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España España · Valencia
Críticas de almarsn1
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
7
2 de junio de 2015
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las historias de amor llevan desde tiempos inmemoriables rodeándonos, sin embargo cada año aparecen decenas de nuevas películas tratando los mismos temas y cosechando buenos datos de audiencia. Esto lleva a la conclusión de que la gente disfruta con estas ideas, por tanto todos los directores intentan lanzar una obra de amor con algún aliciente nuevo. Las grandes diferencias residen en el desarrollo, que es donde mayormente se innova. Por ejemplo está Los Puentes de Madison, que puede parecer más de lo mismo, pero al acabar de verla estás tan sobrecogido que sabes que es diferente a todo hasta ahora, te has metido en la piel de los protagonistas. Otro ejemplo más o menos reciente es la trilogía Antes del… de Richard Linklater, donde su mayor virtud residente en cómo se grabó y el tiempo que hubo entre cada una de las películas, respetando así al máximo los libros y transcurriendo cada uno en una ciudad diferente, de manera casi lineal y constante en la duración, donde vemos que apenas en una hora se es capaz de enamorar a alguien, sin nada más que hablar y comprender.

El 2014 nos deparó también algunas obras románticas (o presumiblemente románticas) y que causaron bastante buena impresión. Begin Again es la que más recuerdo, una aventura neoyorkina sobre la búsqueda de la amistad y el amor mediante la música, con un transcurso de comedia agradable y una conclusión que te roba una enorme sonrisa. Otro estreno fue el que nos confiere: La desaparición de Eleanor Rigby. Estrenada previamente en los festivales de Cannes y Toronto, en forma de díptico: Él y Ella, con una duración conjunta de en torno a las tres horas y, sin embargo, a nuestros cines llegaba con una versión reducida que no supera las dos horas y haciendo un copia-pega del par de obras que viene. Esta decisión de la distribuidora no deja de ser totalmente lícita, pero engaña a la gente haciéndole pensar que esa película está concebida así, y por ende causa un chasco enorme al observar la falta de chispa y garra, esto se debe al contraste tan marcado que existe entre la obra Él y Ella, lo cual hace que se note demasiado la diferencia entre escenas. Es decir, Él guarda un toque oscuro y pensativo, Her es más luminosa, y… si los mezclas encuentras un montaje malo, te percatas que son películas diferentes que han enlazado, y además dejas de desarrollar muchos secundarios que dan realismo a los protagonistas.

La recomendación es que veáis previamente Él, y posteriormente Ella. Es importante este orden para comprender mejor las situaciones. Him (Él) es la historia vista desde el punto de vista de Conor (James McAvoy), donde su vida cambiará cuando Eleanor (Jessica Chastain) lo abandona. La debacle de él es muy grande, sin saber qué hacer y cómo reconducir su vida. Los personajes secundarios dan sentido a la obra, la personalidad del padre te enseña porque el hijo es así, los amigos del bar ayudan a comprender a Conor que no todo está acabado. La comedia y los problemas cotidianos no faltarán, humanizando todavía más todas las escenas. Eleanor aparece lo justo, no se necesita más pues no es su película, en Her (Ella) ya la conoceremos, no hay prisa. Precisamente esto provoca una intriga en conocerla, pero la cámara no la seguirá y se volteará persiguiendo a él, dejándote con la gran duda de qué ha pasado.

