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Críticas de Melón tajá en mano
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Críticas 113
Críticas ordenadas por utilidad
2
12 de noviembre de 2011
52 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por mucho que ayuntamientos y centros comerciales se empeñen en adelantar la fecha todos sabemos que la Navidad no llega hasta Diciembre. Es entonces cuando el cine nos regala su dosis anual de ñoñería infantiloide con películas –la mayoría norteamericanas- que traen sin cuidado a niños y mayores.

La industria española (que no es tonta por más que se empeñe en parecerlo) decide competir ofreciendo más de lo mismo pero en versión austera y con una cierta mala leche que nunca viene mal. Así que Paco Arango (creador de series tan prescindibles como ‘¡Ala… Dina!’ y ‘El inquilino’) se ha puesto manos a la obra escribiendo y dirigiendo ‘Maktub’, que en árabe significa ‘lo que está escrito’.

Con la excusa del destino y la presencia del angustiosamente híper-sobreactuado Diego Peretti como monigote protagónico, Arango se empeña en sacarnos una lagrimita fácil cada diez sonrisas mudas. La película lo tiene todo para convertirse en un calvario de glucosa insípida. Y lo consigue de sobra.

Elegir a Peretti para encabezar el reparto de una película navideña es tan contraproducente como invitar a Jordi González a impartir una cátedra sobre ética periodística. Y lo comparo con alguien de TV porque se hace difícil calificar de película algo que jamás pasaría como pésimo capítulo piloto de una serie.

En ‘Maktub’ no hay casi nada que parezca cine. Su realización, sus idas y venidas en el tono y el tratamiento de sus personajes son puramente televisivas. Pretende ser simpática pero acaba siendo tan pesada como ese tío que cuenta los mismos chistes en la cena de nochebuena todos los años. La faceta cómica de la cinta funciona por espasmos y la dramática es un despropósito de los grandes.

Hay escenas donde la falsa complicidad entre personajes da lugar a ciertos diálogos carentes de alma y sentido, muchos de los cuales están forzadísimos por el mismo cáncer de siempre: los niños no hablan como niños sino como guionistas que nunca han visto uno de cerca. El día que encontremos la cura ganaremos todos.

Resumiendo: lo que pretende ser homenaje al joven en que se basa la historia se convierte en un cuento donde la ternura está mal calculada y no hay sitio para la supuesta fragilidad emocional del espectador en fechas navideñas. Ni el trío calavera (Baró, Bilbao y Sardá) ni la excelente pero desorientada Goya Toledo pueden sacar las castañas del fuego en el estreno de Paco Arango como director de cine.

‘Maktub’ podría funcionar como cuento. Es fiel y consecuente con el factor casualidad que propone pero se pierde al subrayar la parte más dramática durante la fatigosa media hora final. Garantizo que el último giro sobre el personaje de la Sardá es de los más torpes que se han visto en una película que es para niños, no para tontos.
Melón tajá en mano
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2
3 de diciembre de 2011
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Segundas partes nunca fueron buenas". Esta afirmación puede ponerse en duda cuando la segunda sucede a una primera parte muy buena. No es el caso de 'FUGA DE CEREBROS 2': la primera parte es una tontería enorme y esta no se queda atrás.

De su director, Carlos Therón, sólo conocemos el mediocre makin' off de la notable 'Buried' de Rodrigo Cortés. No se puede decir que hacer una segunda parte de una acumulación de despropósitos sea el salto esperado.

Vale que esta segunda oportunidad tiene un punto más crudo, nostálgico e inocente y que esto la hace levemente soportable durante la primera hora. Pero llegada la segunda hora a la película ya no hay por dónde cogerla. El mal gusto toca techo (y fondo) con unos gags escatológicos que se hacen aún peores cuando pretenden funcionar por repetición. Gravísimo error para la comedia. Y ojo que no es el único que comete.

El guión apenas acierta a rematar tres o cuatro chistes y los giros no son giros sino disparos al azar esperando ver qué pasa. La sucesión de sketches es infumable y no hay forma de asimilar el empeño en hacer las cosas tan mal. La banda sonora es una capullada para cursis de tercera. No es justo decir algo malo de los actores: tampoco tienen la culpa y bastante tienen ya.

Sin embargo nada de lo anterior es tan insultante como la interminable lista de tópicos y la forma en que utiliza para hacernos reír. Los últimos veinte minutos son una traca de gases que lo hacen todo irrespirable. Es difícil hacer las cosas peor, a no ser que alguien se proponga convertir esto en trilogía. No lo descartemos: la taquilla arrasa con todo y hasta crea escuela.

Ni humor absurdo ni mucho menos surrealista. La tontería es de primerísimo nivel y además tiene la desgracia de ser la segunda parte de otra. Cuesta creer que algo así pueda provocar carcajadas en una sala de cine. Si este "humor" no está superado, vamos por mal camino.

No consuela en absoluto saber que esta es la película que los jóvenes irán a ver en masa estas navidades. Al menos tendrán toda una vida por delante para intentar olvidarla.
Melón tajá en mano
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9
6 de diciembre de 2011
33 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
El próximo mes de enero llegará a nuestras pantallas (ojalá que a muchas) la nueva película de Na Hong-jin. A algunos les sonará a chino, pero en realidad es surcoreano y ya nos sorprendió con su primera película 'Chugyeogja' ('The Chaser').

Con el mismo dueto protagonista que tan bien funcionara entonces, 'HWANGHAE (THE YELLOW SEA)' posee un amplísimo ramillete de virtudes que la convierten en una de esas películas imprescindibles para todo amante del buen cine de suspense y acción.

