Típico telefim de fin de semana. La historia no aporta nada nuevo a un género estandarizado, con unos giros en el guión previsibles, que sin embargo intentan sorprender a un espectador que parece adivinar en cada momento lo que va a suceder.

Pocas sorpresas para la típica historia de infidelidad donde las apariencias engañan a casi todos, menos al espectador que sea asiduo seguidor a este tipo de telefilms.

La antigua y primera película que se hizo sobre el Juez Dredd me hace recordar, por su ambientación, a las calles de la futurísta ciudad de "Blade Runner" o el "Quinto Elemento", donde los coches volaban a través de las calles oscurecidas por multitud de rascacielos con rótulos gigantescos de publicidad.
En ese ambiente, y con una inmensa ciudad sumida en el caos mas absoluto, Megacity se ve obligada a crear un cuerpo especial de funcionarios futuristas, los cuales son jueces y verdugos de la vida de infinidad de delincuentes e inocentes, sin posibilidad de tener un juicio justo en un tribunal, si no que a pie de calle vemos como millares de jueces, entre los que se encuentra el Juez Dredd, imparte justicia, para hacer de Megacity una ciudad mas segura.

Sin embargo, el debut del Juez Dredd en la gran pantalla se ve empañado por la interpretación de Sylvester Stallone, que tras los éxitos cosechados en los ochenta en sagas como: "Rocky" o "Rambo", creyó su director Danny Cannon, que sería la mejor elección para encarnar a este rudo juez.
Aptitudes de tipo duro no le faltan al señor Stallone, pero su gestos faciales y ese grito justiciero de: ¡Yo soy la ley!, desluce mucho la interpretación de este icono del comic.

Si nos fijamos en el juez Dredd del siglo XXI, interpretado por Karl Urban, vemos que éste conserva la esencia del tipo rudo que destila el honorable Dredd pero sin caer en gritos justicieros, ni en muecas de dudosa credibilidad.
Tal vez lo que falle de esta película sea la poca credibilidad que genera el papel de Stallone encarnando a éste personaje del comic. Por lo demás, he de decir que la ambientación futurista está muy lograda para ser una película de mediados de los años 90. La banda sonora es efectiva, al compaginarla con las escenas de acción y la historia es entretenida.

Si echas de menos la ambientación futurista de "Blade Runner" o "El Quinto Elemento", esta película puede ser una buena opción para sumergirse en su universo de caos y destrucción. Si por el contrario quieres ver acción sin límites y a un Juez Dredd mucho mas centrado en su trabajo, dejando de lado hacerse valer cada dos por tres al grito de: yo soy la ley, entonces tu elección sería ver Dredd del año 2012.

¿Quién no ha sentido alguna vez cierto repelús por las muñecas?. No me refiero a las Barbies, sino a esas muñecas de porcelana, de cara pálida y grandes ojos, cuya mirada vacía, sin parpadeo, parece traspasar el alma del que mira. Pues si alguna vez has sentido algo parecido a eso, quizás fijes la atención en esta película surcoreana. Y es que desde siempre, muchos directores de cine de terror, se han sentido impulsados a rodar historias de este tipo. Muñecas de porcelana o muñecos de ventriloquia son los elegidos para este tipo de historias truculentas.

"The Doll Master" es una historia de terror de ese estilo, pero con un toque diferente al que nos tienen acostumbrados en Hollywood, alejado de muñecos diabólicos al estilo de Chucky, para mostrarnos un terror mas psicológico. Sin embargo, la trama flojea, a causa de la gran cantidad de historias que rodean a todos los personajes que conviven en la casa de muñecas, haciendo que su trama argumental sea confusa, para precipitarse hacia un final forzado, que deja al espectador con una sensación de poder haber visto una película mejor.

Mareante historia de una joven que se despierta una mañana en la habitación de un extraño.
La cinta es una sucesión de escenas repetidas hasta la saciedad, con distintos y poco originales finales para una chica, que con cada despertar parece conocer mejor al extraño que duerme a su lado.
El guión es tan enrevesado, que crea una falsa sensación de intriga en el espectador. La realidad es que la historia no hay por donde cogerla y lo peor de todo viene al final de la cinta, regalándonos unos minutos de auténtico disparate argumental, que sorprenderá a propios y a extraños.

Flipy, nuestro querido y entrañable personaje, que arrasara en las parrillas de televisión, en el programa del Hormiguero, interpretando a un científico loco, un poco gangoso y sin pizca de gracia. Pero, ¿quién es Flipy realmente?. Pues Flipy es una copia barata del profesor chiflado, con mucha menos gracia que Jerry Lewis y mas peligro que una piraña en una bañera.
Gracias al éxito generado, los creadores de este engendro cinematográfico pensaron que seria una buena idea explotar este personaje en forma de película. Si ya de por sí era mala la actuación de Flipy anunciando el kinder bueno, no se pueden hacer una idea de como es esta película. Aún están a tiempo de leer esto y curarse en salud. Yo ya no lo puedo evitar.