La situación traumática que provoca el principio del fin apenas se comenta, no se incide prácticamente en ella ni se desarrolla, lo cual es muy bueno. No es necesario conocerla, lo importante es intentar arreglar la relación y no recordar el pasado. Contrasta bastante con la vida real, ya que siempre se intenta hablar del pasado, bien para tener razón o simplemente para atacar. La desaparición de Eleanor Rigby: Él trata poco la relación amorosa para llevarte más por los sentimientos encontrados. La banda sonora de esta parte es especialmente buena, ya adelanto que en Her es totalmente opuesta. Así pues, una profunda historia de amor (nada de cuentos de hadas) y que ni el comienzo ni el final es como desearías, habiendo entre ellos un giro de 180º.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
almarsn1
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1
26 de julio de 2015
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando hay películas que ves que llegan a festivales de cine, y no entiendes porqué. Una comedia romántica aceptada en Málaga. Los presagios son malos, pero al ser aceptada en este festival se cree que tal vez es algo diferente, y así nació Cómo Sobrevivir a una Despedida, uno de los trabajos que no se sabe muy bien a qué se debe su aparición en tierras andaluzas. Otra de las comedias románticas llevadas a Málaga, afortunadamente fuera de concurso, fue Sólo Química. Tras unos meses de la primera exhibición por fin se estrena para el público general, y el resultado no puede ser más grotesco y dañino hacia el espectador. La única química de la película hace referencia a lo que debemos ingerir para poder verla. El resultado no sorprende a nadie, y más viniendo de Alfonso Albacete, cuyo último trabajo fue Mentiras y Gordas, un absoluto insulto a cualquier persona con medio dedo de frente, y que encima trataba de ir de culta cuando no deja de ser un documental de puticlubs durante hora y media. En Sólo Química recupera lo peor de este trabajo, aunque en comparación con ese bochorno queda hasta bien.

Oli (Ana Fernández) es una joven de 22 años que trabaja en una tienda de cosméticos. Ella no sabe qué hacer con su vida, solamente es fan de un actor argentino llamado Eric Soto (Rodrigo Guirao), del cual vive enamorada. De la noche a la mañana ambos viven una historia de amor, donde en medio siempre estará Carlos (Alejo Sauras), el compañero de piso de Oli. Un argumento habitual para cualquier comedia romántica, sin ninguna floritura ni alejamiento de los tópicos más inculcados en la sociedad, lo cual habrá pensado el director que es un disparate, mejor mantener el nivel pésimo durante lo largo del metraje. El guion es lo más bochornoso de los últimos meses, sin coherencia en ninguna escena y con una brusquedad importante. De la noche a la mañana acaban los dos protagonistas juntos, sin medir tiempos, enseñarnos como se enamoran, un paso previo hacia la relación… NADA. Vivimos en un cuento de hadas y hay que creérselo, pues nada, traguemos. La incongruencia también posee una gran importancia, pues se supone que Eric es un actor reconocido “mundialmente”, sin embargo va a promocionarse a…. una tienda de cosméticos cualquiera. ¿Quién no ha visto a Mario Casas en Cosméticos Loli? o bien, ¿quién no ha visto a Blanca Suárez en Perfumerías Paqui? Y eso solo es el principio, pues el hecho de que “alguien” se cuele en una propiedad privada a hacer de paparazzi o el despedir al actor de moda de la serie de moda tampoco es que sea algo habitual en ninguna parte del mundo.

El vacío es la característica de Sólo Química. Diría que incluso es a donde quieres tirarte al llevar en torno a la hora de metraje, donde ya has adivinado completamente el final (los tres o cuatro que tiene, por si acaso no te gusta alguno) y dejan todo cerrado para las mentes más débiles, y atufan a simpleza al resto de personas. Falla absolutamente todo, pocas películas he visto con tan poco atino, aciertan menos que Tyrion Lannister haciendo mates. Las escenas del actor argentino son calcadas a los anuncios de Eau de Rochas, U de Adolfo Domínguez o los calzoncillos de Cristiano Ronaldo. Un despliegue de fuegos artificiales, remarcando las zonas más musculosas de éste y deteniéndose en la parte media del cuerpo donde reside el miembro que tanto busca Oli, la cual posee una libido que se la está comiendo y aprovecha cualquier momento para buscar esa parte de su querido Eric, el cual se nota que no padece de priapismo.

