Me encanta Woody Allen, éso para empezar. Me parece un tío super inteligente con una facilidad y habilidad para conocer el interior de las mujeres asombrosa. Esta película no me ha defraudado. Me ha dejado un sabor agridulce y me ha hecho pensar en lo justa que es la vida al final.
Scarlet Johansson me gustó desde que la ví en El hombre que susurra a los caballos y desde entonces procuro ver todo lo que hace. Está genial, increible la transformación que va sufriendo su Nola, aquí vuelve a demostrar que es mucho más que una cara bonita. Por otro lado tenemos a Jonathan Rhys Meyers, al que ya ví en Quiero ser como Beckam. No es un actor que me vuelva loca, es cierto que no es el tipo de hombre que más concuerde con el carácter de su personaje, me parece frágil y ambiguo, pero gana puntos a medida que la película se acerca a su parte final. Increible lo mezquino que llega a ser, nos tiene a todos completamente engañados y elige el camino más fácil, resultando un completo cobarde.
Emily Mortimer, actriz británica a la que no se tiene muy en cuenta a la hora de valorar la película, lo hace realmente bien, habrá que seguirle la pista. Mathew Goode, si no recuerdo mal, es el chico que protagoniza Al sur de Granada. Me ha gustado mucho su actuación, su personaje es patéticamente pijo pero simpático y divertido.
La banda sonora es lo que me ha cansado algo, ya que no soy muy amante de este tipo de música, pero es bastante original.
En resumen, una más que interesante película que puede fácilmente gustar también a los que no sean amantes del cine del director norteamericano.

Es domingo y está lloviendo a mares en Cádiz. Es la tarde perfecta para darle una oportunidad a uno de los exitazos de finales de los 90 que todavía no me había sentado a ver y es, ni más ni menos, que "Matrix". Impresionante la cantidad de comentarios dejados aquí, pocos van a pararse a leer el mío. Sólo decir que, a pesar de no ser este género mi favorito, reconozco que la película me entretuvo y me dejó con ganas de darle una oportunidad a sus dos secuelas. Entiendo el impacto que causaría en su momento estrenándose en los cines de medio mundo con esa temática, esos efectos especiales y, sobre todo, esas escenas de lucha para las que los actores estuvieron meses ensayando y aprendiendo. Tiene Matrix una buena banda sonora bien reconocible y muy tecnológica y un conjunto de actores que no lo hicieron nada mal. Me quedo con el siempre interesante Laurence Fishburne, el sorprendente Hugo Weaving y el infravalorado actor secundario Joe Pantoliano. El guapo Keanu Reeves da lo que de él se pide, ya no se imaginaría a otro actor en el pellejo de Neo, ¿verdad?, y la canadiense y guapa Carrie-Ann Moss está correcta como Trinity. Por cierto, los hermanos Wachowski se han convertido en hermanas, siendo Andy conocido ahora como Lily y Larry como Lana. Ambos firmarían un contrato a la hora de filmar "Matrix" en el cual se negaban a comparecer en rudas de prensa ni en estrenos de la pelícuja queriendo que fuera ésta la que se vendiera por sí misma. Creo que así fue, "Matrix" creó moda por sí misma.

Decpecionante segunda entrega de la trilogía de Matrix que me ha parecido icnrebilenete aburrida, larga de necesidad y muy superficial. Como muy bien dice un querido amigo mío, esta segunda parte ha perdido toda la frescura de l primera, la cual me pareció hasta itneresante, pero aquí no se salva casi nada.

He sentido hartazgo a la hora de presenciar tantas luchas entre tantos clones del personaje de Hugo Weaving. El actor tiene buena presencia en pantalla pero lo de sus clones ya se hace abusivo, al igual que la interminable secuencia de la persecución en la autopista y de esos dos gemelos villanos que nunca desaparecen de la acción y que acaban hastiando.

