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Críticas de Cosmos
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
7
21 de diciembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero, cito a un amigo mío, seguidor de la archiconocida saga espacial: para analizar, contextualizar y, en definitiva, disfrutar una película de Star Wars hay que hacer un acto de fe. Un acto de fe que ha de obviar las habituales casualidades, ingenuidades y "trampas" en este tipo de divertimentos fantásticos y aventureros inyectados con ultra dosis de adrenalina.

Porque lo cierto es que el inicio de la tercera trilogía galáctica es un film sin descanso, dotado de un ritmo frenético siguiendo, eso sí, una historia sencilla, sin complejidades, fácil de entender y dejando más preguntas sin resolver de lo percibido en primeras instancias (ver spoiler1).

Los paralelismos con la película iniciática de la saga (episodio IV) son más que evidentes (ver spoiler2) sin impedir que el episodio tenga una entidad y personalidad propia. Está claro que tanto por parte de J.J. Abrams como de Lawrance Kasdan el ejemplo a seguir es la trilogía clásica y eso se nota en el diseño de personajes, ritmo, gracias sencillas pero efectivas, personalidades carismáticas, villanos temibles, sensaciones y batallas épicas, diseños de las diferentes etnias alienígenas, efectos especiales clásicos sin tantas incursiones del CGI y presencia continua de la BSO de John Wiiliams. SÍ, hay ideas propias aunque con temor a arriesgar con otras más innovadoras (sospecho que en episodios posteriores irán introduciendo giros y sorpresas argumentales).

Se le entrevén algunos defectos como algunas pequeñas torpezas (por ejemplo el clímax del film podía estar mejor solucionado) o a veces nos pide ensanchar ese acto de fe algo más de lo deseable.

A pesar de ello, hay una nueva esperanza en el universo de Star Wars,


Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cosmos
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9
21 de diciembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Centauros del desierto no sólo se pude considerar como un western, sino también es un drama, una película de aventuras, a ratos comedia, una reflexión sobre el racismo, una crítica al arquetipo del héroe del western (mostrado como reaccionario, racista, obsesivo, vengativo,…). Aparentemente es una gran película de entretenimiento, pero aborda una serie de temas más profundos.

Dos hombres, Ethan Edwards (John Wayne) y Martin (Jeffrey Hunter) inician una interminable búsqueda de dos niñas raptadas por unos indios. El McGuffin es la búsqueda de esas dos niñas y sirve como motivación para explicarnos no sólo una serie de aventuras, sino la personalidad compleja de Ethan así como sus prejuicios y también nos muestra ciertos aspectos poco tratados en los westerns. Un western moderno para aquellos tiempos, una especie de Road Movie a caballo.

No es simple en su estructura: nos cuenta una historia que transcurre en un largo período de años e inserta ciertos flashbacks cuando la paciente amada lee las cartas del joven buscador. También nos ofrece una preciosa fotografía y memorables movimientos de cámara (al principio y al final cuando se observa la puesta de sol a través de una puerta), perfecta ambientación y creación de intensos momentos (todo lo que precede al ataque inicial de los indios y la omisión visual del ataque, dando una cierta sensación de terror), química entre los dos buscadores, dos generaciones diferentes, dos razas diferentes y dos motivaciones diferentes unidos en principio por un objetivo común. Personajes secundarios memorables (el sheriff interpretado por Ward Bond, la novia del joven protagonista, el indio domesticado o la obesa india encaprichada de Martin).

Referencia del cine de John Ford, referencia del cine del oeste, referencia del gran cine.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
Cosmos
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9
26 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra comienza con el silencio en el espacio (acompañado de la genial banda sonora de Jerry GoldSmith), se despiertan los siete tripulantes de la nave, comienza una pesadilla dantesca y finaliza nuevamente con el silencio del espacio (escuchando de fondo la B.S.O. del mismo compositor).

Este es el resumen de esta película maestra, de las mejores de ciencia ficción de toda la historia, de las mejores de terror de toda la historia del cine. Como en muchas de las grandes obras del cine, nada hacía augurar esa grandeza: el proyecto era un remake encubierto de una película de ciencia ficción de serie B de los años 50: “El enigma de otro mundo” (producida y también dicen dirigida por Howard Hawks), el guión inicial era bastante malo y era una especie de reverso de otra película interpretada por el propio guionista Dan O’Bannon (Dark Star, ópera prima de John Carpenter, con similar temática pero en clave de comedia) y el director del proyecto, Riddley Scott, era entonces un prometedor director con apenas experiencia (era su segunda película) y que provenía del mundo de la publicidad, y por último un casting de actores desconocidos o casi desconocidos.

Sin embargo el primer y mediocre borrador de guión tenía una idea brillante, que captaron la atención de los productores y reescribieron el guión pero manteniendo esa idea genial. Riddley dio su capacidad de crear ambientes estéticos y supo crear un atmosfera de terror y suspense bebiendo del cine de terror clásico (por ejemplo añadiendo falsos sustos que preceden a destinos fatales). El dibujante suizo Giger también fue clave ya que diseño la forma fantasmagórica y dantesca del alien, y también diseñó otros escenarios como la nave extraterrestre donde se encuentran los huevos alienígenos. La aportación del casi siempre sobresaliente compositor Jerry Goldsmith es también imprescindible. Los efectos especiales fueron gestionados adecuadamente y resisten bastante bien el paso del tiempo. Y finalmente repercutió positivamente la elección de una serie de actores poco conocidos (John Hurt y Ian Hom podían ser algo conocidos pero en Gran Bretaña), hicieron bien de personajes aterrorizados, desconcertados y angustiados por la presencia oculta del octavo pasajero, la auténtica estrella.

