Película neerlandesa sobre el desarraigo infantil y el modo en que la naturaleza interactúa con nosotros, despertando "el pájaro interior" que anida en nosotros. Llamativa segunda realización para la gran pantalla de Koole tras Trage liefde, apoyada en la fantástica interpretación de Rick Lens (el niño) y la partitura musical de Helge Slikker.

A modo de curiosidad subrayar que el título original, Kauwboy, no significa ni alude a lo mismo que Cowboy. En este caso, Kauw, significa "grajo", por lo que el título acentúa la relación entre el niño y el pájaro.

Podría aducirse que el guión resulta demasiado implícito (lo cual no quiere decir que sea superficial), pero probablemente sea ésta una de las bases del éxito de la película.

¿Alguna escena en particular?

La propuesta del dueto Attieh-García incluye una notable actuación de la recordada Carla Nichols de Dangerous Minds y en menor medida de la joven Rebecca Dayan, a la que pudimos ver en películas como Desde París con amor o Sin límites en esta alegórica y moderna visión de la cosmovisión femenina en un orbe y orden que se difumina, en este caso tras la caída de un meteoro. Las reminiscencias clásicas son plasmadas dentro de un guión que, en ocasiones resulta un tanto estruendosamente estrambótico y en otras su parafernalia roza la genialidad, de forma y manera que la película agrada y atrae pero queda una grieta que no puede ser cubierta y que impide que su nota sea la de notable, en la que sería tercera película del susodicho duo Attieh-García, a los que no se les puede discutir el aditamento de una singular originalidad, tal vez tan taimadamente sutil que pueda devenir en un producto un tanto anodino, a pesar de ciertos toques de extraordinaria belleza.
La música de Borghi sin ser extremadamente vistosa en su confluencia auditivo-visual sí que representa esta a veces incongruente hilación de la trama. La fotografía, labor que realiza el propio García presenta tintes lumínicos y lúgubres en una armazón consistente, aunque no del todo sobria ni rayana en la esplendidez pretendida.

Una historia de Ian Jones que sirve de preludio para esbozar acontecimientos ulteriores que se desarrollaron en este conflictivo territorio y que hoy, desgraciadamente, nos resultan tan usuales.
Es posible que la historia no alcance las cotas épicas presagiadas, pero resulta realmente entretenida.
Capítulo aparte merece la fantástica BSO de un compositor desconocido para mí, el australiano Mario Millo.
Entiendo que la historia es sobre todo un panegírico al valor, pero tal vez no termine de desarrollar todo lo que apunta.

Basada en una original novela de Whitney Otto. La música de Newman se adapta perfectamente a la tonalidad cromática del tapiz y hace que los sentimientos sean más táctiles.

El elenco de autores incluye veteranas actrices como Anne Bancroft, Jean Simmons o Ellen Burstyn y jóvenes como Winona Ryder -tal vez en su mejor papel junto a "Reality Bites".

Una película, en suma, más que recomendable. Muy buena fotografía del polaco Janusz Kaminski, conocido por otros títulos como "La lista de Schindler" o "Salvar al soldado Ryan"

Probablemente, la mejor película de Moorhouse junto a "Heredarás la tierra".

Todo gira alrededor, como si de un bolo se tratara, hasta el advenimiento del gran shock, que es la muerte, que nos confunde, nos aterra, incluso parece que el tiempo se detiene, pero de forma diferente a lo que ocurre cuando nos enamoramos, en aquel caso esa pausa tranquiliza el ánimo, supone un reconocimiento del otro, un encuentro con nosotros mismos.
Más allá de una cierta trivialidad y frivolidad simpática, un tanto infantil, pero no exenta de toda una noble bonhomía y altruismo en grado sumo, este film se detiene también en un estadio que nos resulta conocido, que tal vez evoquemos retrospectivamente, las tempestuosas andanzas de lo erótico. Todo ello converge y fluye en un tono entre lánguido y desesperado, como ciertos acordes de la música del desconocido Vidjay Beerepoot. Entre el elenco algunas caras relativamente conocidas, otras de lo más anodinas. Opera prima de la norteamericana Ally Walker.