El personaje de Monica Bellucci es ridículo, sólo como opción para que la italiana vuelva a protagonizar por no sé cuántas veces ya el papel de femme fatale. Las Wachowski, directoras de la película, decidieron contratarla después de ver a la actriz italiana en la película "Malena" y , sí, Monica esta bellísima pero es absurda su participación.

El actor francés, Lambert Wilson, y su pequeño papel quizás sean de lo mejorcito. Laurence Fishburne y su Morfeo pierden presencia en pantalla, pierden potencia, mientras que Keanu Reeves con su Neo y la canadiense Carrie-Ann Moss como Trinity tienne nula química y su relación parece más la de dos quinceañeros que la de dos treinteañeros, muy ridícula.

Aparece por allí también la mujer de Will Smith, una Jada Pinkett Smith, muy mona pero con pocas posibilidades de lucirse en pantalla.
En fin, pasable por algunas secuencias de acción pero poco más.
Un saludo,
Tess
"La Elección es una ilusión creada entre aquellos con poder y aquellos sin poder".

Richard Donner, el director de la más que entretenida e interesante saga de "Arma Letal", nos traería en el año 1994 este western atípico, diferente por completo a lo que estamos acostumbrados a ver en este género, uno de los menos interesantes para mí, todo sea dicho. Aquí, Donner se volvería a reunir con el que se convertiría en gran amigo tras trabajar juntos en la mencionada saga, un Mel Gibson increíblemente guapo y sexy, al que da gusto ver interpretar a este Maverick que da título a la película y que se ríe en la cara de todos esos típicos del vaquero americano con esta comedia gamberra ambientada en el salvaje oeste. Gibson, una vez más tengo que decirlo, está divino de la muerte, un granuja que comparte protagonismo con una bellísima y divertida Jodie Foster quién se convertiría en gran amiga del actor tras esta experiencia juntos. Ambos son grandes amantes del póquer y en esta película hay mucho póquer y muchos tiros y mala leche. Hay una gran química entre los dos desde el minuto uno. Junto a ellos, un correcto Alfred Molina como villano de la película, un divertido Graham Greene y un interesantísimo veterano como James Garner, protagonista de la serie "Maverick" en la que está inspirada esta película. Garner tenía aquí mucho atractivo aún y es un placer compartir escena ocn otro veterano como era James Coburn. Una película muy entretenida y muy bien rodad, con una nominación a los oscars al mejor vestuario y con momentos muy divertidos que sirve como entretenimiento para una tarde de domingo, recomendable.
"¿Cuál es el mayor estremecimiento del Oeste? Matar Indios. ¿Matar Indios? ¿Es legal? Oh, los blancos lo llevan haciendo desde hace años".

Encantadora, maravillosa comedia romántica británica la que nos trae aquí el director Ben Elton, que trata la obsesión de una pareja por tener hijos. El propio director y su pareja tendrían a sus hijos por fecundación artificial, uno de los temas tratados en esta película, por lo que Elton parece entender a la perfección la frustración que sienten los protagonistas cuando ven que no se quedan embarazados aun estando todo aparentemente bien en sus cuerpos y ser perfectamente compatibles. La pareja protagonista no es otra que el atractivo Hugh Laurie y la adorbale Joley Richardson, hija de la enorme actriz Vanessa Redgrave. Laurie, mucho antes de su famoso papel en la muy seguida serie "Doctor House", está especialmente interesante mostrando su lado más sentimental y con un físico poderoso. El británico llegaría a sustituir varios días a su director cuando éste acudió junto a su mujer a la hora de dar a luz a sus pequeños. Joely Richardson para mí es toda una belleza de actriz totalmente desaprovechada a pesar de haber bebido desde pequeña la vida teatral de sus progenitores. Ambos hacen muy buena pareja y tienen una gran química aquí por lo que la película sale ganando bastante con ello. Como secundarios, brevemente vemos al cómico Rowan Atkinson y a la veterana Emma Thompson, cuyo trabajo en la película sólo duró un día, y al atractivo James Purefoy. Película ideal para los amantes del cine británico, muy bonita y muy bien interpretada por su pareja protagonista.