Me ha sorprendido que gire en torno a la legalización de la marihuana , una serie americana, con lo mojigata y atrofiada que tienen la mentalidad.
Por eso no me extrañan las malas críticas. El público de a pie no está listo para un humor tan atrevido y libre de complejos. Diálogos geniales burlones e ingeniosos con buenos actores cómicos. Divertidísima y muy moderna. Tal vez triunfe con el tiempo.

¿Por qué se suele dar tan mala puntuación a las películas infantiles? Daniel el travieso cuenta con numerosos aciertos: la elección del niño protagonista es completamente acertada :simpático, gamberro, inquieto... No podría haber mejor señor Wilson que Walter Matthau :cascarrabias, absurdo, entrañable y con una genial vis cómica.
Y el malvado es interpretado con su habitual genialidad por un divertidísimo Christopher Lloyd.
Además contamos con una fabulosa banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith ; y también con la participación del siempre ocurrente John Hugues.
En definitiva, una película estupenda que cumple con su objetivo; sin embargo, parece que valorar el cine infantil es reprobable.
Si los niños pudieran escribir sus propias críticas seguramente esta película tendría un merecido sobresaliente.

Film sencillo, efectivo, directo y con un demoledor final.
Se suele menospreciar la actuación de Culkin inmerecidamente. Tanto Eiljah Wood como él hacen un gran trabajo. Cierto es que el personaje de Wood permite más matices que el de Culkin.
Destacaría el gran trabajo de la actriz que interpreta a la madre y una buena banda sonora de Bernstein.

Un peñazo. Música omnipresente, narradora plasta y personajes charlatanes insufribles.
Ni fantasmas ni rábanos.
Pianito machacón, guiones liosos con explicaciones pasables y actores llorones que aburren de principio a fin.
Para colmo de pedantería meten una relación lésbica que no aporta nada.
Muy aburrida. Monólogo eternos, ojos lacrimosos que no emocionan.
Y todos engañados por estos ladrillos.

Una primera hora excelente se ve anulada por una segunda parte llena de excesos artificiosos que no aportan nada más y desembocan en sopor e incluso desagrado.
Un alarde interpretativo bastante narcisista en ese segundo tramo, con dos actores queriendo demostrar que lo son, en lugar de contarnos una historia y punto.
Lo mismo le pasa a la película. Quiere demostrar que es buena y original. Pero eso no es lo importante. Cuenten una buena historia con interpretaciones e imágenes al servicio de esta y será un buen film.
Pero esos delirios finales provocan mi más absoluto escepticismo.
Lo mejor el expresionismo y Dafoe.
Lo demás exuda pretensión, que no consecución.