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Críticas de Juanjo Iglesias
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Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
El hombre de la cámara
Documental
Unión Soviética (URSS)1929
8,1
6.303
Documental
9
14 de abril de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta es puro virtuosismo, es como el cerebro de Kasparov en plena partida, como el pensamiento de un médico en el paritorio, o como el rostro de Euclídes al culminar su libro "Los elementos".

Un documental que nos regala una visión general de San Petersburgo, a base de pinceladas, como si de Dalí se tratase, que nos va mostrando la vida en la ciudad. Es un sinfín de escenas cotidianas, con un ritmo endiablado y de una maestría que la convierte en una de esas películas imborrables.

La idea de Vertov era realizar un análisis marxista de las relaciones sociales, mediante el montaje.

Comencé a verla con cierta predisposición negativa, con curiosidad pero pensando en aquello de "que acabe pronto". Pues sí, acaba pronto, desde el primer minuto te engancha de tal manera que se hace extremadamente vivaz, divertida y corta.

El interés radica en tres puntos:

1.- El propio interés de las imágenes, que nos ofrecen con detalle esa visión constructivista y futurista que tenía Vertov, esa cámara se convierte en nuestro propio ojo, un ojo que a modo de intuición e inspiración, nos va mostrando la realidad. Sería, metafóricamente, como si ese proceso mental necesario para entender el mundo que nos rodea, del que habla el constructivismo, nos lo aportara la cámara y nosotros disfrutaramos de la visión de ese mundo ya interpretado. Es interesante como Vertov, nos muestra constantemente escenas en las que aparece su operador de cámara grabando la realidad a su alrededor, con la idea de reafirmar la propia idea de realidad, de documental, y no ficción. Su objetivo era mostrar "la verdad" cinematográfica.

2.- Esa idea de constructivismo y futurismo le debe mucho al montaje, parte fundamental para Vertov, es en mi opinión un trabajo de montaje que como tal, resulta casi insuperable. A base de cortos retazos, como digo, nos hace ese análisis global pero extensamente detallado de todas las actividades de la ciudad. Es vertiginoso y voraz, lo que nos lleva a la tercera parte que es la música.

3.- Con sublimes partituras clásicas en manos de Pierre Henry, Nigel Humberstone, Konstantin Listov y Michael Nyman en la versión restaurada, nos ofrece esa fascinante sensación de rapidez, vertigo y audacia, que en simbiosis absoluta con el montaje hace un global que le proporciona un uso del ritmo exquisito. En la versión original la música era de la Cinematic Orchestra.

Para englobar un poco la obra, decir que Vertov hizo cine de vanguardia con nacionalidad soviética entre 1918 y 1934, casi todas sus obras tienen un cariz experimental, que nació en Polonia y que esta película esta muy en línea con otras de la época como "Berlín, Sinfonía de una gran ciudad, de Walter Ruttmann.

Como cine, es una auténtica obra maestra. El tema político para los políticos, yo sólo soy un cinéfilo.
Juanjo Iglesias
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Lemmy
Documental
Estados Unidos2010
7,5
2.283
Documental, Intervenciones de: Lemmy, Ozzy Osbourne, Billy Bob Thornton, Slash ...
7
20 de agosto de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravilloso documental que me ha dejado con una enorme sonrisa en la cara. LEMMY con mayúsculas es lo que vemos en esta producción de Greg Olliver y Wes Orshosky, que profundiza en la vida del que para algunos es el inventor del heavy metal, pero que para mí es un gran tipo que eligió como forma de vida el más puro y salvaje Rock n´Roll. Un rebelde, un renegado, del que aquí disfrutamos en su forma de mito y en su forma más humana.

Nos desvela que tras esa apariencia de indomesticable y bronco rockero, motero amante del cuero y los tatuajes, hay un tipo capaz de ser entrañable y sobre todo y para mi más importante, capaz de marcar su propio destino.

Mientras vamos disfrutando del rock primario, potente y desenfrenado de sus Motorhead o el menos primario pero más punk, de sus espaciales Hawkwind, las escenas apasionadamente turbadoras se suceden sin más prejuicio que el propio de la rebeldía como estado natural. Entre otras, destacaría la que, entre cervezas, conversa con Billy Bob Thornton.

Un tipo apasionadamente interesado por coleccionar cuchillos o uniformes de oficiales nazis, que en su aseo tiene un pez que canta aquello de “Don´t Worry, be happy”. Un tipo apasionado por los Beatles, Little Richard, Elvis y Jerry Lee Lewis, que rockeaba en los 50, para el que como bien define Dave Grohl, la integridad y la sinceridad son lo más importante.