Un paupérrimo trabajo del cual hay que extraer los buenos momentos interpretados por María Esteve, la única que te saca alguna carcajada gracias a la caracterización de su personaje, y el combinado musical donde predomina Fangoria. El resto rezuma un olor a Grey destacado, aunque al final acabará por ser desechado como si de un vampiro de Crepúsculo se tratase. Eso sí, no esperéis entender el porqué, Oli es así, tan así que no es de ninguna manera. Pero lo que más rabia da no es que no haya ni actuaciones ni guión ni entretenimiento ni nada, lo que más rabia da es: ¿Dónde están las malditas tetas? ¿Ya se ha perdido el estigma español de meter tetas con calzador en todo trabajo? Con lo que nos alegrábamos algunos…

(Léase en Mundo Crítica www.mundocritica.com)
almarsn1
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5
10 de diciembre de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de “persecuciones” siempre ha estado repleto de acción, muchas veces hasta con situaciones cargantes que secundan todavía más acción, la cual normalmente es de género irreal. El realizar un acto sinsentido es del género fácil, repetir mucha acción con personajes vacíos y sin ningún desarrollo, simplemente valiéndose de que entretenga y no haga pensar al espectador. Este tipo de cine solo funciona con determinadas sagas, y el por qué tiene una fácil respuesta: ya se ha explicado anteriormente. Una saga archiconocida por todos donde surte efecto es “Fast & Furious”, que ya va por la séptima entrega y consigue entretener con las sobradas que se marca, pero todos los seguidores conocen a Toretto, cómo es, su familia y sus amigos. Opuesto a esta linealidad nos encontramos con el tipo de cine desarrollado, pero que emplea como recursos los coches y la acción, y es donde englobaría la película que incumbe: Tercer Grado. Porque aquí hay presentación, nudo y desenlace. Bien es cierto que puede gustar o no, puede tener fallos y recursos inverosímiles, pero todo un sentido. Podrá aburrir a algunos y causar incomprensión en determinadas escenas, pero el simple atrevimiento ya merece cierta distinción.

En su primer fin de semana fuera de prisión, Mark (Jesús Lloveras) es testigo del atraco de un furgón blindado con más de medio millón de euros. En un intento desesperado por salvar su situación económica y familiar decide perseguir a los atracadores para hacerse él con el dinero, donde su única ayuda será Mia (Sara Casasnovas), una stripper que conoció la noche anterior. Geoffrey Cowper, hasta ahora enfrascado en el género cortometraje, dirige una obra sosegada sobre la desesperación personal, para la cual se envuelve en situaciones de acción algo precipitadas propiciadas por los ochenta minutos de duración. Un atraco con cierto recuerdo a The Town: Ciudad de Ladrones que te engancha al observar cómo van desarrollándose los hechos y las diferentes subtramas (familiar, policial y persecutoria). Con un reparto demasiado limitado en las secuencias más difíciles pero que se distingue por cumplir y no desentonar en ningún momento, aunque algo de riesgo no le hubiera ido mal. El director se sabe ocultar en el ambiente de tensión generado, sin bailar en diferentes géneros y sabiendo muy bien lo que quiere contar, lo cual es uno de los grandes aciertos. Gracias al apretado presupuesto consigue lo que muchas películas millonarias buscan, y es el intentar parecer amateur para agrandarse. En este caso ya es amateur de por sí, con lo que juega en su liga y se desmarca de manera genial.

Aun así existe una losa que se ríe bastante del espectador que observa, y es el tremendo contraste entre las partes. El comienzo tranquilo y evolutivo no se asocia con ese final al más puro estilo Jungla de Cristal, un solo contra todos que llena de lástima el agradable crecimiento que venía observándose en Mark. Ello unido a los grandísimos topicazos que uno puede ver (no arranca el coche, disparos que no hacen nada, recuperaciones casi milagrosas, etc…) sacan a uno de la película. Un trabajo bien hecho que flojea en cuatro o cinco puntos importantes del género, puede que sea por el hecho de ser el primer largometraje o simplemente porque es así el director. Una obra interesante a la que quizá le faltan diez minutos para acabar de cerrarse de manera más positiva pero que, aun así, es recomendable para todo el mundo que quiera pasar un rato agradable. Cine de acción que se echa de menos en España.

