La película entretiene. De animación y eso no está mal aunque no es ningún prodigio, y el guión es simplón pero no está terriblemente mal llevado. Eso si, si conoces un poco bien el trasfondo del universo, y especialmente el de los Ultramarines, encontrarás una inmensa cantidad de errores que se suceden, haciendo que la sensación al final sea más amarga que dulce. Puede valer como entretenimiento palomitero una tarde en que no hay otra cosa que hacer, pero no como nada más que eso.

Deadwood es una serie genial, que va ganando en interés e intensidad a medida que avanzan los capítulos y la historia se va desarrollando. Aunque tiene algunas incorrecciones con los eventos históricos de Deadwood, la verdad es que está genial de principio a final.

Aunque lo de final es relativo, y ahí está la gran pega, porque la historia no acaba al final de la tercera temporada. Por el contrario, iba a haber una cuarta o dos peliculas, pero que probablemente no vean la luz jamás. Con lo cual nos quedamos sin el final de la historia.

Siempre he creído que la ciencia-ficción nos habla de nosotros mismos, de nuestras dudas y problemas, nuestras sociedades actuales y las que estamos creando para el futuro. Y, con Sense8, los Wachowsky y Straczinsky hacen precisamente eso: tomar un drama humano, meterle el giro de la ciencia-ficción y hacer que nos replanteemos y cuestionemos nuestro mundo y la vida que en él desarrollamos. Y todo de la mano de una enorme variedad de localizaciones, historias y actores que se entrelazan entre sus historias humanas, la bella fotografía y la gran trama que lentamente se va desvelando por detrás. Pero avisados quedáis, igual que ocurrió con Babylon 5, la primera temporada de Sense8 es básicamente la presentación: la trama principal ocupa un segundo lugar, presente e incluso importante en momentos, frente al planteamiento de sus personajes, sus historias, formas de ver el mundo y demás. Todo ello para que, cuando probablemente lleguen la segunda y siguientes temporadas, todos esos elementos puedan ser puestos en juego, evolucionados y cambiados con las nuevas tensiones que surjan.

Pero, a mayores de ser una excelente historia de ciencia-ficción dura (no preocupada en naves espaciales y cañones láser sino en realmente imaginar cómo podría ser el mundo tras una premisa de ficción, en este caso la posibilidad de conectar mentalmente a algunas personas), Sense8 es una narración lenta sobre el drama personal de ocho personas. Y con estos dramas construye una narración con varios elementos sociológicos de gran interés.

Para la parte más sociológica de la crítica: http://tribulaciones.es/critica-de-serie-sense8/

Cyberpunk: Edgerunners sin duda vale la pena. Contiene una extraña fusión entre las exageraciones locas del cyberpunk del juego de rol y videojuego del que sale, mezclada con las exageraciones típicas del anime de acción. Pero, debajo de eso, hay una historia bastante humana sobre los ciclos de violencia, lo inútil que es todo en un mundo cyberpunk y el precio de ir demasiado lejos. Si bien ninguno de sus personajes es realmente memorable, todos están bien diseñados y cumplen sus papeles muy adecuadamente en la trama de modo que, aunque son ciertamente cliches, si acaban conectando entre si, con la historia y con el espectador. Eso si, a mi personalmente me frustran algunas inconsistencias que tiene en el worldbuilding interno de la serie, con cosas como que ciertos personajes (MAX Tac por ejemplo) cambia por completo la efectividad de sus disparos y sus armas dependiendo de a quien le dispare, de tal manera que los protagonistas gozan de una plot armor estética demasiado desarrollada. A mayores, la animación en sí me ha parecido floja, junto con la calidad de los dibujos. No la compararé con Arcane porque esa está en otra liga, pero si coges animes clásicos del género como Akira o GitS: Stand Alone Complex, etc. lo cierto es que todas esas tienen mejor animación, unos dibujos más claros, mejor expresividad de los personajes, etc. A cambio, lo que si que hace fenomenalmente a nivel estético es recrear el look y el feeling de Night City: ropas, edificios, armas, vehículos, personas...

Por todo ello, aunque sin duda está lejos de ser una serie perfecta, Cyberpunk: Edgerunners vale mucho la pena.

Avatar 2: el Sentido del Agua es una película preciosa y espectacular, eso es innegable. Y vale la pena verla en el cine con todo por el mero espectáculo visual que supone. Pero ahí se acaba lo bueno, junto con una banda sonora bastante chula. El resto es un refrito de las ideas de la primera película, una larga parte de exposición que aporta poco y un montón de tramas que parecen ya vistas. Ah, y el poder de la familia, que esto parece Fast & Furious o algo así. El guión tiene huecos por muchos lados, el discurso pro-ecologismo y naturaleza frente a la tecnología y la explotación es el mismo que el de la primera pero ahora en el agua y todo sirve meramente como una especie de preparación para la tercera parte (que yo, al menos, probablemente no vaya a ver). Si añadimos que los 3D son espectaculares pero ya vistos en la primera parte y el resto de avances tampoco son rompedores, queda una película entretenida y rápidamente olvidable.