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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Críticas de Neathara
Críticas 1.158
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
5 de noviembre de 2011
32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras uno de los prólogos más vacuos y bonitos que puedan recordarse y que sólo sirve para que Lars recuerde a sus detractores que no es pobre y tiene un trípode, 'Melancolía' empieza por una boda donde la novia, Justine, es una mujer distinta a los otros, ella está terriblemente triste, apenas muestra el deseo de ser feliz, ni apenas de fingir serlo, como (parece) que lo hacen los demás.

En 'Melancolía' se niega la felicidad, o no existe o se disimula. Cuando el castigo es un planeta que se acerca a toda velocidad para destruir la tierra y también todo ese entramado tétrico y absurdo que construye la gente para autoengañarse, la novia no deja de estar triste pero ahora ya no es distinta, la única diferencia es que todos creen que puede suceder algo horrible y ella lo ha sabido desde siempre. 'Melancolía' es esa novia con presciencia que en cuestión de unos días pasa de satélite solitario a planeta que viene para devorarlo todo.

'Melancolía' es una historia sobre el apocalipsis que se vive sin heroísmos ni grandes soluciones, es el apocalipsis que se aproxima silencioso, un apocalipsis que asusta pero que a la vez invita a ser contemplado, esperado...deseado. Es lo correcto que sucede en un mundo terriblemente incorrecto. Hay orden y hay verdadera energía en esta posible destrucción y si esto, además de ser admirable, hubiera sido todo lo intenso y profundo que pretende ser, Von Trier hubiese facturado una película grande como un planeta que impacta, no como un satélite que sobrevuela.
Neathara
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6
4 de noviembre de 2011
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que más allá de su valor intrínseco colisionan en el subconsciente colectivo con tan explosivo impacto que a día de hoy, ya es imposible hablar de ellas disociándolas del mito popular. Quien sabe si en lo alto de este imaginario podio que muchas obras maestras no pueden ni podrán alcanzar nunca, estaría Grease con su medalla de oro en la categoría de películas de nuestras vidas. Esto es así. Juzgarla como obra cinematográfica es posible, pero sería como juzgar a nuestro padre como padre y a nuestra pareja como pareja.

La ves cuando la pasan por la tele, tienes el dvd quemado en el bailecito final y te sabes los estribillos mejor que las tablas de multiplicar. Te da un poco igual que en el fondo no sea más que una simplona y efectista peliculilla juvenil con una fabulosa banda sonora, esas consideraciones ya no vienen a cuento a estas alturas, si te gusta ahí estará, con su peculiar encanto, por los siglos de los siglos y si no te gusta, pues, que cada uno elija su mito.

Yo me quedo con ésta y con su gran fiesta final de fin de curso, que me hace sentir a mí con ganas de vacaciones y de verano, aunque sea casi invierno y ya no estoy en el instituto.
Neathara
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7
27 de octubre de 2011
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Stoic' es noticia desde ya por estar Uwe Boll detrás de este jodepalomitas que no sé si demuestra que estamos ante un gran director en ciernes, pero lo que sí nos deja claro es el inquietante talento del übergenio teutón para remover estómagos, que no conciencias.

Basada en el crimen de Siegburg, noticia de cierto impacto en Alemania que instigó a reformar el sistema de prisiones de la región, la película se ajusta con alegre detallismo a los hechos que trascendieron, obligando como comenta un compañero de por aquí, a taparse los ojos más de una vez y sin rendijitas que valgan.

La película no hace que nos cuestionemos nada, su propósito es mucho más sádico, se trata de encerrarnos durante 87 sufridísimos minutos para vivir la experiencia en primera persona y lo consigue ¡vaya si lo consigue! y juraría que sí, Uwe ESTÁ DISFRUTANDO. Más que el espectador, en todo caso, que ya por la mitad de la película estará arrepintiéndose de haber cenado.

El truco, no lo sé, Uwe no hace nada especial, el formato parece telefilmero, no hay ningún plano relevante y los actores en general están irregulares...aunque Edward Furlong gordaco y con mirada psicótica da bastante respeto. Algo tiene porque al final de la película, no sabes si ponerle un uno por haberte hecho pasar un verdadero mal rato o un ocho por la misma razón.

