Uno de los mayores atractivos de la película es sin duda Mivckey Rourke, más allá de su actuación más que digna, sino porqué en varios momentos nos preguntamos cuanto de paralelismo debe haber en una vida como la suya.
La elección del personaje es clave; la película no tendría la misma credibilidad sin esos rastros siliconados en el rostro, el tormento que transmite y los restos de muchos excesos a lo largo de una vida.

Para mí, tal vez radique el único pero de la película. ¿Está Mickey Rourke haciendo un gran papel, o es que en verdad sólo está haciendo de él? Esta mimetización es el claro ejemplo de una buena actuación, pero esto parece creíble cuando uno realiza un papel con nada a ver en su vida. Aquí por contra, yo no veo tal caracterización. Ahora que le llueven los papeles parece ser, espero que el sr.Rourke me demuestre que estoy equivocado, y que puede hacer el mismo gran papel que en esta película sin que tenga que ser de personaje atormentado.

El argumento es interesante, adictivo, y morboso; los seres humanos solemos disfrutar inconscientemente con ciertas desgracias humanas; y este en el gran gancho de la película. Avanza con interés, y se sigue bien, no creo que defraude a mucha gente, es más seguro que nos atrae.
Es la resolución lo que no me convenció; con la trama montada ya se ve cual será el desenlace. El guión no aporta frescura ni sorpresa, sino que intenta ahondar en esa penuria, aportando más y más datos para mostrarlo.

Una gran primera parte con un buen planteamiento de trama, de presentación de personajes, explicación de historia y como se ha llegado a ese punto, y una imagen útil, curiosa y muy certera a la historia; y una segunda parte -con tintes de sobremesa- que repite lo mismo que en la primera parte, con una luz más oscura y con exceso de claroscuros.

Si la primera parte sacaba esa parte canalla pero divertida la imagen italiana; esta segunda versión profundiza en ese hilo, pero sacando esa parte tan rancia, tan denigrante y tan antigua del país vecino.

Machismo, amaneramiento, valores de familia… todo en un mix que argumentarán algunos que es una sorna, y del que hay que reírse. Reírse, el problema está ahí; esto no tiene gracia.
Es un calco de “que vienen las suecas de hace 30 años”. Y Alfredo Landa contemplado con un horizonte temporal puede tener su gracia; pero si hoy en día, todavía hace gracia el ver los clichés a desterrar, tenemos un problema.


Lo mejor: La música, que anclada en el tiempo saca lo bueno del pasado que no consigue su guión.
Lo peor: Guión obviamente, y las interpretaciones exageradas y nada creíbles de Carlo Verdone (mucho mejor en Manual #1) y Pataky, donde su última escena con el partenaire postrado en la cama y ella con un “curioso” vestido es digno de visionado en cualquier academia de cine.

Hay películas que utilizan los efectos especiales a modo de pretexto, de reclamo; sin un porqué y sin pedir permiso; ellos son el fin en si mismo. Y por otro lado, tenemos (las menos habituales, cierto es) películas utilizan el diálogo y artificiosidad del mismo modo.

Una cosa es que una historia se "cuente" de manera elocuente incluso bella, y otra es que se busque un diálogo preciso y brillante para contar una historia que no lo requiere.
En este caso, la película se plaga de citas, sonetos, salmoncetes, y otros recursos literarios, que pese a tratar de una película ambientada en la educación pre-universitaria te da la impresión que te están intentando meter con calzador.

Pretencioso, a mi modo de ver.

Trama interesante, actuaciones estupendas (casi magistral la “pizpireta medio lapona-mongola), ciertos diálogos estremecedores, grandes momentos de tensión, un uso de la fotografía adecuado, y sobretodo algo difícil en el cine de hoy en día: gran capacidad de crear empatía; ciertamente difícil si encima se trata de una emigrante checa que se está quedando ciega, que trabaja todo lo posible para poder operar de la ceguera crónica a su hijo y que ve en los musicales la escapatoria a una insulsa vida.


Porqué entonces el regusto final es negativo, porqué acabas con la idea que te toman el pelo, y que para contar una historia humana no hace falta ponerse tan trascendental.
Los números musicales son una mera excusa para atraer a los fans de Bjork, donde la excusa de analogía es tan burda que ni los islandeses deberían creérselo. Sólo "i've seen it all" aporta una explicación a la película y hace creíble esa escapatoria fantasiosa. Empecé sobrecogido con este número y acabé a carcajada con el de los 107 pasos, con los susurros de 32 y gritos de 69.

- "Es que las actuaciones son una fábula, lo tienes que ver así"
- " Y un cuerno! Las fábulas se hacen bien como Lewis Carroll o JP Jeunet o no se hacen"


Porqué Trier se empeña en hacernos ver a los bueno más buenos de lo que son, y a los malos ídem. Constantemente; como si los espectadores no tuviésemos una gota de inteligencia, poniendo planos de la bandera americana o hacernos ver al policía con su traje perenne; porqué el estilo documental muchas veces da fuerza a las historias, pero no hace falta que la cámara este temblando continuamente para que nos hagas ver que no usas trípode y que la historia es mas real.

Porqué no se innova nada a nivel argumental, -esta dualidad de bondad y malicia en las personas ya se viene explicando desde el 1600-1700 por los filósofos ingleses-, ni a nivel técnico (exceptuando el "musical melodramático"); porqué se quiere impactar con frases pedantes (i'm gonna stop daydreaming, it's only the last song if we let it be).

Podría haber sido una grandísima película cambiando únicamente el director (y sin musicales obviamente). Eso si, los fans de Lars, espero que no digan que vuelve a reinterpretar el cine o innovar, como en su próxima película la protagonista vuelva a ser una frágil mujer que se enfrenta ella sola a las diferentes injusticias de las personas, donde ella cual heroína lucha para hacer de este mundo un lugar mejor mientras los demás intentan impedirlo.

Mostrar un sexo tan explícito y no caer en la banalidad es harto difícil. Y vaya si lo ha conseguido Cameron Mitchell. Ya desde la primera escena muestra claramente sus intenciones; y si, quedas sorprendido por tanta “naturalidad”

Poco a poco, la imagen torna totalmente en secundaria para ir mostrando pequeños dramas humanos que todos tienen y tenemos en nuestro día a día. Gran trama, grandes actuaciones, gran bso. Sin duda, la mejor película del 2006.