La película es floja, te quedas con sabor a poco, el argumento es muy pobre y muy poco desarrollado. El problema de este film es que la historia y las emociones, lo que vas a buscar cuando vas al cine, está en un segundo plano. Y todo lo secundario, el relleno, cobra singularidad y resulta ser lo más importante, a saber:

* que la Provincia de San Luis, productora del film, haga una invasión burda de un muestrario de sus atractivos turísticos, y escenarios naturales y arquitectónicos provinciales, agregados muy artificialmente como una publicidad elemental y antigua. Este aspecto es molesto y lamentable;
* que Soledad se luzca sola, cantando canciones casi desconocidas y que no tienen nada que ver con la historia, en una suerte de videoclips entrelazados, como en un intento quizás de lanzarla como nuevo referente del público infantil;
* que muchos de los artistas invitados (sobre todo Capusotto y Balá) aparecen en las escenas sin mucho que ver en la historia, justificando su presencia para que hagan un compilado intenso de sus gags y muecas más famosas;
* que varias veces se rompa la cuarta pared buscando una complicidad con el espectador pidiéndole que cante o que aplauda, recurso muy antiguo, en absoluto desuso y que provoca algo de vergüenza ajena;
* demasiados guiños 'cómplices' para los adultos que eran niños en la época de la revista Anteojito y los cortos de Hijitus, que quizás los niños de 2012 que vieron la película no pescaron en absoluto.

Se rescata:
* el intento de hacer una película tierna, linda, inocente, para los más pequeñitos;
* regresar de los años 60 / 70 a personajes entrañables de García Ferré aprovechando el gancho de una cantante exitosa;
* animarse a hacer una recreación animada junto a personas reales, con los costos que eso implica;
* hacer cine infantil criollo y argentino, con paisajes, música y personajes nuestros.

Pero muchas de las formas de filmar y narrar film quedaron antiguas, como de otros tiempos. Los personajes secundarios no famosos están poco creíbles, mal dirigidos.
Y el principal error, como dije anteriormente, es que hubo demasiados objetivos secundarios a cumplir en el film (comerciales, promocionales, de aparición de famosos) que desdibujan la historia y le quitan fuerza. No es noble ni honesto, aprovechar para hacer propaganda de ningún tipo, y menos en una película infantil, por más que se haya puesto todo el dinero para la producción de la misma.

Sin embargo no creo que el film merezca una nota promedio tan lapidaria (2,6) como para estar entre las 40 peores de toda la cinematografía argentina, siendo esta una película infantil, y la nota puesta por adultos... El cine argentino ha tenido esperpentos mucho más deplorables y vergonzosos que esta fallida pero tierna e inocente historia para 'sub 10' llevados al cine de la mano de papis, mamis y abuelos que crecieron leyendo Anteojito y mirando Hijitus, y que permitió unir dos o tres generaciones.

Nota: 5 (cinco)

El film es una recreación épica y muy oficial de la vida del Gral. San Martín, basada en la novela homónima de Ricardo Rojas, en tiempos de construcción idealizada y sublime de los próceres.
Si bien no caben dudas de las virtudes militares, ciudadanas y humanas de San Martín, esta suerte de hagiografía tiene como puntos flojos en que se torna un poco solemne, con frases algo grandilocuentes y posturas rígidas. Así, por ej, contrasta la ternura e inocencia de Remedios con la postura castrense y severa de don José, ambas llevadas hasta la exageración. O el llamar por su apellido a distintos protagonistas para que el espectador reconozca a los personajes históricos.
Como dato positivo, la reconstrucción de batallas, de los campamentos y del apoteósico Cruce de Los Andes son muy valiosos y dignos, en un esfuerzo que el cine argentino no estaba acostumbrado a realizar.
Pasando por alto el polvillo didáctico escolar y el bronce heroico que indudablemente la película buscó, se pasa un buen momento, se aprende y no se envidia tanto a las superproducciones patrióticas de otras cinematografías más desarrolladas. Y la figura de San Martín seguirá siendo inspiradora de mejores ciudadanos.
Nota: 6 (seis)

Es difícil no valorar positivamente un filme que lleva por primera vez a la pantalla grande el naciente rock argentino, las bandas fundacionales, cuando el material visual era poco, no era masivo aún, y no contaban con el despliegue de la música melódica, el pop y los ritmos populares de artistas como Palito, Sandro, Leo Dan, Leonardo Favio y otros que tenían sus films con historias sencillas como excusas para presentar sus éxitos.

En ese sentido, este film es un hallazgo y fue muy celebrado por todos los fanáticos de ese incipiente rock argentino. Y lo sigue siendo como material evocativo.

Pero cinematográficamente el trabajo es casi nulo.

Tiene dos grandes, grandísimas carencias:
1. se limita a filmar escenas del 'Ba Rock III' de las distintas bandas, una detrás de la otra, algunos temas de estudio (lo que sería un videoclip años más tarde), una breve escena actuada de Pescado Rabioso al final, una fugaz evocación de bandas fundacionales ya desaparecidas (Los Gatos / Almendra / Manal), y un reportaje a espectadores 'tipo noticiero televisivo' muy básico. No hay una hilación ni existe un relato. Ni siquiera es un documental, sino que se observan seguidilla de actuaciones. Corría el año 1973, se podían hacer mil cosas...
2. Tampoco se preocupa en dar a conocer quienes son los grupos que tocan, ni el nombre del tema, siendo casi hermético para los seguidores. Con lo que excluye a los que desconocen el género, no invita a investigar, ni a descubrir algo nuevo. Es como una auto celebración sectaria.

