sobremanera más allá de mis gustos personales pero tengo que decir que con el dinero que tenían y los actores del reparto, el director lo ha hecho realmente bien, amén de regalarnos escenas de acción violentas, como deben de ser, estilo añejo de los 80 de tantas grandes películas que todos tenemos en el recuerdo y además no nos marea con las cámaras, algo demasiado típico últimamente y que al menos a mi me cansa. Esta película no tiene ese problema y el director parece que sabe lo que hace y sabe impregnar la película con ese sabor añejo tan rico para todos los que crecimos con los grandes de la acción.

Respecto a los actores, pues no puedo comparar con el cómic, no los he leído aunque reconozco que el personaje me llama mucho, lo que si tengo que decir es que Karl Urban está magnífico como Dredd, la mueca que tiene toda la película rompe todo y su comportamiento y conversaciones son lo justas y necesarias, al igual que su compañera protagonista, que al principio parecía que no convencía pero me ha gustado muchísimo el resultado final.

El guión no es nada del otro mundo, pero creo que le pega perfectamente al protagonista y el mundo en el que vive, además de tener unos cuantos giros bastante interesantes y escenas de acción suficientes para contentarnos a los amantes de este género seamos o no fans del personaje y sus cómics. Además, conserva el interés toda la película y eso es algo loable en este tipo de producciones que adolecen de ser demasiado predecibles. Destacar varias escenas de acción muy interesantes y alguna que otra frase que nos regala el Juez Dredd, que nos hace sonreír por él al escucharlas.

El caso es que el resultado es muy bueno y rebosa acción y entretenimiento, a mi me ha gustado muchísimo esta película y la recomiendo 100 % a todos los amantes de este género, que así sabrán que con este Juez no hay escapatoria posible, porque el es la ley.

Realmente esta película tiene un saborcillo a los noventa, a tantas y tantas películas sobre juicios, asesinatos y cosas que parecen pero no son, para terminar siendo otras. Películas entretenidas, sin excesos violentos ni alardes técnicos, pero que cumplen perfectamente su cometido.
En este caso, Brad Furman es el encargado de dirigir a Matthew McConaughey, que sin ser santo de mi devoción, el papel le viene que ni pintado, quedando perfectamente encuadrado en cada escena de la cinta, que el amigo Furman dirige sin alardes pero con una corrección y unas formas por encima de la media en este tipo de películas.
Los secundarios no lo hacen mal, desde Marisa Tomei, pasando por William H. Macy o Josh Lucas. El que menos me ha convencido ha sido Ryan Phillippe, que en determinados momentos se le ve exagerado y un poco fuera de lugar, pero va dando el pego.
La historia en si, correcta y entretenida. Thriller clásico y no demasiado sesudo, fácil de digerir, sin complicaciones pero guardando sus ases en la manga. Aunque sus casi dos horas de duración podrían parecer demasiado, la verdad es que se pasan sin darnos cuenta gracias a un guión muy bien tejido, que nos mantiene dentro de la historia en todo momento.
En resumen, recomendable cinta para todo amante del thriller que se precie, ya sea para ver solo o en compañía de la pareja.