Jeff Speakman debuta como protagonista de una cinta de acción con esta película. Speakman, con una importante formación y prestigio dentro del mundo de las artes marciales surgió como contraparte a otros actores de perfil similar, como eran los Van Damme o Seagal de la época, que también llevaban poco recorrido en sus carreras por aquel entonces.

Por desgracia para nuestro protagonista, esta "Arma perfecta" es la única película que pueda ser más o menos recordada por el gran público ya que, posteriormente, los trabajos realizados por este actor y artista marcial pasaron completamente desapercibidos en las estanterías de los videoclubes de la época. Y es una pena, porque la película ni está tan mal, ni Speakman muestra una inexpresividad superior a la de los Seagal, Norris o Lundgren en aquella época. Es más, no lo hace del todo mal, si exceptuamos algunas caras extrañas durante las escenas de pelea.

Hay quien dice que Speakman no triunfó porque el estilo de pelea basado en el kenpo karate es poco atractivo en pantalla. Yo no estoy del todo de acuerdo, ya que hay escenas de pelea que no están mal, y esos ataques de puñetazos múltiples que lanza Speakman llaman bastante la atención. Flojea en lo relacionado con las patadas, eso sí, que quizás sea el elemento más espectacular a la hora de reflejar una pelea de artes marciales.

La película en sí no es gran cosa. Parece tener un poco de autobombo para Speakman. Y le cuesta arrancar con tanto flashback hasta que sucede el hecho que da sentido al filme y a la reacción del protagonista. Hay caras conocidas del cine de bajos fondos asiáticos, cosa que siempre se agradece. Y la corta duración ayuda a que no se haga pesada, pese a un inicio poco interesante. Es bastante plana en líneas generales, las cosas como son.

De todos modos se deja ver, y quizás Speakman mereció algo más de suerte. Años atrás en manos de la Cannon hubiera tenido unas cuantas películas más. Si las tuvo Michael Dudikoff... ¿por qué no él?

El cine de acción está herido de muerte desde la aparición de "Matrix" y desde que suceden acontecimientos históricos como los del 11 de septiembre de 2001, que marcan un antes y un después en la mentalidad de la principal potencia económica y cultural del mundo, los EEUU de América.

Una de las consecuencias más graves de esta decadencia cultural viene dada por la implosión de fenómenos como el de la corrección política, o el de las políticas identitarias, muy en auge en una sociedad americana que en menos de veinte años parece haber enloquecido sin control, no en sus barrios más marginales de Los Ángeles, sino en las aulas de las universidades más elitistas del planeta, donde los futuros mandamases económicos, políticos y culturales se arman ideológicamente de ciertas ideas absolutamente trasnochadas. Y esas ideas son las que nos traen productos como esta secuela de Terminator, secuela que nadie pedía.

Si nos ceñimos meramente a lo cinematográfico, hay que decir que estamos ante otro filme genérico cargado de CGI, escenas de acción bastante impersonales, filigranas con la cámara para darnos a entender que estamos más que nada ante un videojuego, metraje sin momentos que resulten icónicos, una fotografía absolutamente mediocre en la línea de cualquier cinta de género salida de Hollywood los últimos veinte años, y poco más. Esto no implicaría necesariamente estar ante un bodrio, así que, en líneas generales, estamos ante otra cinta clónica más, surgida de la inacabable industria hollywoodiense de secuelas y remakes innecesarios. Y por ello mi nota es un 5 raspado.

El problema es que hablamos de Terminator y hablamos de Arnold Schwarzenegger. Siendo claros, esta película escupe sobre las dos primeras películas y ni siquiera es igual de satisfactoria que "Salvation", injustamente vilipendiada por crítica y gran parte del público. Su gran problema reside en los males de la sociedad americana mencionados anteriormente, y es que se han empeñado con esta cinta en querer atraer a un tipo de público al que, por mucho que se lo des mascado, en general nunca va a sentir interés alguno por esta clase de proyectos. Quienes odian la nueva trilogía de "Star Wars", así como al personaje de Rey, saben perfectamente de lo que estoy hablando. En esta secuela de Terminator nos topamos con uno de los personajes más patéticos que he visto en años en una cinta de entretenimiento, cumpliendo a rajatabla el manual de perfecta Mary Sue.

No tendrá demasiado éxito y no conoceremos las andanzas de esta Mary Sue que nos han intentado colar. Sólo lamento que Schwarzenegger y Linda Hamilton hayan retomado papeles tan icónicos en sus carreras para dar cancha a una moda que está acabando no ya con el cine de entretenimiento, sino con la libertad creativa, en favor de unas imposiciones culturales e ideológicas que no tanta gente abraza, pese a lo que quieran creer.

Aunque Michael Dudikoff tuvo su momento de gloria con la saga de "El guerrero americano", creo que ni de lejos esas películas alcanzan el nivel de esta cinta, que pese a pertenecer a una productora cuyos productos eran de bajo presupuesto y a menudo se notaban ciertos defectos bastante risibles, es una estupenda película de acción.

