Con "JCVD" parecía que el actor belga tendría, nuevamente, opciones de resucitar su carrera y volver por todo lo alto al cine más comercial por el que todos le conocimos en los años 80 y 90. Desgraciadamente, eso nunca sucedió.

Durante años, Van Damme se ha visto sumido en producciones de Serie B absolutamente lamentables, con cintas directas al vídeo, de pésima ejecución y sin apenas pretensiones. Es en Europa donde el belga puede encontrar alternativas. Y es aquí cuando aparece "Lukas".

Con un tono crudo y frío, nos encontramos ante un thriller sólido y que sorprende. Tiene buenos arranques de violencia, algunas escenas de acción y tensión bastante logradas, además de un Van Damme comedido en sus gestos, pero que muestra muy bien los matices de su huraño personaje. Lukas es un tipo distante, al que la vida le ha dado palos, y que sólo tiene como motivación sacar adelante a su hija, cueste lo que cueste.

La corta duración ayuda, y es que pese al tono frío, la película no se hace pesada. Las relaciones de los personajes están bien llevadas, y todos muestran lo poco fiables que pueden llegar a resultar. El final sorprende.

En resumidas cuentas, Van Damme debería dejarse ver más por Europa, donde siempre puede encontrar hueco en producciones mucho más competentes que las tan lamentables que lleva realizando en EEUU desde hace casi veinte años, donde no cuentan con él salvo para algún cameo o personaje de poco peso.

La llegada del digital al cine tiene su lado trágico. Entre los 80s y primeros 90s, los videoclubs gozaban de un importante catálogo de cintas desconocidas, tanto de serie B o Z, orientales, italianadas de explotación, etcétera. De ese catálogo, un porcentaje importantísimo eran producciones de acción baratejas, pero en muchos casos entretenidísimas. Mientras que en las taquillas eran Van Damme y Seagal quienes triunfaban gracias a las artes marciales, había otros como Mark Dacascos que intentaban trocear parte del pastel. Nunca sucedió. Y es verdaderamente injusto.

A finales de los 90 llega el formato DVD, los videoclubs se tornan en franquicias o cambian el modelo de negocio (háganme caso y vean "Rebobine, por favor"), y las producciones de acción barata abandonan los efectos prácticos en favor de explosiones realizadas mediante un CGI lamentable. Es el fin de gente como Dacascos. Incluso en la pantalla grande, ya por aquel año 97, las carreras de Van Damme y Seagal empezaban a perderse por el retrete.

Sirva todo esto como contexto a esta crítica. Mark Dacascos mereció mejor suerte y esta película es muestra de ello. Antes de que el nuevo cine de acción más comercial de EEUU bebiera directamente de las películas orientales a la hora de mostrar peleas de artes marciales, este señor sacaba directo a vídeo proyectos como este, muy entretenidos, cargados de acción, buenas peleas y algo de cachondeo entre los protagonistas. Incluso, como curiosidad, podemos ver a la tristemente fallecida Brittany Murphy en un papel pasadísimo de rosca.

No entiendo por qué Dacascos tuvo peor suerte que Steven Seagal, incluso que Van Damme, aunque me guste más que el de la coleta, que no hay por dónde cogerlo. Las habilidades marciales del hawaiiano son muy superiores a los de los otros dos, y actuando es, como mínimo, superior a Seagal. En esta película vemos unas peleas que sólo se empezaron a ver en pantalla grande cuando Joel Silver empezó a producir para (por aquel entonces) los Wachowski y para Jet Li.

Que sí, que la película no deja de ser un refrito de buddy movie, mezclada con cositas de "Soldado Universal", con algunas de esas explosiones mediante ordenador, y tal... Pero no desentonaba nada de nada respecto a mucho cine de acción que se veía por aquel entonces.

Yo me lo pasé muy bien viéndola. La recomiendo y reivindico a Mark Dacascos.

Con un reparto de cómicos bastante potente en su momento (no parece casualidad que el título en inglés sea "The Dream Team"), además de algunos secundarios fácilmente reconocibles como Lorraine Bracco o James Remar, nos encontramos ante una película bastante divertida y simpática, con personajes llamativos y graciosos, así como una sucesión de situaciones interesantes dentro de una trama que a lo tonto termina teniendo su encanto, pese a que esté vista en más de una vez.

Quizás la peor parte de la película resida en su primer cuarto de hora, con la presentación de los personajes y la puesta sobre la mesa de la idea inicial. Parece una mala señal, pero a partir de determinado suceso la película va subiendo su nivel hasta toparnos con momentos con los que es fácil reírse mucho, dados los disparatados vicios que tiene la tropa de lunáticos que encabeza la película. La comedia no impide que, en algunos momentos, determinadas circustancias algo más dramáticas nos permitan conocer mejor a sus personajes. Esto se ve especialmente en un par de escenas con Lloyd y Boyle, en una especie de reencuentro con su pasado anterior a la enfermedad mental.

Hay que decir que el tema central, relacionado con lo que son las enfermedades mentales, está tratado a mi juicio con bastante respeto, no dejando a los personajes principales como gente insoportable o que genere rechazo de algún tipo entre los espectadores que vean esta película.

La cinta cumple con su cometido, que es entretener. No pasará a la Historia como una de las grandes comedias del cine, pero sí es un claro ejemplo de esa simpática comedia ochentera que siempre consigue hacerte desconectar del momento y disfrutar. Por todo esto, la recomiendo.

Bebiendo directamente del estilo "die hard scenario", Batista nos ofrece una bastante entretenida cinta de acción.

No es cuestión de pedirle peras al olmo. Tiene cantidad de clichés, Pierce Brosnan sale poco, los villanos y sus motivaciones son de opereta, pero, pese a todo, se te pasa en un plis plas.

Las escenas de acción no son de lo mejor que hoy día puedas encontrarte, pero al menos la cinta tiene un tono añejo de los que se echan de menos dentro de este género cinematográfico. Es como mezclar "Jungla de cristal" con "Muerte súbita".

Como punto negativo, hablaría del aspecto excesivamente digital que muestra la imagen.

Para pasar el rato.

PD: No es soccer, es fútbol.

Empecé esta película con cierto recelo. Se trata de la segunda colaboración entre Schwarzenegger e Ivan Reitman tras "Los gemelos golpean dos veces" (psché...), con Arnold empeñado en ser algo más que un actor de cine de acción. Y ciertamente, pese a las limitaciones que él mismo sabe que tiene, cumple perfectamente dentro de una película que, lejos de ser una cosa infantiloide, tiene una interesante mezcla de géneros.

Evidentemente lo que prima es la comedia, pero la cinta no escatima en momentos de tensión bien resuelta, que van desde el policíaco convencional a un toque de acción algo ligero, pero efectivo. No se esconde a la hora de mostrar algo de violencia y, por tanto, esto hace que incluso los adultos vean con interés el avance de la película, pese a que argumentalmente no tenga nada especialmente llamativo y el punto clave de la historia se huela a kilómetros. En estos tiempos actuales de mojigatería se echa en falta que las películas, pese a contar con niños y con un potencial público de escasa edad, muestren sin complejos situaciones más o menos duras. El PG13 de 1990 no tiene nada que ver con el de la actualidad, desde luego.

Más allá de lo comentado anteriormente, la película te mantiene con una sonrisa durante gran parte del metraje. Los niños no son repelentes, Arnold está bastante gracioso junto a ellos y algunos secundarios, como su compañera policía, son bastante buenos también. No es una película que decaiga o se haga pesada en algún momento. La banda sonora también me resulta simpática.