Quien no se crea que los funcionarios estén de picos pardos mientras sucede algo como lo que se narra aquí o que ciertos detalles son inverosímiles, sugiero que busquen en internet las noticias referentes a los hechos en Siegburg y flipen.
Neathara
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7
26 de octubre de 2011
35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película contiene una de las más terroríficas escenas de suceso anticipado que he visto en mi vida. Sabes que el hijo del protagonista se muere, pues la película va de eso, pero el Moretti director hace como que el Moretti actor no lo sabe. Aplicando el principio hitchcockiano de la bomba debajo de la mesa, el inicio de la película se aproxima inexorablemente a esa muerte esperada con la determinación de una guillotina. Apenas unos segundos antes, quisieras entrar en la pantalla, avisar al chaval de que no se vaya a bucear ese día, que no vaya a hacerlo nunca, que no haya una llamada telefónica que lo cambie todo, que la niña siga jugando su partido y ganen, o no lo hagan y que luego regrese a casa y su hermano se meta con ella y que pidan una pizza y luego es inevitable, pero piensas, tengo que volver a casa a comprobar que todos los recalcitrantes y queridísimos miembros de mi familia estén donde los dejé por la mañana, a salvo.

Con este anticipado comienzo, unos veinte minutos, te has convertido en los padres del chaval que ha muerto y a partir de aquí, todo se juega desde esta posición. De este modo puedes comprender e integrarte momentáneamente en el largo proceso de luto de esta familia que, como cualquier otra familia, no conoce respuestas, no cómo proporcionarse consuelo y muestra que el dolor es un demonio humano y por tanto un demonio contra el que hay que batirse en solitario.

No es una manual de autoayuda, no es para recomendársela a quienes hayan pasado por un suceso similar, no es un placebo ni un seminario en forma de película. Trata sobre unos temas determinados de manera introspectiva y renuncia a ofrecer conclusiones, ni positivas ni negativas. Creo que es real, se percibe real y puede que por eso resulte tan demoledora, no tengo hijos pero la veo y no dejo de imaginarme qué haría y qué diría y cómo se comportaría la gente a mi alrededor y pienso que no sería distinto a lo que se muestra en esta película.
Neathara
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6
24 de octubre de 2011
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Crazy, stupid, love" es una película que habla de las maripositas.

Con esto no me refiero a que estemos ante uno de esos documentales de bichos de la BBC, lo cual tampoco estaría mal, sino que que habla de esas maripositas invisibles y probablemente rosáceas (y fans de Justin Bieber) que invaden nuestras entretelas cuando estamos enamorados y provocan a cometer todo tipo de magníficas tonterías.

De las maripositas no se libra nadie y si Clint Eastwood uno de los machos más machos de la historia de los machos hizo "Los puentes de Madison" y enchufó a su churri incompetente Sondra en varias de sus películas no fue porque su criterio así se lo indicaba como decente y conveniente, sino por culpa de estas maripositas causantes de lo bueno (los puentes) y a veces de lo malo y catastrófico (la Sondra).

Ficarra y Requa pueden no saber hacer un peliculón, pero en "Crazy, stupid, love" demuestran saber muy bien lo que son las maripositas y hacen una historia en las que los revoloteos se inician entre los personajes y acaban, por una extraña cuestión de alquimia pantalla-espectador, por alojarse en el estómago propio, haciendo recordar gratas y viejas sensaciones.

La película es un revoloteo, dulce, mono y agradable con actores de buen ver (sí, conmigo también funcionaría el truco de Ryan Gosling...siempre que me lo hiciera Ryan Gosling) que además hacen de sus respectivas historias de amor algo muy cercano pese al cliché. .

La renuncia a lo corrosivo, a lo irónico, al cinismo, al sarcasmo y al orgasmo hacen de "Crazy, stupid, love" una insólita comedia blanca en los tiempos del cólera, un agradable placebo para adultos en busca de un momentáneo remanso en una cartelera plagada de crisis económicas, matrimoniales, sociales y existenciales.
Neathara
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