Información previa: Hina Logi se puede considerar un spin-off de Luck & Logic (de ahí el nombre), pero no requiere su visionado en absoluto. Más allá de las apariciones simbólicas de algunos personajes de Luck & Logic a modo de referencia, Hina Logi no necesita más contenido adicional que sus doce capítulos.

Todo empieza cuando Liones Yelistratova, princesa de un lejano país, acude a la academia en la que ALCA forma a las llamadas Logicalist, que, para que nos entendamos, son "chicas mágicas" que defienden el mundo formando enlaces con seres conscientes de otros mundos.
Pero no, aquí no vamos a ver a Lion transformarse para luchar contra el mal. Lo que veremos será cómo Lion estudia y vive en la academia, hace migas con sus compañeras de clase y afronta algunos problemas personales propios (como el control de su Logicalist) o ajenos (como las murallas emocionales de su amiga Nina).
Así que, si empiezas Hina Logi, tienes que tener claro desde el principio que no vienes a ver la trama, sino a acompañar a Lion en su día a día en la academia.

Aunque este tipo de historias pueden no ser del gusto de muchos, en Hina Logi los elementos planteados para ello funcionan bien. Los personajes que acompañan a Nina caen bien y tienen carisma. Sobre todo hay que destacar a Nina, una experta Logicalist con poca habilidad social; Mahiro, una enérgica chica a la que le encanta inventar trastos que suelen explotar; y Yayoi, una dama adinerada que cuenta con dos doncellas siempre a su servicio y que busca la perfección por encima de todo. Descuidad, algunas de estas cosas suenan mal, pero la serie en ningún momento hace que odies a los personajes. Todo lo contrario: Nina es consciente de sus problemas, Mahiro tiene buenas intenciones con sus trastos y Yayoi vela por que todo el mundo en la clase esté contento y trata de ser la mejor a través de la competitividad sana.

Los conflictos que se generan suelen ser de pequeña envergadura, y el formato general de la serie es episódico, centrado sobre todo en el entretenimiento y el humor. Y lo consigue: Hina Logi no aburre, sus personajes caen bien y tiene muchos puntos de humor bastante decentes.

Es cierto que es una serie muy sencilla en sus intenciones, pero es la clase de serie que sienta bien ver cuando no tienes la mente en condiciones de ver algo más complejo. Es una serie alegre y agradable, ideal para pasar un rato sin mayores pretensiones.

Información previa: Valkyria Chronicles es la adaptación al anime del videojuego Valkyria Chronicles, originalmente lanzado para PlayStation 3, aunque también tiene elementos del manga (que también era una adaptación del videojuego) y de los DLCs. En cualquier caso, en sus 26 episodios cuenta la historia completa y no presupone ningún conocimiento por parte del espectador, de modo que puede verse sin necesidad de ningún producto adicional. El resto de videojuegos y series de la saga, si bien ocurren en el mismo mundo, no guardan una relación argumental que exija su visionado antes ni después de esta serie.

La historia comienza cuando la Alianza Imperial de Europa del Este lanza un ataque sobre el pequeño Principado de Galia en busca de sus reservas de un valioso mineral conocido como Ragnite. Welkin Gunther, el hijo de un famoso héroe de la anterior guerra, se unirá a la milicia de Galia para evitar que el imperio logre conquistar todo el país. Le ayudará Alicia Melchiott, capitana de la guardia de Bruhl, y juntos comandarán el Pelotón 7 de la milicia de Galia en un intento desesperado de retener la invasión imperial.

Pese a ese contexto bélico, Valkyria Chronicles se centra principalmente en el desarrollo de personajes, por lo que las batallas quedan en un segundo plano. Esto puede resultar extraño teniendo en cuenta que el juego en el que se basa la historia era un RPG estratégico. No solo las batallas tenían más peso que la trama, sino que la estrategia era la clave para las victorias. Si algo ha hecho mal esta adaptación al anime, es echar por tierra cualquier deje estratégico. Las batallas son cortas, se les da poca importancia y no hay ni un ápice de estrategia más allá de cuatro momentos contados. Algunos factores clave del juego (como que los tanques eran vulnerables a ataques pesados en el radiador) aquí se obvian por completo.
La gravedad de la falta de estrategia y batallas en una serie bélica depende de cada uno, pues podría defenderse que, si la serie ha decidido centrarse en los personajes, no hay ningún problema con que las batallas hayan perdido fuerza. El problema es que, si bien algunos personajes han salido bien parados en esta adaptación (muy en especial Faldio, que en el juego tenía un papel mucho más secundario y aquí es casi protagonista), la mayoría tampoco brilla.