Léase en Mundo Critica (www.mundocritica.com)
almarsn1
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4
8 de noviembre de 2015
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La problemática de las novatadas siempre ha estado presente, bien de manera más suave o más dura, sin embargo todo el mundo intenta evitar hablar de ello por miedo. También es cierto que no todo el mundo las ha sufrido, me incluyo, pero hay gente que ha sufrido mucho y ha llegado hasta a abandonar los estudios por estos comportamiento nocivos. Normalmente suelen darse en algún tipo de colegios mayores, suponiendo que por el hecho de ser privados y poder mantener más la privacidad que en algo público que depende directamente del estado y cabría esperar mayor intervención de la dirección y el profesorado. Pablo Aragüés es un director que sufrió estos hechos durante su adolescencia, en algún lugar que no quiere desvelar, pero haciéndole sufrir vejaciones impropias para cualquier persona como se relata en el reportaje de Equipo de Investigación sobre las novatadas, lanzado a la televisión por el fallecimiento de un alumno por, supuestamente, este tipo de novatadas. El abanico es muy amplio, desde deslizarte por harina hasta desnudarte en una fiesta delante de todo el mundo, pero por muy light que pudiese parecer hay que conseguir eliminar esta ¿tradición? de todos los lugares donde siga vigente. Debido a los sucesos vividos en primera persona por el director, éste decidió llevar a cabo una película inspirada en su vida, donde el límite entre la realidad y la ficción deberá delimitarla el espectador.

Álex (Javier Butler) y Carla (Lucía Ramos) son dos estudiantes que se matriculan en una escuela mayor, cada uno en la propia según la carrera elegida. Desde el primer día no pasarán desapercibos para Estévez (Nicolás Coronado) y Gladys (Alejandro Onieva), los líderes de la ejecución de las novatadas, aunque en su mano solo está la palabra y el mandato hacia su grupo determinado. Una serie de novatadas harán tambalear la vida de los nuevos estudiantes, para lo que deberán elegir si soportarlo o abandonar sus sueños. Un drama universitario con una temática pocas veces vista, alejándose de todas las películas clave sobre colegios y sus traumas para centrarse en la tortura diaria de ambos protagonistas. En este caso destaca Nicolás Coronado, sin ninguna duda el protagonista absorbente del trabajo del equipo y que se convierte en un personaje de terror seco, aquél que asusta por su actitud y no por los sobresaltos que pudiera dar. Muy a nuestro pesar el resto del equipo está a niveles insuficientes, empezando por Javier Butler que nunca me llego a creer debido al comportamiento, y Lucía Ramos que posee toda la belleza que necesita una mujer, pero ni su dulzura ni su encanto son visibles en el papel que le han articulado. Mención aparte el equipo de “torturadores” dirigidos por Coronado, similares a perros de presa que se lanzan al ataque sin rechistar.

Este no es el único problema de la cinta, pues el argumento se hace inverosímil según avanza. El comienzo en el autobús y la posterior llegada a la universidad me hizo temerme lo peor, hasta que aparece la primera escena con Estévez y remonta durante un buen trozo, resulta interesante y atrayente, hasta que el romance aparece a escena. Como suele ocurrir en muchos dramas, al torcer al terreno romántico se vienen abajo, otra película surge de este maltrato y hasta el comportamiento de los “malos” se ve modificado como dirigiendo a Álex y Carla a su amor, lo cual contrasta totalmente con la idea inicial de Aragüés. Desconozco si en su caso pasó por el mismo enamoramiento, lo dudo bastante debido a la alegría que ha intentado plasmar en la pantalla, con canciones animadas y música de dulzura tópica, amén de ese playback por el ¿centro? de Madrid con un colorido agradable y un final húmedo. A partir de ese punto de inflexión Gladys parece convertirse en algo parecido a una celestina, dejándose llevar por la apariencia interesante de Estévez y olvidándose de su papel, y el camino hacia el final se vuelve tan torpe que no puedes evitar llevar las manos a la cabeza. No faltará la obviedad de ese cine novato, con la aparición del director (la única opinión del profesorado en toda la película) mentando “Son solamente novatadas, la sangre no llega al río” encadenándose con la escena tópica ante esta frase lapidaria. El comportamiento de Carla tampoco es que sea comprensible, la paranoia matrimonial le surge cuando Álex le confiesa un secreto, ante el cual no se entiende la reacción de esa chica tímida y dulce, que a veces no lo es tanto.