Pareciera que el film fue hecho de apuro, para aprovechar el entusiasmo creciente del género, y con un criterio comercial, no artístico, en las antípodas del espíritu del festival y sus protagonistas.

Como material de archivo, es una joya; como producción cinematográfica, destila una pereza absoluta.

Nota: 5 (cinco)

La película queda muy enmarcada en una realidad puntual: la hegemonía del partido de la Democracia Cristiana (DC), omnipresente en el poder de Italia desde la postguerra, partido de innegables nexos con parte del episcopado católico italiano.
Basada en una novela, el film intenta denunciar de manera metafórica, durante un retiro espiritual en un lugar futurista, la hipocresía, la ambición de poder, el doble discurso, la soberbia y los instintos más bajos de la clase gobernante italiana.
Pero la denuncia se convierte en una caricatura grotesca, donde los distintos dirigentes (políticos, empresarios, funcionarios) son personas de conductas aberrantes, mentirosas, atrapadas por las pasiones más bajas e inmundas pero en sus labios palabras altruistas y honorables. Así también está mostrada la jerarquía católica, llena de autoritarismos y dobles discursos, y una religiosidad plagada de ritos supersticiosos y vacíos de contenido, un verdadero espanto, propio de 'El jardín de las delicias' de El Bosco. El cura predicador, interpretado por el gran Marcello Mastroianni, es detestable.
Incluso se adivina en el pusilánime, temeroso, reprimido, decente pero a la vez vanidoso personaje del presidente, que protagoniza Gian María Volonté, al primer ministro Aldo Moro, un político respetado por todo el arco político, secuestrado y asesinado por las Brigadas Rojas dos años después del film (suceso que personificará el mismo actor, en la interesante película 'El caso Moro').
La película se explica en que la DC se había anquilosado en el poder, luego de darle grandes beneficios en la reconstrucción italiana post Mussolini; y también se entiende que la intervención en las altas esferas de algunos altos prelados de la Iglesia resultaba objetable para muchos italianos, católicos o no. Ese anquilosamiento daba lugar a corrupciones y una fatiga en el pueblo, a pesar de ganar repetidamente las elecciones.
La denuncia tiene un tono abominable y chocante, donde nada de ese grupo de dirigentes es rescatable, donde la práctica religiosa se convierte en un fetichismo enfermizo, absurdo y superficial, donde todo tiene un carácter ridículo y extravagante. Y los aspectos estimables del film, como son sus originales escenarios, con esculturas simbólicas, y las buenas actuaciones de Volonté y Mastroianni, se pierden y se desvalorizan ya que el film provoca una repugnancia nauseabunda demasiado injusta hacia una clase gobernante y religiosa perfectible y criticable.
Y se termina dando la impresión de que más que una crítica metafórica justa, es un panfleto anti DC y anti Iglesia, que el guionista adoptaba en forma personal, ya que fue diputado del Partido Radical, una escisión del Partido Comunista al que adhirió gran parte de su vida.
Por esa crítica despiadada, caricaturesca, agresiva, sin matices, esperpéntica, mi baja nota. A pesar de los geniales Volonté y Mastroianni. No está mal que el cine toque temas políticos, sí que 'haga' política.
Recomiendo, para conocer desde un costado crítico pero más equilibrado esa época histórica italiana, 2 films: el ya nombrado 'El caso Moro' -Ferrara, 1986-, y 'El Divo' -Sorrentino, 2008- (sobre la vida de Andreotti).

Nota 1 (uno)

Este documental nos acerca la F1 de los 70.
Una F1 muy tecnológica pero todavía romántica, con autos de diseños muy atractivos y muy distintos entre sí; mucha paridad entre 5 o 6 equipos de punta, y con pilotos de fuerte y marcada personalidad: el calculador Lauda, el playboy Hunt, el detallista Reutemann, el angelical Peterson, el rudo Brambilla, el expresivo Lafitte... Deportistas, sí..., pero con una impronta singular que los distinguía.
Todo ello tenía un glamour y un encanto que atraía fanáticos del todo el mundo; además de los pilotos, los directores deportivos, los diseñadores y los dueños de las escuderías eran muy populares y conocidos. La televisación hacía el resto: que sus grandes premios ya llegaban a los rincones más distantes del orbe.
Para su momento, este documental presentaba en pantalla grande la trastienda de todo este genial show; y además agregaba imágenes de archivo muy valiosas, con escenas inéditas, algunas muy impactantes.
Además de imágenes de las carreras y de los boxes, se disfruta el testimonio de los protagonistas del momento y de algunas grandes figuras ya retiradas; y también un muy emotivo homenaje a los pilotos fallecidos. Todo hilvanado por la simpática y agraciada figura de Sydne Rome, y una apropiada música de los hermanos Guido y Maurizio De Angelis.
Muy interesante para revivir los tiempos dorados de aquella F1.
Nota: 8 (ocho)