Para explicarlo mejor, digamos que la serie se desarrolla en tres arcos:
En el primero, se asientan las bases de la historia y se utilizan elementos muy convencionales del anime, con lo que a la guerra no se le da la seriedad que debiera, y los personajes son poco más que tópicos andantes. En la recta central de la serie, el desarrollo de estos personajes y el funcionamiento de la trama crece notablemente. El problema es que en el último tercio, después de un giro argumental (excelentemente preparado y representado, todo hay que decirlo), todo se vuelve conveniente, llano y... dejémoslo en soso. Los personajes dejan de funcionar, de desarrollarse. La trama se ve empujada a cada capítulo por conveniencias, y la falta de tiempo impide que los elementos se desarrollen debidamente. Todo el buen hacer de la parte intermedia de la serie se echa al traste, echando a perder elementos y personajes que se habían conducido bien hasta ese momento.

Así pues, tras el fracaso de la recta final en el desarrollo de tramas y personajes, y el nulo énfasis de la estrategia y las batallas (más allá de algunos casos contados bastante notorios), Valkyria Chronicles se convierte en una serie simplona con muchos errores, y en una adaptación que no sabe aprovechar el material base.
Sobre este material hay que decir que ha sido un gran acierto mantener en la serie la excelente banda sonora del videojuego, obra de Hitoshi Sakimoto (compositor de juegos como Final Fantasy XII, Vagrant Story o Final Fantasy Tactics).

En definitiva, y pese a tener algunos aciertos, la serie Valkyria Chronicles decide renunciar a elementos cruciales, pero no logra hacer que funcionen aquellos a los que sí pretende dar importancia. Por culpa sobre todo de su nefasta recta final, Valkyria Chronicles es, como mucho y siendo generoso, una serie entretenida.

La historia de Getbackers se centra en Ban Midou y Ginji Amano, dos buenos amigos que subsisten a base de su trabajo como recuperadores: todo lo que se les encargue buscar, ellos lo encontrarán. Su tasa de éxito es del 100%. Perdido o robado, encontrarán el objeto extraviado.

Pero, seamos francos, en realidad Getbackers no va de buscar objetos perdidos, aunque su sinopsis así nos lo prometa. Es un hijo de su tiempo, un «shonen» como se les suele llamar. Una serie de acción basada en subtramas que nos conducen a combates entre personajes con superpoderes. Eso es lo que uno debe esperar cuando empieza Getbackers.
Por un lado tenemos a Ban Midou, cuyo poder radica en su mirada, el Jagan. Gracias a ese poder, puede sumir en una ilusión durante un minuto a cualquier persona a la que mire a los ojos.
Su compañero, Ginji, controla la electricidad. Ambos son, además, luchadores muy competentes.

Al principio de la historia el formato será episódico y se nos irán presentando personajes que se integrarán a la historia de forma permanente como secundarios. Es en ellos y en nuestros dos protagonistas donde radica el mayor acierto de Getbackers: un elenco de personajes carismático, de esos que, años después, se siguen recordando.
Poco después comienza una trama más interesante que gira en torno a La fortaleza ilimitada, los Volts y MakubeX. No voy a detallar de qué se trata, pero es una trama bastante competente e interesante.

El problema viene cuando llegamos a la segunda mitad de la serie (más o menos, a partir del capítulo 25), cuando la serie deja de seguir al manga. El formato episódico toma el control (con episodios, en general, bastante flojos), y cuando nos queremos dar cuenta quedan solo siete episodios y mucho que contar. Con una minisaga final no especialmente interesante y no muy cerrada, la serie concluye dejándonos con un amargo sabor de boca.

Por ello, más allá de su buen elenco de personajes, Getbackers ofrece bastante poco. Es solo un shonen más de su época. Una serie entretenida, pero con poco que destacar.

Información previa: Utawarerumono es una saga de videojuegos de nicho que combinan la narración de las novelas visuales con una jugabilidad de rol y estrategia. Esta serie, llamada Utawarerumono a secas, es la adaptación al anime de uno de esos juegos. Puede ser vista sin haber jugado antes el juego, y no necesita de ningún otro juego o temporada de la serie que complete la historia.