Prácticamente viene a ser una precursora de lo que unos años después sacarían adelante el tándem formado por Van Damme y John Woo con "Blanco humano", pero con unos matices a mi juicio bastante interesantes, y es que nos encontramos como villanos a los integrantes de una sociedad secreta ultraderechista con influencia en el poder que se divierte en sus ratos libres con siniestros juegos de supervivencia. El villano, interpretado estupendamente por John P. Ryan, tiene una escena donde pronuncia un discurso ante su séquito absolutamente aterrador por carismático y populista, nada alejado de muchas cosas que podemos oír hoy mismo.

Tenemos también en el reparto al carismático Steve James, quien habitualmente fue el sidekick de Dudikoff en las películas del ninja americano. Esta vez en un papel diferente y con menos lucimiento, pero siempre era interesante ver a estos dos actores juntos, ya que existía una buena química entre ambos.

Se nota que el presupuesto es algo mayor que en la saga citada anteriormente, contando con escenas de acción más potentes, un acontecimiento absolutamente bestial a mitad de cinta relacionado con el personaje de James y su familia, además de un último tercio con la cacería neonazi muy intenso y violento. Es una pena que el enfrentamiento final se vea lastrado por el evidente uso de dobles de acción para representar al villano, con una peluca muy cantosa que te saca completamente de la escena tras toda una película.

En definitiva, estamos probablemente ante una de las mejores, sino la mejor, de las películas de Michael Dudikoff para la Cannon. Contiene momentos brutales como el asesinato de niños y mujeres, que contribuyen a crear un odio tremendo sobre los villanos de la cinta. Es la Cannon más brutal.

Los años ochenta, en cuanto a humor y cine cómico, fueron sinónimo de Eddie Murphy. Desgraciadamente para este actor, el paso de los años lo llevó a una espiral de comedias sin gracia, cuando no directamente papeles absolutamente bochornosos. Parecía que su estrella se apagó completamente y que, incluso, quizás no volveríamos a verle trabajar casi nunca. Tampoco le ha ayudado el progresivo amansamiento de la sociedad occidental actual, más preocupada por evitar lo políticamente incorrecto u "ofensivo", que por divertirse sin tener que pedir permiso constantemente.

Pero no hay mal que cien años dure y Murphy, en un proyecto que casi es un reflejo de su situación durante los últimos años, ha conseguido pelear lo suficiente como para de nuevo estar en el candelero y ser apreciado por su trabajo. Realmente la historia de este Rudy Ray Moore es bastante chorra, ya que estamos ante un humorista chabacano y con poco talento artístico, pero que por encima de todo es alguien trabajador y deseoso de poder, a base de esfuerzo, ser reconocido y lograr ganarse la vida de una manera ajena a sus habituales grises días, donde simplemente trabaja en una tienda de discos.

El mensaje es de los que gustan mucho en la sociedad estadounidense, y eso puede chirriar a muchos, ya que no es fácil por mucho que trabajes el poder lograr tus objetivos. Pero más allá de eso, Moore cae bien por su capacidad de trabajo y su respeto por todo aquel que en algún momento decida apoyarle, intentando en todo momento no rendirse ante las adversidades que va sufriendo. Como dice en un momento del filme: "cuando me cierran una puerta, abro otra". Esa es la filosofía del personaje.

También resulta agradable toparse con la mentalidad del protagonista cuando decide dar el salto al cine, en unos momentos que recuerdan a la divertidísima "The Disaster Artist", donde pese a la nula capacidad de sacar adelante un proyecto cinematográfico decente, se percibe un amor por la profesión que siempre resulta admirable.

En resumen, estamos de nuevo ante un Murphy que merece reconocimiento, gracias a un personaje con el que ha tenido bastante en común los últimos años. Ahora sólo queda que el público no le dé la espalda y sepa aprovechar las oportunidades que le brinda el futuro, ya que en anteriores ocasiones ha demostrado que puede ser buen actor.

Producción de acción y artes marciales que en los 80 y primeros 90 haría las delicias de muchos adictos al videoclub. A mí me ha gustado, bastante más que "Skin Trade", que iba más o menos por los mismos derroteros.

Si juntas a algunos de los actores de serie B más destacados de los últimos años y los pones a pelear y liarse a tiros ya tienes que hacerlo muy mal como para, como mínimo, no conseguir divertir al personal. Y a esta película le basta con eso. No aspira a más porque conoce sus limitaciones, así que ofrece lo mejor posible dentro de sus puntos fuertes.

Sería absurdo hablar de actuaciones o guion. Esto no va de eso. Pero también podemos decir que el aspecto general de la película no es malo. No es una serie B chusquera como las que pueden estar haciendo ahora Van Damme o Seagal, a los que les vendría estupendamente sumarse a proyectos de estos en vez de hacer lo que están haciendo los últimos quince o veinte años.

Me gustaría ver a toda esta gente en una peli de Mortal Kombat.