Me parece una figura turbadora la de Kilmister, por haber convencido al mundo del Rock, de que hace su música desde el corazón, y mucho más, y esto es lo más importante que nos cuenta el documental, de que vive su vida de la misma manera, con su corazón y a su manera. Esto es mucho decir, en el mundo falso, absurdo e interesado en el que vivimos.

El ritmo narrativo no decae en ningún momento y la dirección mejora a otros documentales por un montaje más vivo, menos esquemático, en el que hay entrevistas y escenas de archivo pero hay una sabia elección de escenas que presentan al personaje en su estado más natural.

La inclusión de su hijo aporta al documental un tono dramático que viene a reforzar la idea romántica del personaje. Me interesa la idea de que una estrella del rock, ávido consumidor de bourbon y drogas sintéticas, que lo ha vivido y follado todo y que ha abandonado la idea del amor en el único sentido que lo tiene, que es el de la pareja, por el maldito rock n´roll, nos espete que las únicas personas importantes en su vida han sido su madre, su abuela y su hijo. Es algo tan evidente que abruma, pero tiene una belleza especial verle los ojos al contarnos esto.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juanjo Iglesias
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10
5 de abril de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que ví por primera vez Ciudadano Kane, hace ya unos cuantos años siempre me fascinó, era junto a "El Apartamento" una de mis dos películas favoritas. Viendo el cine de Orson Welles aprendí a amar el cine y a hacerme preguntas como, ¿Porque ese movimiento de cámara?, ¿Porqué iluminar así? ¿Porqué aún no he leído a Shakespeare? Por esa identificación personal con Welles y esa profunda admiración decidí una y otra vez retrasar la fecha en la que viera la película que se llevó el Oscar que por rotunda lógica debía haberse llevado la historia de "Rosebud".

Y descubrí porqué.

Nada más empezar advertí en ese narrador hablando de su infancia, sobre planos generales de un pequeño pueblo minero de Gales, que estaba ante una obra maestra. Según iba avanzando la historia, la absoluta tormenta de emociones y el caudal infinito de sanos y bellos sentimientos me iba encogiendo el corazón, por más que lo intentaba me era imposible escapar a tanta y tan exquisita emoción; a la media hora supe que era la película más emocionante que había visto en mi vida y que sus personajes permanecerían en mi memoria para siempre.

El aspecto técnico de la película es brillante de principio a fín, es una narración a modo de flashback que ofrece la visión de Huw, un niño de unos 10 años, hijo menor de la familia protagonista, sobre como era su infancia y su familia. Los planos generales del pueblo, con ese movimiento de cámara pausado, la fotografía en blanco y negro, la música que por lo general está basada en canciones populares y de la que participan constantemente los personajes, o la dirección de Ford son absolutamente impecables.

Pero lo realmente importante es cómo consigue el director hacernos sentir lo que sienten sus personajes, lo que siente esa familia de mineros. La idea fundamental son los valores de la familia, lo que siente una madre al ver que sus hijos se marchan y quizá no vuelvan, un padre que cada día arriesga su vida en la mina junto a sus hijos, poniéndose en contra de un pueblo entero por tener diferentes formas de pensar. Brillante la relación entre el predicador interpretado por Pidgeon y el niño Huw (Roddy McDowall), así como la relación entre los personajes de Pidgeon y O´Hara que ratifican ese dicho de "Una mirada vale más que mil palabras".Los papeles de Donald Crisp y Sara Allwood representan de alguna forma ese amor que cualquier persona siente por sus padres y/o hijos, con una Sara Allwood que bien podría haber ganado el Oscar como lo hiciera Donald Crisp, aunque quizá hizo algo igual que él, dejar un personaje maravilloso en la inmortalidad del celuloide.

Una película que describe la felicidad, el alma humana y la infancia, de una forma mucho más aclaratoria y concisa que cientos de teorías filosóficas.

Los valores éticos, morales y sociales se pueden discutir, que Ford fué un genio, no.
Juanjo Iglesias
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8
3 de mayo de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duodécima película del camaleónico Howard Hawks, rodada en 1932, un prolífico año para él, ya que a parte de esta, rodó otras tres películas en ese mismo año, "Le Foule Hurle", "Avidez de Tragedia" y la increíble "Scarface".

Sobre el guión es una historia de aventuras marinas, sobre un pescador de atún que se juega la vida frente a los tiburones, pero su principal exponente es la historia de amor y desamor entre sus tres protagonistas. Recuerda a novelas como "Moby Dick", pero con una historia de amor bastante común.

