Críticas de yoparam
20 de noviembre de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué voy a decir? Que disfruto viendo Madrid de 1958. Esa panorámica con que empieza la película mientras suena la canción. Y luego toda la música son variaciones de ella.
Una trama mínima, para una buena causa. Y que se resuelve en 80’. Además, me gusta ver a Antonio Casal (tan bueno en películas anteriores), a secundarios de primera como Gómez Bur o Vicky Lagos. Además, Tony, Arturo, Lado, Cancio y hasta Tip y Top.
El Hipódromo, Moncloa, el Palacio de Oriente, la Gran Vía, ¡la Cibeles! Digan lo que digan estaba todo muy bien en 1958. Bien cuidado.
La moda femenina, esos trajes entallados y con falda de vuelo...
Es como un viaje en el tiempo.
Una trama mínima, para una buena causa. Y que se resuelve en 80’. Además, me gusta ver a Antonio Casal (tan bueno en películas anteriores), a secundarios de primera como Gómez Bur o Vicky Lagos. Además, Tony, Arturo, Lado, Cancio y hasta Tip y Top.
El Hipódromo, Moncloa, el Palacio de Oriente, la Gran Vía, ¡la Cibeles! Digan lo que digan estaba todo muy bien en 1958. Bien cuidado.
La moda femenina, esos trajes entallados y con falda de vuelo...
Es como un viaje en el tiempo.
20 de octubre de 2018
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medias entre falso documental y película de ficción, se sitúa en ese mainstream de hoy, de hablar de la mujer de la forma que sea. Los feminismos varios, unos razonables y otros bastante estúpidos.
Son tres historias de amor estudiadas supuestamente a través de escanear el cerebro y tener en cuento todo eso de la dopamina, oxitocina, endomorfina y demás palabras mágicas de estos tiempos.
Pero todo resulta muy convencional, muy estereotipado, sin profundidad alguna y sin apenas gracia.
Los actores y actrices parecen marionetas más que personas.
Son tres historias de amor estudiadas supuestamente a través de escanear el cerebro y tener en cuento todo eso de la dopamina, oxitocina, endomorfina y demás palabras mágicas de estos tiempos.
Pero todo resulta muy convencional, muy estereotipado, sin profundidad alguna y sin apenas gracia.
Los actores y actrices parecen marionetas más que personas.
22 de julio de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesa porque de un director como Buñuel es bueno conocer toda la obra.
No tiene mucho que ver con la novela de Galdós, pero eso es lo de menos. Lo de más es que le falta brío dramático, avanza muy lentamente y como a empujones.
Los diálogos son a veces algo surrealistas, y no pegan mucho con el resto de la película.
Buenas las interpretaciones, sobre todo la de Lola Gaos. Fernando Rey cumple como siempre, con profesionalidad pero nada más.
Intuyo que las altísimas notas que aquí han dado a la película se debe mucho al mito Buñuel, pero Buñuel, como tantos otros directores, ha hecho obras maestras, obras muy malas y otras pasables, como esta.
No tiene mucho que ver con la novela de Galdós, pero eso es lo de menos. Lo de más es que le falta brío dramático, avanza muy lentamente y como a empujones.
Los diálogos son a veces algo surrealistas, y no pegan mucho con el resto de la película.
Buenas las interpretaciones, sobre todo la de Lola Gaos. Fernando Rey cumple como siempre, con profesionalidad pero nada más.
Intuyo que las altísimas notas que aquí han dado a la película se debe mucho al mito Buñuel, pero Buñuel, como tantos otros directores, ha hecho obras maestras, obras muy malas y otras pasables, como esta.
25 de septiembre de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A todo se llama hoy película de terror. Esta no lo es en modo alguno. Quisiera ser una película sobre la existencia del Demonio, pero el relato en el que se apoya en muy superficial. Si el Demonio es una criatura de Dios, algo de verdaderamente sobrenatural debería haberse mostrado.
Pero, dejando eso a un lado, el guión es muy sólido, Dana Andrews siempre fue un gran actor, la música es muy buena, el blanco y negro se presta mucho a esas luces entre sombras, herencia máxima del expresionismo.
Sobre todo, se nota que los años cincuenta eran todavía los de una buena racha de cine honesto, sin trucos, directo, al grano.
Por eso, lo peor de la película es la aparición, dos veces, de una figura del Demonio que hoy hace reír (y me imagino que también entonces).
Es sabido que fue una insistencia del productor (como tantas veces) y que Tourneur no las quería.
Claro que existe el Demonio, pero es invisible, porque es espíritu y un gran misterio, el del mal.
De esto último en la película no hay ni rastro.
Pero, dejando eso a un lado, el guión es muy sólido, Dana Andrews siempre fue un gran actor, la música es muy buena, el blanco y negro se presta mucho a esas luces entre sombras, herencia máxima del expresionismo.
Sobre todo, se nota que los años cincuenta eran todavía los de una buena racha de cine honesto, sin trucos, directo, al grano.
Por eso, lo peor de la película es la aparición, dos veces, de una figura del Demonio que hoy hace reír (y me imagino que también entonces).
Es sabido que fue una insistencia del productor (como tantas veces) y que Tourneur no las quería.
Claro que existe el Demonio, pero es invisible, porque es espíritu y un gran misterio, el del mal.
De esto último en la película no hay ni rastro.
30 de octubre de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque ambientada en el siglo XIV, la trama es absurda en cualquier época, pero más en la Edad Media. Más que absurda, inverosímil.
Los actores tienen que representar papeles poco creíbles, pero a pesar de eso lo hacen bien.
La idea de que unos actores representan lo que ocurrió en la realidad está ya en el Hamlet de Shakespeare, pero ¡qué diferencia! Aquí los diálogos nunca dan con ideas profundas sino con caricaturas, sobre todo en el desenlace de la trama.
Buena la ambientación y el vestuario.
Malo el pretendido suspense, que se ve venir desde la mitad de la película.
Los actores tienen que representar papeles poco creíbles, pero a pesar de eso lo hacen bien.
La idea de que unos actores representan lo que ocurrió en la realidad está ya en el Hamlet de Shakespeare, pero ¡qué diferencia! Aquí los diálogos nunca dan con ideas profundas sino con caricaturas, sobre todo en el desenlace de la trama.
Buena la ambientación y el vestuario.
Malo el pretendido suspense, que se ve venir desde la mitad de la película.
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