La historia comienza cuando nuestro protagonista se encuentra con una chica llamada Eruruu, sin recordar ni siquiera su nombre y con una máscara puesta que es incapaz de quitarse. La chica lo llevará al pueblo que es su hogar, donde, bajo el nombre de Hakuoro, formará parte importante de la sociedad de la aldea.

Ese es el punto de partida de Utawarerumono, aunque en este caso una sinopsis no sea de especial utilidad.
Al principio, nos topamos con una historia enfocada al día a día de Hakuoro en la aldea, interactuando con los habitantes y solucionando los distintos problemas que afectan a los aldeanos, granjeándose así un lugar en la villa.
Pronto, el enfoque de Utawarerumono cambia drásticamente y ese estilo "Slice of Life" se ve sustituido por una trama más centrada en la acción en torno a conflictos militares.
Pero ese primer cambio (que ocurre durante el primer cuarto de la serie) no es el único del que dispone Utawarerumono. Los objetivos de Hakuoro cambian constantemente a medida que la trama crece e incluye nuevos elementos y personajes, gracias a los cuales el potencial de entretenimiento de Utawarerumono se vuelve notablemente alto.
Para acompañar a esa trama que nunca se estanca, un elenco de carismáticos personajes asesorarán y ayudarán a Hakuoro. Aunque no todos pueden presumir de tener un papel relevante en el argumento, dan vida a la serie a través de interacciones entre ellos.

Es cierto, por el contrario, que la trama peca de ciertos cambios de ritmo, tópicos, es predecible a ratos (aunque no está exenta de giros inesperados)... lo que impide que la experiencia final llegue a ser memorable.

El resultado, por tanto, es una serie cambiante, funcional y muy, muy entretenida, que no dejará huella en el espectador pero tampoco le permitirá el lujo de aburrirse.

Información previa: Arslan Senki (En español, La heroica leyenda de Arslan) es la segunda adaptación al anime de la novela homónima, escrita por Yoshiki Tanaka, escritor reconocido principalmente por La leyenda de los héroes de la galaxia, que a su vez dio lugar al anime del mismo nombre, generalmente popularizado como uno de los mejores animes clásicos.
Esta adaptación de Arslan, en concreto, se basa a su vez en la adaptación al manga de la novela de Tanaka dibujada por la famosa Hiromu Arakawa, célebre autora de Fullmetal Alchemist. El manga aún no ha finalizado, y aunque el anime lo ha adelantado (siguiendo los pasos de la novela), actualmente se encuentra inconcluso.


Arslan Senki se centra en el viaje de Arslan, hijo del rey Andrágoras, tras una fatal derrota en el campo de batalla. El joven príncipe, más débil que su padre, deberá rodearse de fieles aliados para recuperar el reino de Pars y la libertad de sus ciudadanos. A diferencia de La leyenda de los héroes de la galaxia, de un corte más humano y político, Arslan Senki es la odisea de un príncipe, la aventura de un personaje junto a sus fieles seguidores. Así pues, la estrategia, la política y la filosofía se reducen en buena medida y se prioriza en la aventura y la épica.

Tanto Arslan como sus compañeros rebosan carisma y se desarrollan continuamente a medida que la trama avanza, a ritmo constante pero sin apresurarse, con una excelente narración que dota al conjunto de gran fluidez. Utiliza a menudo los clásicos recursos de las aventuras épicas, por lo que veremos impresionante movimientos de batalla, soldados abriéndose camino en solitario a través de las filas enemigas, y el potente sentimiento común en la animación japonesa.
Ese enfoque es uno de los motivos que han restado popularidad a Arslan Senki frente a su hermano mayor, pero es un tipo de historia diferente, y muy disfrutable si se sabe qué se busca. Eso tampoco quiere decir que las batallas se ganen por arte de magia, pero sin duda es un producto menos complejo y más complaciente en cuanto al uso de la guerra como pilar narrativo de la acción.

En general, por tanto, Arslan Senki da lo que quiere ofrecer. Los personajes resultan carismáticos y sus diálogos poseen fuerza e interés, la acción está bien contextualizada y es muy fácil de disfrutar, y el argumento y el desarrollo general son notablemente satisfactorios.
Personalmente, espero que cuando el manga haya avanzado lo suficiente podamos disfrutar del término de la aventura de Arslan. Una serie injustamente infravalorada por la (a veces inevitable) comparación con los otros productos de sus dos autores, pero con mucho potencial.