La interpretacíón de Edward G. Robinson es una vez más, memorable. En el guión el personaje de Mike Marcarenas era un tipo amargado y triste, pero tras el primer día de rodaje Hawks decidió cambiar el tono general y reinventarlo como una especie de Capitán Ahab, pero charlatán y alegre cuya mayor virtud es la elocuencia y creer tener siempre la razón. A partir de ahí Robinson realizó un papel inolvidable mostrando un repertorio de recursos interpretativos casi infinito. Desde ese acento portugués tan convincente (merece la pena verla en versión original), hasta su forma de tratar la voz, los gestos y su habilidad para aprender las nuevas frases que le daba Hawks cambiando el guión original, conforman una más, de las clases magistrales de Robinson. El personaje daba de sí para investigar y forzarle hasta casi un registro de comedia, sin caer jamás en el ridículo. Robinson es sin duda uno de los mejores actores de la historia del cine, es curioso comparar por ejemplo este personaje con el de "La mujer del Cuadro", la amplitud de registro y la cantidad de recursos es como digo digna de todos los elogios.

Richard Arlen es convincente con su papel y Zita Johann interpreta con lucidez a esa joven objeto del deseo y el delito. Ese mismo año fué co-protagonista junto a Boris Karloff, en "La Momia" de Karl Freund. Es curioso que coincidieran dos actores nacidos en la actual Rumania como son Johann y Robinson.

El guión mezcla una historia de amor bien escrita con el tema del mar y los pescadores, donde cabe destacar la artesanía de la época en cuanto a los efectos especiales, sin trucos que desvíen la atención de la historia y una previa investigación del tema, en cuanto a cómo se pescaba en realidad, se transportaba el pescado a las lonjas y se trataba para su venta.

Una película de aventuras corta, divertida, con un drama interesante y con actuaciones memorables, a parte de ser una curiosidad poco conocida dentro de la filmografía de Howard Hawks.
Juanjo Iglesias
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7
19 de noviembre de 2011
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Analizando la filmografía de Christopher Smith en su totalidad, encuentro en Triangle la zona más compleja, interesante y original, de este barco de los terrores que navega en el género, por todas las vertientes posibles, amarrando su fragata del horror en laberintos urbanos o en apocalipsis medievales, no siempre con la misma fortuna, pero en ocasiones acercándonos a un terror altamente disfrutable. En el caso que nos ocupa, una narración inteligente y seductoramente kafkiana nos atenaza con viajes en el tiempo, malsanos y enfermizos y con un guión modestamente barroco que activará nuestras neuronas mientras sufrimos complacidos tan violentas fantasías.

El director nacido en Bristol escribe y dirige esta obra extraña en su contenido y netamente “Mainstream” en sus formas, de excelentes resultados, narrándonos la terrorífica aventura de un grupo de amigos que decide realizar una excursión marítima y tras encontrarse una espantosa tormenta, se ven en la necesidad de abordar un navío que casualmente pasaba por allí. Las sorpresas serán tan intrigantes como salvajes.

Que me recuerde en ciertos momentos a “El Resplandor”, me produce instantáneamente una agradable sensación de empatía. Esos cortes musicales de Swing, un comedor preparado para fiestas y cenas multitudinarias y la absoluta soledad de este presunto barco fantasma me evoca irremediablemente al Sr. Torrance y sus copas de bourbon en el abisal Overlook. Amén de "Los Crono crímenes".

Por todo esto diré que no es un largometraje especialmente original. Aparte de utilizar elementos tan paradigmáticos del género, como las tormentas, barcos que aparecen de la nada o simplemente personajes jóvenes, bellos y asquerosamente ortodoxos que por otro lado nunca termina de desarrollar en cuanto a motivaciones o caracteres, pero toda esta fidelidad al género y a lo comercial, no enturbia el verdadero valor de la producción, el guión.

Firmado por el propio director, va entrelazando con una elegancia salvaje y sobre todo dejando claro, que siente la mirada del espectador como una mirada inteligente, toda una serie de ideas triviales que había ido soltando sin dar importancia, para convertirlas en algo profundamente importante, en un alud de artesanía narrativa espectacular y de un trabajo de Raccord arriesgado donde la continuidad no es siempre fácil de seguir. Este buen trabajo de montaje que disfruta de su complejidad con una espectacular concordancia en sus escenas es la segunda clave para que la cinta funcione tan bien.

Todo ese engranaje formal, se pone en marcha sobre una idea magnífica que toma su sentido como una crónica Kafkiana. Una realidad o una pesadilla que se repite una y otra vez hasta la saciedad, sin poder despertar, donde las líneas temporales se van alargando para hacer del componente dramático un verdadero aliado del propio terror. Aparte la clara influencia, de mi admirado y amado mito de Sísifo, como una parte fundamental del ADN de la cinta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juanjo Iglesias
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