Sigourney Weaver, la actriz elegida para el papel protagonista (inicialmente pensada para un hombre encarnado por Paul Newman) fue la única que aprovechó la fama conseguida por el film. John Hurt, Ian Holm y Tom Skeritt siguieron una destacable carrera en Hollywood como secundarios. Y al resto del reparto no se les recuerdan papeles cinematográficos relevantes en films importantes.


Finalmente uno tiene la sensación que el bicho realmente es indestructible y que si no fuese por lo de que los finales infelices no venden, ni el gato sobreviviría.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cosmos
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9
3 de marzo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás el más duro y mejor alegato cinematográfico contra la guerra. No sólo nos muestra la crudeza de la guerra de trincheras de la I guerra mundial. Sino la frivolidad, frialdad, amoralidad y falta de escrúpulos de los altos estandartes militares que supervisan y dirigen las contiendas. Lo importante son las medallas, prestigio y escala militar que puedan ganar frente a sus superiores. Si la misión es suicida, la táctica es equivocada o el objetivo es nimio, todo ello es irrelevante porque en definitiva la vida de los soldados no tiene importancia. Los soldados están para batallar y morir. Sobrevivir es un accidente.

“Versus” a estos canallas inhumanos surge la figura de un antihéroe encarnado por Kirk Douglas. Éste se encargará de defender en un consejo de guerra a tres representantes de un batallón que abandonó una contienda suicida. Se les acusa de cobardes, sin embargo en una discusión entre el coronel y el capitán Kirk Douglas, cuando el primero apela el argumento sobado de “todo por la patria”, él le contesta que la patria es el último refugio de los cobardes. De hecho el concepto patria es un concepto vacío, utilizado por el poder para manejar al pueblo y a las masas a su antojo y bajos sus egoístas intereses. Todo por la patria o todo por la nada o todo (incluido tu vida) por los objetivos del poder.

El film es fríamente cínico, por ejemplo no se ajusticia a todo el pelotón, por una sencilla razón, necesitan sus vidas para terminarlas en futuras batallas. Otro ejemplo es el final en la taberna. Otra frase llena de terror pero que bien podría ser de un guión de Billy Wilder “No podemos dejar que los soldados decidan si una orden es posible o no. Si una orden no es posible, la única prueba válida son sus cadáveres en las trinchera”.

Película triste, fría y kafkiana. Como es habitual en la filmografía Stanley Kubrick, no tiene demasiadas esperanzas en la condición humana.

A consecuencia de la contundencia y dureza de la crítica a los estandartes políticos y militares (y a los sentimientos nacionalistas y patrióticos), la película estuvo prohibida muchos años (18) en Francia (los protagonistas son franceses) y en España lo estuvo 29 años hasta 1986.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
Cosmos
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10
21 de enero de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores comedias de la historia del cine, una de las películas con mayor ritmo de la historia (este vertiginoso ritmo solo es superado por otra obra del mismo director: Uno, dos , tres), tres personajes protagonistas memorables genialmente interpretados y unidos por una química inalcanzable, varios momentos musicales para la historia (y eso que Billy Wilder no era un director dotado para los musicales), diálogos para la posterioridad, humor clásico del cine mudo más diálogos y situaciones Wilderianas, secundarios en estado de gracia, uno de los más endiablados guiones para el cine, … esto y mucho más es: Some like’s its hot.

De entre todas y casi innumerables virtudes de este film, la mayor es tratar temas como la duda sobre la identidad sexual, el intercambio de rol de sexos y el travestismo en pleno años 50 de la entonces aún más conservadora sociedad americana.

La historia es, como en las mejores comedias, absurda (Spoiler), increíble y hasta surrealista, pero gracias al genio del director y guionista nos la creemos sin generarnos ningún atisbo de duda y sin parecernos ridícula.

Parte de un comienzo típico de una película de cine negro con toques de comedia: dos músicos Joe (Curtis) y Jerry (Lemmon) son testigos involuntarios de un ajuste de cuentas entre mafiosos en un garaje de Chicago en los años 20 (durante la prohibición de alcohol en USA), y de ese ambiente oscuro, sucio y frío pasamos a un escenario luminoso, festivo y alegre (Florida) para desarrollar el grueso de la comedia disparatada.

En el fondo no es más que un drama (como lo son la mayoría de comedias) sobre unos personajes con escasos recursos económicos, una vida disoluta, poco éxito en el amor y tal como se intuye al final de la película el sino de estos personajes no va a mejorar (el romance entre Monroe y un Curtis ya descubierto como un don juan del saxo está destinado al fracaso, y Jack Lemonn no podrá casarse y está resignado a seguir tocando el contrabajo en tugurios).

La comedia perfecta?

Guión casi perfecto
Ritmo casi perfecto
Marilyn casi perfecta
Toni Curtis casi perfecto (su mayor hito)
Jack Lemon casi perfecto (como casi siempre)
Secundarios casi perfectos
Humor casi perfecto
Canciones casi perfectas (y míticas)
Final casi perfecto (de los más míticos y recordados )
Nadie es perfecto? Billy era perfecto.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cosmos
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