Destacable es toda la historia que hay detrás. Cruel, no solo para los que lo sufren sino para los que lo ven desde fuera, impidiendo cualquier reacción contraria a sus intereses por lo que pudiera pasar. Dura por saber que el mismo director lo vivió, recordando su pasado al escribir el guion y dirigir al equipo. Pero ahí queda todo. Si quería mostrar la realidad, un documental hubiera sido mucho más preciso. Si quería edulcorarlo con ficción, este no es el camino. Todo es muy limitado, particularmente llama la atención el uso de la música, en tu cabeza se ilumina la bombilla justo segundos antes de su aparición y piensas: “Que tópico sería que apareciese la música ahora”, y pum, ahí aparece. El gusanillo te invade por conocer como concluirá la amalgama de sufrimiento y pasión, y la estupefacción llega, una flipada made in Tarantino que no resulta necesaria, agradable ni creíble. Esto no le funciona a prácticamente nadie, y Aragüés no es la excepción. La sensación de venganza con este final es muy fuerte, el resentimiento por la gente que le hizo sufrir es el que habrá causado esta sangrienta escena, pero no pega ni con cola. Siento decirlo, pero la interesantísima idea inicial acaba siendo tirada por el retrete. Un fracaso del que se salva de manera majestuosa un magnífico Nicolás Coronado.

Léase en Mundo Critica (www.mundocritica.com)
almarsn1
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Walls (Si estas paredes hablasen) (C)
CortometrajeDocumental
España2014
7,0
217
Documental
10
13 de agosto de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos en una casa rodeada de paredes donde realizamos todos los hábitos, tanto los privados como los personales. Lo que nos lleva a pensar… ¿qué contarían las paredes si hablasen? ¿Revelarían nuestros secretos más oscuros (o más vergonzosos) o simplemente se limitarían a reírse ante la cantidad de tonterías que hacemos?

Walls (Si estas paredes hablasen) es un cortometraje documental, aunque bien podría colocarse en ficción, dirigido por Miguel López Berraza. Y es de los más bonitos que he visto en mi vida. Un viaje de diez minutos sobre la vida, la soledad y la amistad. No únicamente se incide en ello, pues la cantidad de sentimientos que toca y consiguen aflorar es enorme. Siempre se ha comentado que hacer un corto es muy complicado, porque conseguir en apenas diez minutos emocionar y hacerte sentir es muy difícil, sin embargo en el cine al tener más tiempo de desarrollo te permite ir entrando poco a poco. En este caso, gracias al buen manejo de las imágenes, simplemente dejándote llevar por los caminos que recorren los protagonistas, no puedes evitar sentirte absorbido por este edificio de Budapest e ir conociendo las vidas de los dos protagonistas y como se cruzan sus caminos. Ellos no hablarán, pero eso ya están las paredes, y además no hace ninguna falta pues poco a poco ya estás dentro de ellos y empatizas a la perfección.

Un camino motivador escaleras arriba, una danza por los recovecos de la casa y una narración preciosa. No es necesario nada más. Esto es repetido dos veces, hombre y mujer, anciano y anciana… y se pasa volando. Los títulos de crédito comienzan y necesitas ver más. Repetirás el visionado y seguirás todavía enamorado de ellos. Es fácil decir que algo de diez minutos se hace corto, pero no nos engañemos, hay cortometrajes de apenas tres minutos que parecen una tortura china y aburren hasta la saciedad. Fantástica oda al amor y a la realidad que transcurre en la vida. Todos queremos sentirnos queridos. La perfección hecha corto.

Véase en Mundo Crítica (www.mundocritica.com)
almarsn1
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