Una amable comedia romántica con un punto exótico, que nos acerca a una realidad poco frecuentada en el cine: la de los "emigrantes" norteamericanos que son desplazados a los países subdesarrollados donde sus empresas deslocalizan el trabajo. En este caso el protagonista es un abogado neoyorquino que, debido a sus rasgos asiáticos, es enviado a Shanghai para hacerse cargo del nuevo centro de negocios de su compañía. Allí no pierde ocasión de comportarse como un perfecto idiota colonialista, que ni siquiera intenta integrarse en su nuevo entorno. Tras sufrir las consecuencias del choque cultural y recibir la llamada del amor, verá como se tambalean sus convicciones capitalistas y decide replantearse su forma de vida. Sin ser una película extraordinaria, resulta un curioso entretenimiento que se aleja de los caminos más trillados en este tipo de historias. Recomendable para pasar el rato sin demasiadas exigencias.

El hecho de que todo un pueblo se quede atrapado dentro de una cúpula debería ser intriga suficiente para despertar la curiosidad de cualquiera. Sin embargo, en el piloto son capaces de presentarnos a una galería de personajes en la que todos resultan anodinos y aburridos. No nos importan ni su pasado ni su presente y mucho menos su futuro.

Todo sabe a comida recalentada, a mil veces visto. Lo paranormal resulta burdo, tosco, obvio. La realización es plana, impersonal, telefilmesca. Los cebos con los que intentan atrapar nuestra atención se lanzan al espectador de forma tan grosera que resultan insultantes.

Me ha costado acabar de ver los 40 minutos del primer episodio y sé que no volveré a verla, no le daré otra oportunidad, porque tengo la certeza de que sólo puede ir a peor.

Aunque he visto las películas, no he leído ningún libro de Harry Potter. Sin embargo, la historia de su autora despierta mi curiosidad. Por eso me interesé por esta tvmovie. Lo que cuenta, el ascenso a la fama de JK Rowling, podría ser interesante. El problema es que esta película se limita a retratar los hechos en postales de diferentes momentos de su vida. Pero no profundiza en su personalidad, no hay subtexto en ninguno de esos fragmentos que vemos pasar por la pantalla. La narración es tan superficial que parece deslizarse sobre hielo y todos los personajes son planos como un post-it.

Es verdad que hay poco de cinematográfico en el proceso de escritura de una novela, pero deberían haber indagado más en las circunstancias de su autora.

No vale la pena. Ya te lo digo de entrada.

Si has llegado hasta esta crítica es porque el asunto de unos tipos atrapados en una sauna ha llamado tu atención. Crees que eso que quedarse encerrado en un espacio tan reducido puede tener su gracia. Has visto otras películas así. Unas te han gustado mucho y otras menos. Ésta no aporta nada. Hasta que quedan atrapados hay media hora de relleno. Se supone que deberían presentar a los personajes, para que cuando veamos que su vida está en peligro nos importe, pero aunque lo intentan no sucede. Todo es plano, aburrido, previsible. Paisajes, conversaciones vacías... La nada.

Luego quedan atrapados y dices "ahora empieza lo bueno", pero no. No hay ningún giro inesperado. Ningún hallazgo. Solo esfuerzos que sabes que no van a ninguna parte.

Mira, no voy a negar que el punto de partida del documental es curioso: gente real que decide vivir como si fuesen superheroes. Pero para que esa premisa mantenga su interés tiene que ocurrir algo, tiene que desarrollarse de alguna forma. Creo que a eso le llaman trama y esto no la tiene.

Si haces un documental sobre este tema (o sobre cualquier otro) no puedes limitarte a llenar 80 minutos con las declaraciones de gente que dice una y otra vez lo mismo. Además, lo único que vemos son "rondas" de vigilancia de los innumerables personajes que tratan de ganar protagonismo haciendo chorradas y diciendo frases pseudoprofundas mientras van con una camiseta de lycra y una careta.

Como lector de cómics me siento autorizado para decir que los tipos que salen son unos chorras sin dos dedos de frente que asimilaron mal sus lecturas y el que hizo el documental sólo se dedica a grabarlos haciendo y diciendo gilipolleces. Como son muy frikis se supone que va a ser gracioso, pero no: son ridículos y aburridos.

Pero vamos, que si no tienes pareja y a tu habitación le llamas bat-cueva a lo mejor te sientes profundamente identificado con esta tropa.