Mediante una trama de dimensiones complejas, Hong-jin confecciona un trepidante thriller de atmósfera enrarecida que hurga en las oscuras entrañas de la clandestinidad. Las dos horas y media de relato laberíntico se hacen extra cortas y te dejan clavado en la butaca.

'Hwanghae' es una carnicería incontestable de montaje excelente y más que correcta banda sonora. Una orgía sangrienta para chuparse los dedos. Magnífica ocasión para hacer gala del "a caballo regalado no le mires el diente" para hacer frente a las pocas escenas de violencia gratuita. No en vano esta cinta guarda muchos más aciertos que errores.

Lo asiático está de moda y el buen cine nunca deja de estarlo. Qué gran oportunidad.
Melón tajá en mano
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3
4 de abril de 2012
81 de 140 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro años después de estrenar su primer largometraje (‘Shotgun Stories’), Jeff Nichols regresa para embarcarnos en un viaje al centro de la esquizofrenia paranoide con ‘Take shelter’, película premiada por la crítica en la pasada edición del Festival de Cannes.

Protagonizada por un actor en alza como Michael Shannon, interpretando en esta ocasión a un humilde trabajador que vive en el campo junto a su mujer y su hija y que sufre terribles pesadillas en las que se ve atacado por elementos o personas que le rodean. Y sin embargo no es él quién brilla en la cinta (de hecho le vemos con ciertos problemas para abordar un perfil demasiado complejo o no muy bien escrito) sino una Jessica Chanstain que con menos escenas destila bastante más credibilidad que su pareja de ficción.

Merece la pena rescatar la escena en que el personaje se sincera con su mujer acerca de sus problemas. Los tiempos y diálogos están cuidados y se acierta plenamente en la elección del búnker como símbolo metafórico del aislamiento al que se ven sometidos quienes padecen problemas esquizofrénicos.

Lo peor de ‘Take shelter’ no es que se desinfle sino que jamás llegue a tomar el aire suficiente para formar algo definido. Pese a lograr con creces la atmósfera de la enfermedad y respirar holgadamente en ella durante los minutos siguientes al descubrimiento de la verdadera psique del protagonista, el file se hace aburrido y difícil de asimilar. El resultado no es tan sólido como se espera al principio.

Además de estar repleta de pésimos encuadres, la nueva película del director de Arkansas posee un ritmo cansino y un conflicto que esconde menos misterio de los que sugiere. Pasando por alto algunas pequeñas e insignificantes trampas narrativas del guion, la película derrocha energía en su tramo final, cuando ya es demasiado tarde para un espectador que toca fondo antes que el protagonista y que muy probablemente lleve un buen rato pensando en otros asuntos que le provoquen menos dolores de cabeza.
Melón tajá en mano
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2
4 de febrero de 2012
40 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la filmografía inicial de Icíar Bollaín pudimos encontrar películas acertadas y devastadoras como 'Flores de otro mundo' (1999) y la merecidamente reconocida 'Te doy mis ojos' (2003). En ellas podíamos encontrar a una directora capaz de arriesgar y defender grandes discursos sociales a través de pequeñas historias humanas.

Tras los premios llegó 'Mataharis' (2007), que supuso un giro errático en su forma de contar historias. Su discurso se hizo tan pretencioso como el tratamiento de unos personajes con demasiadas esquinas y conflicto abstracto. 'También la lluvia' (2010) causó indiferencia y aplausos a partes iguales. Las buenas intenciones de Bollaín son indiscutibles, sin embargo su evolución como cineasta genera más dudas. Con más y mejores medios ha conseguido resultados dispares en cuanto a intensidad.

'KATMANDÚ, UN ESPEJO EN EL CIELO' es el título del nuevo filme dirigido por la directora, guionista y actriz (no sería justo olvidarlo) madrileña.

La historia se centra en el personaje de Laia, una profesora catalana empeñada en importar sus métodos docentes y occidentales a una escuela del Nepal. Si algo hay que agradecerle a Bollaín son su valiente posicionamiento y su respeto hacia las diferencias culturales a través del rigor en cuanto a tradiciones, lenguas y paisajes. Sin embargo y pese a estar realizada muy correctamente, cabe la posibilidad de que este sea el largometraje más flojo y fallido de su filmografía.

Su férrea defensa de la educación como base para la libertad del individuo queda difuminada en una narración que tiene demasiados delirios de grandeza y descuida los aspectos más pequeños y significantes. Cada acto se hace más tedioso que el anterior e incluso al espectador menos exigente le rechinarán los dientes durante algún que otro diálogo. La trama romántica invita a salir corriendo de la sala.

Es harto complicado encontrar una explicación lógica a los continuos y desagradables fundidos a negro como principal recurso de transición, por no hablar de los flashbacks inconexos que no conducen a nada. El montaje carece de personalidad y es bastante torpe en líneas generales. Nada que reprochar al reparto no profesional y menos aún a Verónica Echegui, quien trata de defender con sus pocas armas un personaje irrisorio, desastroso y rematadamente mal escrito.

Hay algunos retazos, cuatro o cinco secuencias en las que el espejo nos devuelve un reflejo interesante. De la docencia se obtienen recompensas enormes en la vida real pero en esta ocasión la ficción logra un débil calado. A veces el carácter idealista y luchador de la insoportable profesora Laia parece vivir en 'Los mundos de Yupi'. Demasiado pasada de rosca.

Esta vez los conflictos humanos y sociales de la directora quedan ocultos tras las miserias de un guion que poco se corresponde con su fuerte personalidad. No cabe duda que Icíar Bollaín seguirá haciendo la guerra por su cuenta. No se lo debe a nadie más que a ella a misma.
Melón tajá en mano
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