No deja de sorprenderme la poca imaginación de los responsables de esta bosta. Los primeros capítulos resultan interesantes ya que parten de una buena idea, pero a medida que avanza la trama, se repite y se repite y se repite todo el tiempo. Es tan increíble la mala suerte que tienen estos muchachos como la supermaxinteligencia que tienen para salir de los problemas. En especial el hermano pequeño ¡Jo que tío!
A partir del cuarto o quinto capítulo se vuelve insoportable si uno no se lo toma a risa. Estoy seguro de que las excelentes críticas que aparecen al principio, tienen que ver con los primeros capítulos; seguramente muchos de los que las escribieron ya ni siquiera la siguen viendo.

Nunca fue Ripstein un santo de mi devoción. Fundamentalmente por la crudeza de sus propuestas. Incluso me distancia la dificultad que tengo para seguir los diálogos debido a mi falta de costumbre con el acento mexicano. Pero cada vez que me encuentro con alguna película suya, no puedo dejar de verla porque me parecen excelentes. Lo demás es una cuestión de gustos. A mi mujer le va el helado de chocolate y a mi el de pistacho. A los dos nos gusta el helado. Pero a mi el de choco me cansa. Asi me ocurre con las de Ripstein. Me agota. Pero que buen director y cuantas cosas tiene para contar.
A excepción de esta merda, que no se de donde le salió. ¡Qué mala! No resiste ningún comentario. Pero si me decido a hacer una crítica, no es por Ripstein ni por la peli. Si no por Ariadna Gil. ME TIENE REPODRIDO. Con esa carita de actriz que pone. Y esa cara de inteligente. Y esos modos tan finolis. ¡Pero si es un muermo! ¡Hasta dudo que sea la propietaria de ese maravilloso culo!
¡Qué daño le hacen al cine español estos personajes mediocres ocupando esos lugares que no les corresponden! ¡Pero si hasta a Ripstein le terminan complicando la vida!
Bah. Qué asco.
La peli mala, muchachas y muchachos. No perder el tiempo.

Cine independiente norteamericano del bueno. Graciosa y amarga a la vez. Thota Birch, fantástica. Scarlett Johansson, aquí muy jovencita y despuntando, deslumbrante. Y que decir de Buscemi, con un registro diferente al que nos tenía acostumbrados hasta ese momento. Una película llena de pequeños momentos inolvidables
¡Y la música!
Un conocido la llegó a ver dos veces el mismo día. Y conozco a alguno al que no le gustó.
Pero vale la pena asumir el riesgo y recomendarla.

Si, es una serie israelí donde los buenos son ellos y los malos son los sirios, libaneses, palestinos y todo lo que huela a árabe en general. Tampoco se puede esperar otra cosa de una historia contada por israelíes en relación con el conflicto. Mas allá de lo esperable en cuanto a su falta de objetividad, surgen elementos de autocrítica en relación a las tremendas contradicciones que vive el pueblo judío a la hora de defender lo que ellos sienten que es su tierra ancestral, su patria (ver spoiler). Asi y todo y siendo historias diferentes, creo que su falta de objetividad "canta" menos que muchos capítulos de Homeland.

En cuanto a las actuaciones...sobresalientes. El guión no tiene fisuras. La dirección impecable, y la historia fluye y evoluciona naturalmente sin las "sorpresas y sobresaltos" efectistas a los que nos tienen acostumbrados los productos marca hollywood.

He visto solo la primera temporada, pero antes de empezar con la segunda no pude resistir la tentación de recomendarla.

Comienzo intenso dando juego a la curiosidad por saber en que puede desencadenar una situación tan caótica y mostrada con humor. A medida que pasan los segundos, crece un sentimiento narcisista tan argentino que tumba todas las buenas intenciones. Director y guionista parecen mas preocupados en mostrarnos lo graciosos, "vivos", boludos e inteligentes que son los porteños y porteñas, que en contar una historia. Y es que no hay historia. Sólo asoma en los primeros 5 minutos. Después, increíblemente desaparece en un abanico de personajes a cual mas pesado y empalagoso. En todo caso, si de lo que se trataba era de mostrar uno de los paisajes de la fauna porteña, pues entonces le falta ironía, patetismo y fundamentalmente variedad.
Y nada mas. Ah, si. Yo también soy argentino.